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Mientras nos inquietamos y nos indignamos viendo lo que pasa con Trump, con Putin y con cualquier cosa de las múltiples que nos llevan carcomidos los últimos meses en el mundo, que no son pocas ni graves porque, la verdad, yo todavía no entiendo como este planeta no se ha hartado ya de nosotros y nos ha enviado a tomar viento sideral. Lo hará más bien pronto que tarde pero esto es ya otra historia.

Decía que mientras andamos con la cabeza metida en todos estos líos y en todos los pozo-de-kola-rusia.jpgque se encargan de meternos en nuestras cabezas la mayoría de las televisiones con su programación de “atontamiento general” no nos damos cuenta de lo muchísimo que llevamos tragado y de todo lo que estamos perdiendo a manos de un voraz y bien ideado sistema que se nos zampa por los pies para alimentar a los opulentos. No nos damos cuenta de que ya hace tiempo que nos han tirado, con un fuerte patadón en las posaderas, al pozo de la podredumbre social. Un pozo que parece que sea como ese enorme agujero de Rusia, en Kola, que no parece tener final y hasta dicen que se oye al propio Pepe Botero gritar que somos unos ingenuos. O mejor todavía, como el de San Olaf que nos retrató de manera magistral @Fanigrande.

Seguro que nos acordamos de lo que nos reíamos hace unos años de los mileuristas, aquellos que curraban de sol a sol para recibir mil euros raspaditos. Algo por lo que 256px-HAL9000.svg.pngmuchos de nosotros suspiramos hoy en día porque a lo que aspiramos es a poder llenar la despensa de casa con eso a lo que llaman un trabajo, por días o por horas en el que no podemos ni rechistar, no vaya a ser que montemos una huelga y nos vayan a sustituir por HAL 9000, Terminator, una máquina expendedora o algo parecido. Porque no se si sabrán ustedes que la ponencia del TC, en el asunto de Telemadrid, consideró que el esquirolaje tecnológico no vulnera el derecho a la huelga.  Hemos dejado de vivir en un país alegre en el que hacíamos chistes y bromas de todo para pasar a vivir atemorizados no vaya a ser que se te cuele por el Twitter un chiste sobre alguien del régimen anterior (ya muy anterior) y la fiscalía te caiga encima aplicando una ley surrealista en la que casi cualquier cosa puede ser calificada como “enaltecimiento del terrorismo”  mientras por la tele nos cuentan lo malas que son las dictaduras porque no dejan hablar a nadie.

Nos dicen que no podemos ayudar a nuestros semejantes que  mueren todos los días en el mar y nos hacen sentir una culpa que nos desgarra el alma. Mientras, ellos se reparten esos fondos que serian la solución. Nos hablan del muro de Trump pero no del de  Ceuta, Melilla, del Tarajal y de los muertos del Mediterraneo transformado en un gran cementerio donde todos los  días acaba muriendo también un poco de nuestra dignidad como seres humanos.

Nos cuentan que la extrema derecha se nos viene encima, que nos espachurrará como una apisonadora a un tomate y que eso es lo peor que nos puede ocurrir (igual bombillaes verdad) pero se nos ha dado como única opción, como remedio, ni más ni menos que la opción del neoliberalismo extremo que hasta nos sube la luz justo cuando hace frío, permitiendo que nos congelemos por no poder pagar y prometiéndonos un bono social a la llegada del buen tiempo. Nos proponen salvarnos del fuego con un incendio, no está nada mal la oferta, ¿verdad? Pues me parece que hasta nos la hemos creído.

Nos vigilan por todas partes, nos amenazan, desconfían y en nombre de una presunta “seguridad” que no pueden garantizarnos en ningún momento (a no ser que sean ellos mismos la amenaza) nos arrancan nuestros derechos más básicos y la dignidad. Pero nosotros seguimos mirando hacia USA, preocupados por lo que nos puede suceder sin darnos cuenta de lo muchísimo e irrecuperable que ya nos ha ocurrido.

 

El otro día me encontré por la tele, en ni me acuerdo que cadena de esas raras, a un iluminado que decía algo como pinochoque el que está parado es porque quiere. Estaba haciendo zapeo y se me paralizó el dedo al oír semejante afirmación. Confieso que me paré a escucharlo, más que nada para averiguar a santo de qué ese señor no había sido ya aclamado como mesías del año. Al rato me dí cuenta de que el orate no vivía en este mundo porque no parecía tener asumido algo que todos tenemos ya en el ADN. Nos timan con nuestros impuestos. Se le llenaba la boca contando una mentira que haría crecer la nariz a Pinocho varios kilómetros. Decía que pagamos impuestos a cambio de recibir servicios de calidad (a este hombre no le han dicho que, inexplicablemente, cada vez pagamos más y recibimos menos). Aunque la verdad es que cada vez vivimos más y más ejemplos de casos en los que son verdaderos sinvergüenzas los que se llevan crudos los dineros que nos ha arrancado el fisco con tenazas al rojo vivo mientras nos quedamos sin servicios públicos, eso sí, sin que pase nada. El señor este (no consigo acordarme de su nombre, supongo que eso tendrá que ver con aquello de la memoria parados-jrmoraselectiva que diría mi psicóloga de guardia) anunciaba con una gran sonrisa aquello de la posibilidad de autoemplearse para encontrar trabajo, especialmente para los mayores de 40 años, aquellos que ya empiezan a ver difícil eso de trabajar de nuevo. No decía nada de que al Estado parece que sólo le interesa que te autoemplees para sacarte el jugo como a un limón y que antes de siquiera levantar la persiana del kiosko que has montado con todas tus ilusiones y el esfuerzo tuyo y de toda tu familia (que te ha prestado el dinero) te habrá metido la mano en el bolsillo y te habrá convertido en un esclavo de tu propio negocio. Lo que no decían por la tele es que cada día mueren en España unas 200 empresas y además muchas no llegan a dos años. Eso lleva a pensar que la posibilidad de fracasar es gigantesca. Desde hace años nuestros gobiernos, totalmente incapaces de generar empleo digno y decente, nos dicen “ Abre un negocio, crea tuloteria montoro propio puesto de trabajo”. Pero en cambio la administración, muy lejos de ayudar, sólo responde con una voracidad propia de lobos que llevan sin comer dos glaciaciones. Antes de ganar un Euro la administración, esa que se porta tan bien con los bancos, eléctricas y otros peces gordos, ya te habrá sableado a base de impuestos. Licencias apertura, altas… todo esto hace que la ruina llegue antes incluso de abrir. En cambio el emprendedor  (sufrido héroe anónimo en la mayoría de los casos)  recibe muy poco, ni siquiera desempleo o seguridad social al tener que pertenecer a esa raza aparte que no cae nunca enferma ni tiene vacaciones, los autónomos. ¿No sería interesante admitir que este siempre ha sido un país de empresas pequeñas y aceptar que ahí está una posible solución al empleo? Aquí nunca hemos sabido nada de grandes corporaciones montadas con la idea del saqueo y destrucción del país como si de una colonia se tratase. En España, más bien hemos crecido con la empresa familiar que ocupa a unas pocas salario mínimopersonas, con un empleo digno y de calidad porque jefe y empleados están en el mismo barco y salen a almorzar juntos. En cambio nos hemos decantado por la relación impersonal donde el asalariado no cuenta para nada y sólo es un gasto a minimizar para que la empresa (una multinacional fría e impersonal) se lleve los beneficios a cualquier paraíso fiscal. Igual aquello de asegurarse el futuro con puertas giratorias y consejos de administración por parte de nuestros políticos tiene algo que ver. Igual la idea de intentar acabar con el paro de forma decente pesa menos que tener un sillón mullido y calentito para cuando dejen el gobierno. Sólo me queda una duda, ¿La oferta del señor de la tele era verdadera o una forma de intentar sacarnos el poco jugo que nos queda con una nueva falsa burbuja, la del autoempleo?

«Cuando la injusticia se convierte en ley, la rebelión se convierte en deber.» Thomas Jefferson.

     Me pasaron un “ manual de desobediencia fiscal» en el que se explicaba como apuntarse a eso de la insumisión fiscal y no arruinarse en el intento. Al manual se adjuntaba una pregunta hecha con una sonrisa de oreja a oreja; ¿Pero eso se puede?. La insumisión está de moda y esta vez no es, como decía mi abuela, “los peludos que no quieren ir a la Mili” y tampoco hacer la “prestación social sustitutoria” que consistía, muchas veces, en tareas tan sociales como trajinar cafetitos, fotocopiar, tirar la basura o sacar a pasear al perro. (Buff que viejo soy ya)

     Pero, a lo que importa, ¿eso de ser insumiso nos libra de pagar? Pues no, lo siento. Un insumiso fiscal no es una especie de saqueador de piratas en la Isla de la Tortuga, no es tampoco un Robin Hood auto consumista y ni siquiera es, ni de lejos, un evasor de impuestos. El insumiso ingresaría religiosamente los doblones correspondientes en entidades o proyectos sociales y no en el cofre pirata del fisco (pero ojo, no vaya a ingresarlo en la saca de Noos), especificándolo en la declaración de la renta y adjuntando el comprobante. No vale a quedarse los dineros para la saca que para eso ya tenemos a muchos políticos.

     Naturalmente, no todos podemos ser insumisos fiscales porque no cuela el no ingresar a las arcas del estado por estar tieso como una mojama, como casi todos nosotros, y no te queda otro remedio o porque no te de la gana. El insumiso fiscal es un desobediente civil (aunque no llegue a los niveles de Gandhi), deja de pagar por convicción moral y se arriesga a que le caiga “la del pulpo” en forma de multas y devolver la cantidad “defraudada”. Aunque la verdad es que el juez ya ha eximido una vez de pagar los intereses a un insumiso al gasto militar por considerar que “no había intención de fraude, al destinar este dinero a otros proyectos”

     Lo que está claro es que deberíamos gritar YA ESTA BIEN DE TANTO SAQUEO y detener la sangría del desvío de dinero público hacia ruinas privadas como entidades financieras o concesionarias de autopistas en quiebra técnica. Esos rescates han esquilmado la economía, ya insufiscal_ntocada por la corruptela y la irracionalidad de la política de obras faraónicas que despegan desde Castelló a ninguna parte. Ante este dislate la insumisión, como respuesta cuando la presión que se ejerce sobre nosotros es extrema,puede ser una salida. Nuestros gobiernos creen que pueden arruinarnos la vida, chuparnos la sangre como Drácula haciéndonos pagar por todo y fiscalizarnos la existencia al estilo de la Gestapo. Han olvidado que les votamos nosotros para resolver problemas, no para crearlos y encima enriquecerse con ellos. Es lógico que cada vez más gente se oponga a normas que les afectan y que les parecen arbitrarias como la Ley Anti tabaco (yo no fumo, pero me da lástima ese grupo de gente entristecida, helada hasta los tuétanos y sacando humo desterrados en una marquesina), a pagar peajes medievales, multas salvajes, impuestos confiscatorios dignos del pirata Barbarroja o a ser atracados por emplear medios de transporte, irónicamente, públicos. Todo esto mientras nos denigran, condenan a muerte a nuestros dependientes, nos recortan al médico, nos arrasan las pensiones, nos suben impuestos y tasas, nos quieren cobrar por el sol o el viento, estudiar vuelve a ser cosa de ricos y la vida es ya demasiado cara

MANUAL DE DESOBEDIENCIA FISCAL

http://madrid.tomalaplaza.net/tag/insumision-fiscal/

Parece que hace milenios y sólo puede que hayan pasado un par de lustros. El caso es que nadie recuerda ya los tiempos en los que se hacían cosas, aquellos maravillosos años en los que eramos ilusos o unos pardillos, según se mire. Nos alegrábamos por las cosas nuevas que íbamos construyendo entre todos, por los logros conseguidos más con el corazón que con la cartera. Eran tiempos que no sabemos muy bien a santo de qué degeneraron en esta especie de reino de Hades que sería la envidia de Dante. Nos engañaron como a chinos (tópico fuera de lugar, a Gao Pin me remito), nos vendieron la moto, un burro cojo y tuerto pintado con betún que nosotros compramos con avidez, en forma de malas chozas vestidas de palacete, en forma de way of life a tutiplén. Esos mismos que ahora nos sacuden más que a una alfombra desde las noticias cada día con infames declaraciones. Jugaron con nuestra avaricia y ganaron por K.O. Técnico en el primer Round.

Ahora, desde la gélida trinchera, con el alma a cachitos y la cuenta on the rocks, tiempos de tinieblas en los que empezamos a tener que luchar a cara de perro por nuestros derechos más básicos, en los que ya es un reto poder comer productos de marca blanca sin fenecer en el intento y la economía familiar es ya cosa propia de Houdini. Ahora recuerdo cuando eramos inocentes y no habíamos entregado nuestras almas a los cantos de las sirenas financieras ¡que encima desafinan! y que nos prometían el oro y el moro, pero nos han metido en la miseria inhumana y cruel en la que estamos inmersos, desnudos en mitad de la tormenta y a punto de despeñados desde una roca Tarpeya de una altura que ríete tú de Baumgartner. Son tiempos de modernos caballos del apocalipsis, expertos en la apropiación de lo ajeno, que entraron de puntillas cuando dormíamos un sueño inducido en el que creímos que habíamos alcanzado la felicidad por la que nos habíamos partido el espinazo trabajado. Y mientras estábamos en manos de Morfeo, sobados del todo, ellos se entregaban al saqueo, sigilosos primero y después en camiones trailer con remolque, ya sin disimulo y recurriendo a todos los ardides que les otorga su condición mafiosa, chantaje y extorsión incluida, si se tercia. Hemos sido sometidos al saco y encima el Sr Montoro con su cohorte sigue apretándonos como polos Flash de fresa, hemos vendido en rebajas nuestra vida, a precio de saldo, por un sueño que no es más que una pesadilla perpetua gracias a las ofrendas a banqueros manirrotos y ahora, intentan acabar con el poco jugo que nos queda privatizando todo lo que se mueva para mayor gloria de amigotes varios, mientras nos prometen LA SOLUCIÓN, así con mayúsculas. La solución al problema que ellos han creado con sus manitas y del que forman parte, la hipócrita solución que favorezca la vuelta al capítulo anterior, a la situación de espejismo en la que salen beneficiados, porque recordemos que en este grotesco casino la banca siempre gana.

Hoy el Zapatillas quiere ser un aullido en mitad de una ciénaga como la de Shrek pero en chungo, una propuesta a la búsqueda de la ilusión de las cosas sencillas, prácticas y claras. Como utopía no está mal, ¿eh?. Pero aunque no lo creamos tenemos intacto nuestro derecho a soñar, somos humanos, por tanto imperfectos pero con posibilidad de rectificar ya que dicen que es de sabios y si de verdad lo somos la posibilidad de rectificar estará en las urnas. Recordemos que esta panda está ahí porque la hemos puesto nosotros. Pero para corregir hemos de aprender de nuestros errores, asumirlos y estar dispuestos a proteger aquello que salvemos del naufragio ya que como sigamos repitiendo nuestros fallos, nos volverán a levantar la merienda fijo. Si no nos movilizamos juntos ya en busca de una solución propia y seguimos cumpliendo sus planes, maquiavélicos y traicioneros nos vamos irremisiblemente a tomar Fanta ad aeternam.

Nuestros valores no pueden ser los suyos, para nosotros las personas han de ser más importantes que las cifras. Deberíamos ser capaces de sentir que la vida es más que una cuenta bancaria o un trabajo semiesclavo, es posible, aunque nos parezca cosa de Lennon y su Imagine pero de cosas más raras se han dicho y la felicidad es algo apetecible.

Dentro de dos minutos cantará el gallo, seguiremos en la brecha un día más. Es la vida del que no sabe si este amanecer será el último pero que mantiene intacta la ilusión. Es la fuerza que nos queda, la que te da la sangre nueva llegada a la vida, por la que estás dispuesto a levantarte una vez y otra más y a gritar bien fuerte que los sueños pueden ser realidad y poco tenemos que perder… ¿quién se apunta?