Archivos para abril, 2022

La pedrada

Publicado: 26 abril, 2022 en actualité...

   Seguro que alguna vez has sentido ese vientecillo que hace una piedra al pasar cerca, muy cerca de tu cabeza. Es una especie de vacío, un ¡ZIUUUU! que rápidamente se transforma en un subidón de adrenalina al darte cuenta de que te has librado, por esta vez, de una soberana pedrada en la cabeza que podía haberte roto la crisma. ¿Verdad que sabes de lo que  te estoy hablando? Seguro que sí, todos lo hemos sentido alguna vez, una piedra, un balón, un jarrón, un florero… cada situación tiene su proyectil.

Pues esa misma sensación tuve el domingo por la noche al ver que LePen no iría a hacerse una copia de las llaves del Elíseo. Y seguro que eso mismo sintió media Europa que pasó el domingo conteniendo la respiración. Seguro que por las cuatro esquinas de la UE se oyó un “Bufff” de alivio al ver que, por esta vez, os librábamos de la pedrada que suponía el que Francia se pasase al “lado gamberro” de la Unión porque, ya se que suena mal, pero no es lo mismo que Hungría se comporte, algunas veces, como un Hooligan del KuKluxKlan que el que lo hiciese Francia, en el segundo caso la catástrofe estaba servida. Esta vez parece que se haya zapeado el peligro pero veremos la próxima, el filo cada vez es más fino.

Pero bueno, Francia se ha salvado, por ahora de la extrema derecha de Madamme LePen pero el peligro no se ha desvanecido, la brecha sigue abierta y se va agrandando poco a poco, cada vez más profunda. No olvidemos que si ha ganado Macron no es porque lo quiera Francia sino porque la mayoría ha pensado que era el menos malo. La gente le ha dado los votos no por verlo renovar de presidente sino por librarse de la opción aunque ni aún así. A pesar de la urgencia del voto la abstención ha subido más que en décadas y hasta candidatos como Melenchón proponían “pasar palabra”, sin pensar que el voto en blanco alentaba a la derechona mega-rancia. Ni aún con el susto los franceses que habían enterrado a los partidos cásicos  han sido capaces de unirse un poquito para alejar a los que se empeñan en decirnos que  «cualquier tiempo pasado fue mejor», aquí en España tenemos a los señores de verde empeñados en que los tiempos del treinta y nueve al setenta y muchos eran los buenos mientras otros  felicitan a Macron por haber ganado a la ultraderecha mientras pactan justamente con lo mismo en ayuntamientos y comunidades autónomas, de locos.

¿Han sido los franceses? No creo, si ha ocurrido en Francia esto es porque les pillaba el turno de las elecciones. Lo de la caída de los partidos tradiconales es un hecho. Los esquemas han cambiado, tenemos otras necesidades y un voto a un “contrato de adhesión” clásico ya no cuela, estamos descontentos, desilusionados con lo vivido y lo sufrido. Es un sentimiento que ha calado en todo el mundo, cada uno de los países se van a enfrentar a ello según llegue el momento. El reto está en conseguir rellenar ese hueco tan enorme que dejará “lo de siempre” con algo que no acabe siendo un problema mayor, con algo que consiga ilusionarnos de nuevo no vaya a ser que la próxima pedrada no de en toda la cocorota. Tendremos oportunidad de ver si el fenómeno se reproduce, en directo, el próximo diecinueve de junio, en Andalucía Pero visto como está el percal voy a ir buscándome una chichón era no vaya a ser que esta vez acierten y me caiga una soberana pedrada en todo el cráneo.

La guerra de Pin y Pon

Publicado: 19 abril, 2022 en actualité...

Llevamos más de un mes en guerra. Así, sin medias tintas. Un mes en guerra porque el hecho de que el frente esté Mariúpol, el Donbas o cualquier lugar que nos resulte lejano no impide el hecho de que aquí, en la retaguardia no notemos los efectos. ¿De verdad cree alguien que esto no nos salpica o no va con nosotros mas allá de que nos sintamos solidarios y enviemos ayuda, en muchas ocasiones, para acallar la mala conciencia?

No creo que exista nadie que no haya notado la hinchazón que han sufrido el precio de las cosas. Un diez por ciento de inflación y parece que no veamos el techo todavía, esto no hay quien lo resista. Bueno, puede que exista alguien que no haya pisado el súper, que no haya salido a la calle o que viva en una cueva remota en mitad de la nada o que tenga tanto dinero que no haya notado que su sueldo cada vez da para menos. Si no eres de esos seguro que has caído en que igual eso de la Guerra Mundial ya es un hecho, ya estamos todos en ella y nadie nos ha dicho nada. No hace falta que vengan con tiros y misiles. Hoy en día, arruinar al prójimo también puede ser un acto bélico premeditado.

Puede que no tengamos claro quiénes son los enemigos. No vale eso de simplificar las cosas hasta el extremo, nos han acostumbrado a ello desde el colegio, y cada vez más. Parece que no quieran enseñarnos a pensar, que prefieran que vivamos en la inopia del que no solo no sabe sino que no quiere saber, no vaya a verse perjudicada su paz. Pero eso es otra historia. Si nos paramos a mirar un poco más allá de los titulares podríamos pensar que no, el enemigo no es sólo Putin. Si lo fuese igual ya lo hubiesen corrido a gorrazos como ha pasado con tantos sátrapas que se fueron de las manos. Si de verdad esto fuese cosa de un loco solitario ya hubiese acabado hace semanas, lo hubiesen defenestrado los suyos al ver que ya no sacaban nada de provecho o «los contrarios», ya lo hicieron con Bin Laden, por ejemplo. Como dice Paco, si no fuese útil a alguien ya no estaría ahi.

Seguramente será que lo de “el mundo contra uno” no debe funcionar así en la ONU no todos los países lo tienen claro, en la realidad tampoco, no te engañes. Hay demasiada gente forrándose con esto. No olvides que siempre se ha dicho que la guerra es un gran negocio para unos cuantos y esta no se porqué no tendría que serlo. Hay demasiada gente enriqueciéndose con esto a costa de la sangre de los inocentes como para pensar que TODO el mundo quiere que acabe. Mira a tu alrededor, seguro que sospechas de alguna multinacional que ha hinchado los precios o de otras que han incrementado sus ventas y no solo me refiero a empresas armamentísticas.

Dentro de nuestra casa, Europa, tampoco parece que lo tengamos muy claro. Si estamos en guerra ¿Por qué países como Alemania continúan comprando a Rusia? Mirándolo desde fuera parece que estén jugando a dos manos, por un lado apoyan a Ucrania, envían armamento y siguen el guion establecido pero por otro, parece que les importe más el gas que las vidas de los que supuestamente apoyan. Un poco hipócrita si parece. Y ya puestos a ponernos puntillosos, si Rusia es un enemigo tan poderoso ¿Cómo es que no saca todo su poder? O está a otras cosas o nos han vendido otra vez lo de las armas de destrucción masiva.

Son demasiadas preguntas y lo único que queda claro es que en el frente miles de vidas inocentes se están perdiendo, son centenares de familias separadas en una catástrofe humanitaria que parece sacada de otros tiempos pero que no sorprende a los que peinamos alguna cana y nos acordamos de los Balcanes y las barbaridades propias de la Edad Media que vimos. Es la especie humana, ¿Qué le vamos a hacer? Somos capaces de lo mejor y de lo peor pero si aparece la posibilidad de negocio demasianas veces saltamos como las urracas hacia lo que brilla, sin que nos importe nada. Al final es lo de siempre los beneficios manchados de sangre se los llevarán unos pocos y nosotros, los muñequitos de Pin y Pon acabaremos, como siempre, pagando los platos rotos.

Homo negator.

Publicado: 12 abril, 2022 en actualité...

«Que sí, que sí que lo de la guerra en Ucrania es mentira!¿Las fotos? Nada, un montaje para hacernos tragar más recortes de Derechos, como ya hicieron con el virus y las mascarillas” Te juro que el otro día me encontré a uno diciendo esto en el café. Paco y yo lo mirábamos alucinados desde la mesita del fondo, ya sabes, la que tiene la luz estropeada. Es como si de verdad pensase que todos los que van a la guerra para contarnos lo que ocurre pretendiesen engañarnos, alguno habrá pero la inmensa mayoría ya te puedo asegurar que no y además muchas veces se quedan cortos contando atrocidades porque la guerra es eso, un rosario de atrocidades sin sentido. Cuando apareció aquél sujeto justamente estábamos hablando sobre que a nuestra ciudad habían llegado una familias de refugiados y el crío de una de ellas había empezado a ir al cole con la hija pequeña de mi amigo. Parece que lo que contaba el niño en clase no era cosa de un guion de películas precisamente, y además, actores no parecían las personas que llegaron, con lo puesto, en un autobús el otro día. Me parece que cada vez tenemos más víctimas de la locura esta que todo lo invade.

De hace una pandemia para acá parece que la ironía de la evolución haya rizado el rizo con una subespecie nueva de humanos “el homo negator”. Estos son capaces de negarlo todo, hasta que el agua moja. Son personas que aparentan ser normales, están en todas las profesiones, los hay hasta cantantes. Se mimentizan con el entorno hasta que empiezan a cuestionarlo todo son como los asesinos programados esos de películas policiacas que viven como un vecino normal hasta que oyen la palabra clave y se transforman. Solo que los negacionistas van últimamente a escape libre y ya lo han inundado todo, hasta niegan que la tortilla de patatas con cebolla sea tortilla. Vale, cuestionarse las cosas es saludable, tampoco es plan de ir creyendo que un burro vuela o que la extrema derecha es la solución para los currantes. Pero cuando se deja a Santo Tomás a la altura del pardillo del barrio igual la cosa se nos ha ido de madre. Hemos pasado de creer en los Reyes Magos a cuestionarse hasta si el suelo que pisamos es sólido.

Es gente que cuando se sienta en su casa a ver las noticias desconfía hasta del televisor. Para ellos todos mienten, todos engañan, el mundo tiene mala fe y conspira para tomarles el pelo. ¿Un poco psicótico, no? Paco, que no sabe callar, se acercó al espécimen y le dijo “Oye, ¿Y si te pillas un vuelo, te acercas donde los tiros, vuelves y nos lo cuentas? Nada, que no hubo manera, en sus trece, empeñado en que todo era trola. Igual que Groucho Marx cuando decía aquello de “¿Y usted a quién va a creer, a mí o a sus propios ojos?” Igualito, igualito.

Llámame negacionista a mí también pero creo que nos mienten, que nos mienten todos los que niegan las obviedades. Los que se montan su historia a su gusto y no son capaces de escuchar a nadie. No se, muchas veces me parece que voluntariamente o no, se dedican a intoxicar, a despistar, a crear confusión hasta que Putin venga y les diga que se ha liado una buena. No se, resulta imposible que en un mundo interconectado y alborotado como este quede alguien que no haya sentido la sensación rara que tengo ahora mismo. El cielo está plomizo, el día apagado y tengo el extraño pálpito de que mientras yo junto estas letras igual alguien está escribiendo el inicio de una III Guerra mundial. El anuncio de la posible entrada en la OTAN de Suecia y Finlandia no ayuda a tranquilizar el ambiente. Eso ya lo dirán los libros de historia en un futuro. Espero que eso no sea así aunque estoy seguro de que algunos llegarían a negar la existencia de los tanques cuando aplastasen sus casas.

Hay días en los que sentarse e intentar contar alguna cosa en este púlpito resulta muy complicado. Muchos lo sabréis, sabréis lo complicado que resulta intentar escribir algo coherente porque se te ha metido la cabeza en una especie de estado shock que te lleva a quedarte en blanco. Seguro que has sentido esa sensación, es horrible.

Pues exactamente así estoy yo ahora, en plena fobia al folio en blanco con una extraña mezcla de rabia, estupefacción y perplejidad que me han dejado paralizado como un gato ante los focos de un coche. Siempre pensamos que lo que sale por la tele sucede “en otros lugares”, ya se que no es así porque donde yo estoy también es un lugar como otro cualquiera. Igual esa sensación es algún tipo de método de defensa que usa nuestro cerebro para sentirse más seguro, se lo preguntaré a mi psicóloga de cabecera. Pero al final sucede que llega un momento en el que se te cae el castillo y te das cuenta que la barbaridad no está sólo en Ucrania, en Madrid o en Valdemorillo de la Sierra. También puede esconderse en tu pueblo, en tu escalera o incluso más cerca, en ese momento te planteas muchas cosas.

Verás, resulta que el domingo se cometió otro de los crímenes abyectos que evidencia que puede que pertenezcamos a la peor de las especies que pueblan el planeta. Un sujeto asesinó a su hijo, otro caso de violencia vicaria, otro más de los que aparecen en las noticias, que nos llenan de horror hasta que la noticia de después vuelve a horrorizarnos en una sucesión de espantos que nos lleva a pensar que todo está perdido. Pero claro, cuando te has cruzado por la calle con los implicados, cuando has podido hablar con ellos, cuando les pones cara, voz y cuerpo la cosa cambia parece que toma otra dimensión y duele, sientes rabia, mucha rabia.

Es difícil entender, por lo menos para mí, que pueda existir tanta violencia en pleno SXXI. Igual es que soy cortito porque viendo hace un rato a Zelenski hablar a sus señorías de las similitudes entre Guernika y Mariupol me parece tiene razón el presidente ucraniano, no hemos mejorado mucho desde entonces. Pero como decía, si es difícil entender como todavía después de lo vivido recurrimos a los bombazos, más me cortocicuita el cerebro entender como se repiten una y otra vez, hasta niveles pandémicos, la violencia de genero y que encima existan negacionistas al respecto ya es alucinante.

Pero todavía existe un sótano más en el infierno de la violencia de género, la violencia vicaria ¿De verdad puede existir alguna alimaña de dos patas tan insensible e irracional como para asesinar a su propio hijo solo por hacer daño? ¿De verdad que es capaz de no sentir nada por él? Pues lo hizo, acabó con la vida de su hijo a cuchilladas y se quedó a ver el efecto de su obra. Si alguien no es capaz de sentir empatía ni por su propio hijo no se si ese alguien puede considerarse perteneciente a la especie humana y claro ¿Cómo podemos defendernos de semejantes bestias inmundas? Parece que en este caso los engranajes de la justicia han fallado, una vez más, igual deberíamos pensar de una vez que está fallando para que ni siquiera dos juzgados sean capaces de estar intercomunicados entre sí. Puede que si quitásemos ya el polvo a la máquina judicial se salvase otra vida porque decir “antes de que sea tarde” es insultar a tantos que ya no están y a tantas familias rotas por el dolor. Les debemos acabar con esto.

Perdóname hoy pero ya te digo, mi cabeza está en otro sitio. Lleva dos días a dos manzanas de mi casa. Hoy es un día de esos que piensas que lo que me enseñaron en la facultad no funciona porque es incapaz de parar la barbarie de los animales con forma humana que viven entre nosotros. Mañana supongo que ya podré pensar de otra manera, sacar de mi cabeza las ideas del ojo por ojo que todos tenemos alguna vez y poder darme cuenta de que más vale justicia coja que la ley de la selva. Eso es lo que nos diferencia de las alimañas sin nombre que andan sueltas.