Archivos para octubre, 2013

Yo creo que o soy tonto o me estoy perdiendo algo. El otro día aparece Emilio Botín y nos suelta, tan pancho, que todo el mundo se pega por invertir en España, que el dollardinero llega a nuestro país “desde todas partes” a un ritmo tan frenético que ya han encargado a los chinos tres barcos llenos de maquinitas de esas de contar billetes porque no damos abasto. Vamos que o Botín había bebido más de la cuenta y ese color rojo no era el corporativo del Banco o sabia muy bien lo que decía, está entrando la pasta a raudales, pero a sus bolsillos. Opto por lo segundo, porque tontito no parece.

En todas las esquinas se materializan esperpentos de halloween como Montoro, Guindos o Fainé pregonando que hemos dejado la recesión. Se deleitan diciendo montorocosas como que es gracias a las exportaciones y salarios a niveles del año 1999. Eso lo deberíamos recordar en la cola del paro o cuando paguemos las facturas de la luz, la gasolina, el transporte borreguero o el gas porque esos, mira tú que cosas, no han vuelto a 1999. Tampoco lo han hecho las previsiones de desempleo, ni Cáritas que anda desbordada y calcula en unos doce millones las personas pobres en España. Estos otros datos, más reales creo, dan que pensar. Veamos: Si la economía, en términos generales, va espabilando (de hecho, a nivel mundial, crece) y yo ando cada vez más achacoso ¿Qué está pasando? Algo estaré haciendo mal. Puede que la respuesta esté en que la economía mejora (en serio, lo hace, no me he vuelto loco) pero la sociedad que se está creando es distinta de la que conocemos, los ricos cada vez son menos pero más potentados y la masa de pobres aumenta por momentos. El truco está en un espejismo aritmético. Si el rico cada vez tiene más, aunque yo tenga menos el resultado medio puede ser el ansiado aumento del PIB.

Al final es lo de siempre, unos ganan y otros pierden. Nos han metido en un juego en el que hemos renunciado a todos nuestros derechos a cambio de nada porque el desempleo crece y los sueldos son calamitosos. El Gobierno y la gran empresa abusan de la palabra “productividad” y “crisis” para recetarnos subempleo, recorte salarial, social, sanitario o lo que se tercie y claro, los efectos sobre la clase media son devastadores, nos están aniquilando.

Están destruyendo gratuitamente la civilización que tanto esfuerzo y sangre nos costó. 8 horasLos números ya sustituyen a las personas, el análisis de los datos a la moral. Ya ni defendemos nuestro bienestar porque, aborregados por un sistema educativo amañado, luchamos entre nosotros por nuestra supervivencia así, a secas. El resultado es que las grandes empresas son más lucrativas pero no generan trabajo de calidad y los trabajadores son pienso para los tiburones a quienes sólo les interesa engordar sus arcas.

Ahora lo que está en juego ya no es el Estado del Bienestar. El nivel de la partida ha subido, la lucha ya es por nuestra dignidad, por no ser tratados como robots o siervos que trabajan a cambio de nada. Esto ya recuerda a la Francia de Les Miserables y todo tiene un límite. ¿Deberíamos seguir con la farsa o decir basta y recuperar nuestra dignidad?

Botín: ‘Está llegando dinero a España por todas partes’

Isidre Fainé: «Somos competitivos porque los salarios están al nivel del año 99»

Más de 12 millones de personas viven en situación de pobreza en España

Sólo 30 familias manejan la riqueza en España

       El gobierno español se ha llevado otro palo de dimensiones colosales, ya ves que novedad, uno más…. No teníamos más que ver al Ministro de Justicia y al de Interior, Alberto Ruiz 20131021155946-672xXx80Gallardón y Jorge Fernández, cariacontecidos y balbuceantes intentando explicar algo en un ambiente que recordaba aquello de “Españoles, Franco ha muerto”. El caso es que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), más conocido como la Gran Sala de Estrasburgo, ha confirmado por quince votos a favor y dos en contra (el resultado parece propio de Nadal) que la práctica judicial que se utiliza desde 2006 para mantener en la cárcel hasta 30 años a los terroristas y delincuentes más horrendos  viola el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

        Pero, ¿puede saberse que es eso de la doctrina Parot? Habitualmente en España el tiempo máximo en prisión era de 30 años, eso hasta 2003 que pasó a 40 en determinadas circunstancias y a partir de ahí, presumiendo que no puedes tirarte en la cárcel más de esos años, se aplican los “beneficios penitenciarios”, esto podía dar lugar a que un preso condenado por múltiples delitos a, digamos, mil años de prisión fuese descontando hasta cumplir bastantes menos de los 40 máximos, no parece justo, ¿verdad? Pues entonces, a raíz del caso del etarra Henri Parot, sobre la marcha y casi “a salto de mata” el Tribunal Supremo decidió mediante dictamen de febrero de 2006 que los beneficios se aplicasen sobre cada una de las penas individualmente comenzando con las penas más graves. Así, una vez cumplida la pena más grave, se pasa a cumplir la siguiente, lo que lleva a alargar considerablemente el tiempo pasado en la cárcel de los condenados por delitos múltiples quienes de esa forma cumplirían el máximo legal establecido, la idea era buena pero la aplicación, nefasta.

      Por supuesto, llovieron los recursos ante el Tribunal Constitucional por parte de los presos que estaban a punto de salir y así, de repente, estarían más tiempo “a la sombra” En 2012, el Tribunal Constitucional avaló la aplicación de la doctrina. Fue entonces cuando la etarra Inés del Río, condenada a la friolera de 3.828 años por haber cometido cinco atentados que dejaron, al menos 24 víctimas mortales, llevó su caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos quien el 10 de julio de 2012 ya le dió la razón y ordenó su excarcelación, condenando a España por vulneración de la Convención Europea de Derechos Humanos. El Gobierno recurrió en Octubre del año pasado este fallo.

        Ahora en el TEDH nos dicen lo mismo, que la doctrina Parot es ilegal simplemente porque aplica de manera retroactiva una nueva norma desfavorable al preso, algo de cajón en el mundo del Derecho. Para entendernos, es algo así como que una vez empezada la partida no te pueden cambiar las normas del juego, sería trampa. Ante unos argumentos tan apabullantes no sé si valía la pena haber recurrido porque ahora además, nos ha caído detención ilegal, una indemnización de 30.000 euros a la propia etarra, en concepto de «daños morales» (que la Audiencia Nacional ha bloqueado) y 1.500 Euros en concepto de costas judiciales, vamos, que la abogacía del estado se ha cubierto de gloria en este asunto. 

    La sentencia de este lunes insiste en que los cambios legislativos no se pueden aplicar retroactivamente en perjuicio del penado, aunque pensemos que es enormemente injusto que matar a muchos en España saliese casi gratis. En resumen, aunque nos pese en el alma, se ha de acatar la sentencia, que es inapelable (sin intentar confundirnos a todos como se está haciendo desde púlpitos como FAES) soltar a la etarra y eso sí, revisar con lupa el resto de casos de presos que se puedan aferrar a ella, como Ricart, el violador del ascesor y otras prendas similares. Pero eso sí, dar un fuerte tirón de orejas a gobierno y legisladores para que, en lo sucesivo, las leyes que nos rijan se adapten mucho más a nuestras necesidades y convicciones o que por lo menos, estén bien hechas para no tener que recurrir a argucias y chapuzas que, mira por donde, no funcionan.

Consulta la sentencia del TEDH (PDF, versión original)

La Audiencia Nacional bloquea la indemnización de 30.000 euros a Inés Del Río. Europa Press

Rajoy sobre la doctrina Parot: «Está lloviendo mucho»

FAES ve en la sentencia “la inercia de una operación política de Zapatero”

Auto de libertad de la etarra Inés del Río (PDF)

Seamos serios en este asunto de la sentencia de Estrasburgo. Por Mario Conde

«Uno no tiene conciencia de su pobreza si vive entre pobres iguales» 

Ryszard Kapuscinski

     “Vergogna” gritó Francisco, el papa raramente cristiano que está sacudiendo el polvo al Vaticano, al enterarse de lo ocurrido en Lampedusa. «Vergüenza» gritaban los habitantes de la isla a los capitostes políticos que fueron, mayormente, a hacerse la foto y volver a sus comilonas.

   No es para menos, la lista de la tragedia es horrible. Pero no sólo se muere por ahogamiento. Se va muriendo desde que se abandona casa rumbo a lo desconocido, se muere de hambre, de frio, por minas antipersona, se muere en vida, en manos de las mafias que organizan el viaje, prostituyen, esclavizan. Eso durante el trayecto en tierra firme hasta llegar la última de la pruebas, paterascruzar en chalupas que apenas flotan para llegar a una tierra donde puede que los esperen empresarios sin escrúpulos que los explotarán en la agricultura o en la construcción, con ayuda de nuestro silencio. Todo sea por llegar a Europa, un lugar donde parece que está renaciendo la horrorosa ideología de la extrema derecha pero donde la esperanza de vida se duplica. Al saltar la verja, el muro, cruzar el mar, o lo que se tercie les han dicho que se puede aspirar a una vida relativamente cómoda de 80 años en vez de 40 llena de oportunidades, vendidas y falseadas, a veces, a través de la televisión (si, la tele también llega a África), es el efecto llamada que prende en las tierras de la desesperación.

    Pero tanto a los supervivientes de los naufragios de Lampedusa, como a los que llegan extenuados a Gibraltar, Canarias, a cualquier playa, les aguarda otra pesadilla, la gran jaula hipócrita en que se ha trasformado Europa para los “sin papeles”, sin ayudas, sin médico… Muchos, después de la detención serán hacinados durante meses o incluso años en centros deplorables, según denuncian las organizaciones derechos humanos, a la espera de una repatriación que en el fondo es una deportación a países de tránsito como Argelia, Marruecos, Libia o Túnez donde, abandonados a su suerte, quedarán tirados en las calles o incluso en el Sáhara, olvidados en mitad del desierto inhóspito, con la única salida de volver a intentar la aventura.

      Emigrar es un derecho. Todos tenemos derecho a intentar mejorar nuestra situación y ahora en España, lo empezamos a ejercer en masa. En España, país de emigrantes antes y ahora, no andalucesaBelgicarecordamos que miles de republicanos españoles marcharon a Iberoamérica tras la Guerra Civil y que nuestros padres salieron a probar suerte a Alemania, Suiza o Francia en las décadas de los 60 o 70. También parece que en Europa hemos olvidado que miles de ingleses emigraron a América del Norte en el S XVII, después fueron alemanes, italianos, holandeses o irlandeses huyendo del hambre y la miseria.

   Ahora la impasible UE, quién parece que sólo reacciona a base de tragedias, titulares de informativo, propone la primera cosa que se les pasa por la cabeza: Más policía, Patrullas Europeas, como si así pusiesen fín al problema sin querer aceptar que cuando alguien no tiene nada que perder no hay nada que lo pare, y unos cuantos policías tampoco lo harán. Necesitamos una política común sobre inmigración, dentro y fuera de Europa, con políticas de ayuda EN los paises subdesarrollados, necesitamos que nadie se vea obligado a emprender ese viaje a la muerte y no dejar la vida de miles de personas sin papeles en manos de gobiernos dispares que no dudan en militarizar el mar y son capaces de perpetrar atrocidades como la ley Bossi-Fini de 2002 ,ya que de Italia hablamos, porque en otros como Grecia o Alemania existen iguales o peores.

   Las fronteras de Europa sangran. Italia nos horroriza con la muerte de cientos de inmigrantes, pero esta noche llegarán a Gibraltar, nuestro Lampedusa doméstico, unas personas en una barca de juguete. La noticia desaparecerá devorada por otras historias, poco a poco se difuminarán los gritos de los Lampedusianos, los lamentos de todos nosotros y todo seguirá igual, es el día a día

Declaración Universal de Derechos Humanos

Amnistía Internacional, Refugio e inmigración. Algunas cifras

Europa amurallada

Los habitantes de Lampedusa reciben a Barroso y Letta al grito de «vergüenza» y «asesinos»

Cae una mafia que cobraba hasta 4.000 € por meter inmigrantes en dobles fondos

Marine Le Pen coloca a la extrema derecha francesa en cabeza en los sondeos para las elecciones europeas

Europa: una ley de inmigración para cada país

Italia militariza mar para evitar nuevos naufragios

     

«La democracia es la dictadura del número» Jorge Luís Borges

     Últimamente a la Mesa del Congreso le gusta decir aquello de “de eso ni hablamos” y se queda tan pancha. Eso debería hacernos pensar si el congreso sirve de algo y si podemos llamar congreso-de-los-diputadosdemocracia a este engendro de régimen en el que un partido consigue la mayoría absoluta, gracias a unas fórmulas electorales un tanto raritas, y se vale de ella para enterrar todo lo que no le gusta y en eso el PP se ha sacado un doctorado, el affaire Bárcenas o los dineros del monarca son sólo un ejemplo de tantos. Al final han transformado el parlamento, ese sitio con goteras, en un chiringuito en el que hay barra libre para el veto y en que los minoritarios sólo pueden optar al pataleo estéril con mayor o menor rabieta. El caso es que hoy en día el Congreso de los Diputados es un lugar en el que no se puede debatir sobre asuntos que nos corroen y que de demostrarse serían delito grave, porque los supuestos delincuentes utilizan la democracia fraudulentamente en beneficio propio y viven1378880145_extras_ladillos_1_0 de espaldas a los que les han elegido. Justo ahora que descubrimos que aquí todo el mundo hace cosas raras, la AEAT, la Casa Real o incluso el ayuntamiento de Madrid y sus castings. Ahora que el Estado, igual que su Jefe, se cae a trozos y la democracia empieza a brillar por su ausencia, asesinada por gobiernos insensibles va el PP y se le ocurre hablar de “regeneración democrática”. Mal asunto, no tengo muy claro cuales son sus verdaderas intenciones. Para empezar, con esa obsesión enfermiza y repentina de suprimir parlamentarios ¿no querrán más que reducir el gasto, aumentar su poder aniquilando a las minorias? Permitidme desconfiar.

     Nos tienen acostumbrados a la bronca y la política del “y tu más” Han transformado el parlamento en un patio de jardín de infancia o un mercadito de los viernes y así es imposible sacar algo de provecho. Hemos llegado a un punto en el que si no conseguimos restaurar el sistema parlamentario ya vaticino yo, sin ser adivino de esos de bola de cristal, que vamos a acabar como el Los-diputados-del-Parlamentrosario de la aurora más pronto que tarde. Para arreglar esto sin duda necesitamos, ante todo, un poco de voluntad por parte de nuestros diputados que en lugar de representarnos se entregan al servicio de una inconstitucional disciplina de partido  con unos jefes de perfil muy bajo, incapaces de argumentar un discurso con una mínima calidad y sin capacidad para desarrollar propuestas serias. También nos haría falta que la presidencia del Congreso fuese imparcial o cuanto menos decente para que la mayoría absoluta no sea una especie de “ todo vale” y acabemos pagando el pato nosotros, a los que al final amargan la existencia. No puede consentirse que el señor Posada se permita aceptar o no propuestas sin razonarlo siquiera, sólo fijándose en si afecta o no a su partido o a su lider.

     En resumen, para que acabe este estado de crispación en el que vivimos creo que nos haría falta, antes que reformas grandiosas con que llenarse la boca como el modelo territorial del Estado o el sistema electoral (que también), necesitaríamos cosas evidentes como que el el Tribunal Constitucional funcionase realmente y no fuese un aparato atascado y partidista sin apenas utilidad práctica. Pero sobre todo un poco de dignidad y decencia por parte de nuestros políticos (pedir peras al olmo, supongo). Al final, con la vuelta a la transparencia y la responsabilidad, si es que la hemos tenido alguna vez, en la que los políticos se ganasen el respeto de sus electores ya nos daríamos con un canto en los dientes.

Las nuevas exigencias del Ayuntamiento para tocar en la calle

Aprobado el Informe del Plan de Regeneración Democrática

El Gobierno aprueba 40 medidas de «regeneración democrática»

La disciplina de partido

Tensión en el pleno del Congreso tras el veto a las mociones sobre Bárcenas

El PSOE amenazó a Posada con ir al juzgado por vetar sus mociones

IU protestará formalmente ante Posada por veto a preguntas sobre herencia Rey

Sobre bloqueos y vetos o la democracia secuestrada

      Si la vida te da limones… ¡Haz limonada!

     Suena el despertador, uno de los inventos más sádicos de la humanidad, son horas indecentes, todavía está oscuro, me quedo pensando si vale la pena levantarse y enfrentarse a un día más de esos de espanto cotidiano en el que nos tienen instalados, como Bill Murray en “El día de la Marmota” pero en chungo. Me levanto ya con los ánimos afectados. Hace tiempodespertador que no soy el mismo, me tiro ropa por encima, me arrastro por el pasillo y desayuno en el ascensor. Después de un trayecto insípido, en el que sólo hay caras largas como cirios y silencio tenso, casi pre bélico, mientras nos laceran con malas noticias por la radio. Llegaré a un trabajo que hace tiempo se ha vuelto gris, vacío y sin sentido, conviviré todo el día con la mala sombra que ha acampado entre los compañeros, los visitantes y en mí mismo, no vayas a pensar que soy precisamente la alegría de la huerta!

      Esta historia la sufrimos casi todos a diario, así o en la versión, puede que más angustiosa y cada vez más frecuente, del que no tiene trabajo. Nos han hecho creer que la vida gris e intrascendente es “normal” recortandonos esa la alegría que nos hacía especiales, estamos atrapados en una especie de monasterio, sin risas, al estilo del hermano Jorge, de “El nombre de la Rosa”.

    Los humanos somos animales de costumbres, nos espantan los cambios. Aunque lo neguemos, nos aferramos a lo que ahora les ha dado por llamar “zona de confort”, donde nos sentimos relativamente seguros, nuestra rutina diaria, vamos lo que llamamos “lodesiempre”. No nos gusta salir de lo previsible, en eso parecemos Hobbits, y nos sentimos enormemente desgraciados si nos cambian el escenario y hemos de tomar decisiones, emprendecasa hobbitr retos o transformar nuestra vida, algo habitual en el panorama social y laboral en el que nos han metido entre unos y otros. De esa desgracia se valen los de siempre para que no seamos capaces de reaccionar, en el fondo es la táctica del foco y el gato, nos ciegan con un fogonazo para paralizarnos y dejarnos indefensos, pero ese es otro tema.

     La “Zona de confort” no ha de ser necesariamente agradable, sólo implica sentirse cómodos en ella y hay quien se siente cómodo remando en una galera o esclavizado por el jefe. La capacidad de adaptación humana es increíble, aprenderíamos africa germania lusitaniaa disfrutar arrastrando piedras para construir pirámides. Nos solemos autoconvencer para permanecer en esta zona, sin ser conscientes de ello y aguantamos lo que sea, únicamente por rutina. Es el cotidiano “no estoy tan mal, podría ser peor” o “con la que está cayendo casi que cierro el pico”, aunque cada vez se nos apriete más y más o el gobierno y CEOE anden desaforados en amargarnos la existencia.

     Lo que está claro es que para poder cambiar nuestra desdicha es necesario atreverse a hacer algo diferente porque, como decía Einstein, “ si quieres obtener resultados diferentes no hagas siempre lo mismo”. Será necesario salir de la “zona de confort” y vencer el pánico que nos supone saltar el muro mental ese que nos han construido para entrar en la “zona de aprendizaje” en la que aseguran los modernos gurús del coaching que descubriremos recursos y habilidades que creíamos que no teníamos y que nos aportará desarrollo personal, tendremos que creerlo. Al final todo se reduce a una simple decisión personal a la que hay que echarle valor y decidir si atreverse a intentarlo, luchar por lo que realmente se quiere, enfrentándose a creencias y miedos. O quedarte como estás, sin cambiar nada, sin aventurarse a un futuro distinto pero renunciando a la posibilidad de realizar los sueños.

    La pregunta es: ¿Esta es la vida que quieres vivir? ¿Qué cosas cambiarías de tu día a día?

Tira tu vaquita y librate. Del Blog de Concha Hidalgo

Qué es la zona de confort?

Salir de la Zona de Confort y alcanzar la Zona de Aprendizaje y la zona Mágica