Archivos para noviembre, 2017

Cuentan que era el 13 de mayo de 1990 cuando Zvonimir Boban le dió un patadón a un policía en unos altercados antes del partido que debía disputarse entre el Dínamo de Zagreb y el Estrella roja se abrió la caja de los truenos. La imagen de ese “chut” se USSR_stamp_I.B.Tito_1982_6kconvirtió en el símbolo de la desintegración de un estado “inventado” con cinco nacionalidades enfrentadas, cuatro idiomas distintos, tres religiones, dos alfabetos…. Un galimatías que había estado sujeto, mano de hierro, por Josip Broz “Tito” y que acabaría sucumbiendo en una cruenta guerra en plena Europa. Dicen que la debacle empezó esa tarde aunque la verdad es que todo venía de atrás, muy atrás y esto no fue más que una gota en el vaso que ya andaba desbordado. A partir de esos días se desencadenaría la tormenta y empezarían a sucederse las imágenes y las noticias de una de las guerras más violentas que se recuerdan, fotos que nos llegaban todavía en los papeles y que sólo se diferenciaban del holocausto en que estas eran en color. Después ya vendrían los primeros bombardeos de la OTAN a las ordenes de Solana. No se porqué, puede que por juventud o por asuntos que no vienen al caso pero esas imágenes me marcaron, sentía algo que me obligaba a no estarme calladito, publiqué mi primer “trasto” y en eso andamos.
¿Que porqué cuento yo ahora esta parrafada? Pues resulta que la semana pasada, con todo el lio este que llevamos casi se nos pasa por alto que el Tribunal Penal Internacional Front_view_of_the_ICTYpara la antigua Yugoslavia, 24 años después, acabó su trabajo condenando a cadena perpetua al comandante de las fuerzas militares de la República serbia en Bosnia, Ratko Mladic por una retahila de crímenes contra la humanidad que dejaban a VladTepes como un verdadero aficionado. Verdaderas atrocidades como el genocidio de Srebrenica en el que mandó a la muerte a unos ocho mil musulmanes, hombres, mujeres y niños en una de las acciones más horrendas y más vergonzantes de la historia reciente de Europa. Pero ese sólo es un ejemplo de los horrores desencadenados por el “Carnicero de Srebrenica”.
Pero Mladic también fue condenado por otro tipo de crimen no menos asqueroso (y mira mladic.jpgque la colección es larga porque los humanos tenemos una querencia curiosa a masacrarnos entre nosotros). Un crimen que sorprendentemente no se incluyó como crimen contra la humanidad hasta 1993. Me refiero a las violaciones sistemáticas, masivas y organizadas como arma de guerra. Hasta entonces indeseables como Mladic no hubieran sido condenados por los miles de mujeres y niñas musulmanas que fueron violadas por los militares o paramilitares en Bosnia Herzegovina . Los salvajes que no entienden que hasta en la guerra hay normas y límites se creían impunes o con algún tipo de derecho sobre estas mujeres para abusar de ellas, para hacer de la guerra algo más atroz todavía si cabe.
El Derecho Internacional ha tardado mucho, muchísimo en reconocer la gravedad de la imagen.jpegmaldad que existe detrás de una política de agresiones sexuales asociadas a la guerra, una de las armas más antiguas de la humanidad, de las más dolorosas. La violación como acto de guerra es ofender al derrotado, es humillar a la víctima, es intentar acabar con la estirpe del contrario. Es un crimen tan execrable que no puede prescribir, un crimen que ha de perseguir al que lo comete hasta el fin de sus días y más allá porque no debemos olvidar lo que han hecho las bestias, por todas las generaciones, no vaya a ser que no nos acordemos un día.
Es viendo lo enorme cuando aprendemos, y ahora, gracias a las miles de valientes que nos han dado su testimonio cuando fueron violadas por el ejército serbio se ha conseguido que la violencia sexual en tiempos de guerra adquiriera el nivel de crimen de lesa photo_verybig_166314humanidad. Gracias a ellas podemos llegar a comprender con cierto consuelo, que aunque las imágenes del horror no se borren nunca de nuestras conciencias, el criminal no quedará impune. Con esa lección aprendida nos queda interiorizarla en nuestro día a día, nos queda darnos cuenta de que los crímenes como  las agresiónes sexuales no pueden ni deben quedar impunes, ni en lo grande ni en lo cotidiano porque la agredida sufre lo mismo en sus carnes. Y ahora ya sabes que no va a quedar sin castigo, ya nos encargaremos todos de ello o por lo menos eso espero.

Cuando empezó el juicio en la Audiencia de Pamplona me dije a mí mismo que el asunto ya era suficientemente asqueroso como para que aquí le diésemos más publicidad a estos DOqOLP4W4AAH6pC-635x399.jpgespecímenes de “Homo Violator” que seguro que siguen pensando que lo que ellos perpetraron no fue una violación. Lo triste es que estoy convencido de que no son los únicos, seguro que quedan muchísimos individuos sueltos por ahí que creen, como Stefano Gabbana, aquello de que si te tocan el culo no es acoso sexual o que si tu jefe te dice que te acuestes con él, tu decides.
Pensaba que los salvajes de Pamplona no merecían volver a ser protagonistas de nada que no fuese un juicio y una condena (si les correspondía) que dejase muy claro lo que les ocurre a aquellos que se creen con derecho a algo que no sea respetar al otr@.

He de decir que prefería callar porque la víctima no merece que se vuelvan a airear aquellos días en los que fue presa del salvajismo troglodita. Ya sufrió muchísimo con lo que le hicieron pasar aquel día y todos los posteriores en los que no cesaron los comentarios por parte de quienes no entienden que aquí o jugamos a la igualdad y el respeto o rompemos la baraja. Pensé que mejor me estaba calladito y esperase a que la justicia hiciese su trabajo lo más rápidamente posible. Me equivoqué, como siempre.

No puedo callarme porque sentí vergüenza de género y de gremio al decirse que el juez aceptaba el informe de un detective que los “presuntos” le habían puesto a la chica para 5a0ca5aed1c7a.jpgque la siguiese y se enterase de que hacía, que decía, como se comportaba o que fotos ponía en sus RRSS. La sola idea de pensar que se perseguía con estos hechos ya es repugnante pero que lo acepte el juez es como para pensárselo porque con la aceptación de la prueba parece que el tribunal exija un comportamiento moral a la víctima, como si la calle, la noche o el ir de copas fuese un territorio “para hombres”. Esto puede entenderse como un acto de violencia contra las mujeres, otro más y ya son tantos… Parece que no juzguemos el hecho de que unos big_sanfermin-en-igualdad.jpgsalvajes no aceptasen un NO sino el comportamiento de la víctima. ¿Qué se ha pretendido demostrar con el detective?¿ Es que no creemos lo que le ha ocurrido a la chica? O peor todavía, ¿Es que no creemos a las mujeres?. Es como si la víctima estuviese obligada a la mortificación en vida y no pudiese llevar la vida normal (o la que le dé la santa gana) propia de una chica como otra cualquiera. Es como si el hecho de haber sido violada la obligase a emparedarse en vida como una monja medieval para que nos la tomemos en cuenta. ¿No ha padecido ya lo suficiente con la experiencia de los salvajes?

Está visto que tenemos mucho camino que recorrer en esta sociedad para poder poner fin 1concentración-1024x654.jpga la mordaza que lleva puesta la mitad de nuestra especie. Parece que nuestras compañeras no sólo han de sufrir el zarpazo de las bestias sino que encima se espera de ellas un comportamiento que no se exige a los varones ¿A santo de qué esa diferencia? Si te han forzado te han forzado y nada más importa, es lo que se ha de juzgar. No viene al caso la vida que se lleve ni el género que se tenga, te han violado y punto sea cual sea tu condición, esposa, madre, amiga, transeúnte. El resto sería como pretender justificar un robo a Rockefeller porque tiene mucho dinero e intentar usarlo como atenuante.

¿Tan difícil resulta aprender aquello de que si te dicen NO es que NO, lo diga quién lo diga, que da igual el género y que no se tiene ningún derecho sobre el cuerpo del otr@? Por lo visto si porque Naciones Unidas dice que un 70% de las mujeres de este mundo ha sufrido acoso por parte de un compañero sentimental (click). ¿Y si nos damos cuenta ya de que el respeto verdadero es la piedra sobre la que debemos empezar a construir una nueva sociedad

Seguro que nadie podía imaginar que en la omnipresente sección de tribunales podíamos aprender hasta cosas de cocina, que mira, siempre viene bien ¿Te imaginas a Arguiñano a cebolla-pochada.jpgla puerta de la Audiencia Nacional? Casi que mejor lo dejamos. Por cierto, ¿Sabías lo que es pochar? Pues la verdad es que uno que cuando era crío consiguió hacer una tortilla SIN romper el huevo y que todavía hoy se defiende como puede entre fogones tiene que ir a buscarlo en el recetario que venía con la batería de cocina . Resulta que la cosa no parece nada del otro jueves (o si), todo consiste en dejar que se cueza a fuego lento un alimento, hasta que se ablande. Según la RAE es “1,tr. Freír a fuego lento un alimento. Pochó una cebolla. U.Tc.prnl “, me quedo con la receta de la RAE que parece más fácil. Pues bueno, pochar es exactamente lo que estaba haciendo “El Bigotes” cuando fue molestado 63.jpgen plena clase de cocina para declarar ante la comisión de las Cortes Valencianas . Allí dejó bien clarito que él estaba “a la sombra” pero que eran otros muchos los que tenían que estar, o algo parecido porque la frase exacta parecía redactada por el mismo guionista que Rajoy (¿casualidades?). Ya ves tu que poca consideración, ahora el nuevo Adrià  no va a poder superar el examen de cocina porque fue a contarnos que hacían con nuestros dineros además de regalar payasos a Ana Mato y Sepúlveda “porque eran amigos”, como si esa fuese la mayor de las pruebas de amistad que Correa pudiese dar. La verdad es que si no es porque es deleznable, el show daría para unas buenas risas.


Lo que parece claro es que continuamos escondiendo las vergüenzas bajo la misma tapadera, que si “eldesiempre” anda predicando por Bruselas, que si se fugan empresas.. go_to_presolo de siempre, ya creo que el mundo nos mira y se ríe. Todo sea por pasar de refilón el que el pobrecito Ignacio González sale de la cárcel, justo antes de que se le descubra que “por arte de magia” le han brotado unos cinco milloncejos de nada allá por las américas, también es mala suerte, ¿verdad? O intentar esconder debajo de la alfombra eso de que en la Audiencia el caso Gürtel avanza inexorablemente y Luis Bárcenas ya no sabe que contarnos.


Pero sin duda el plato fuerte de la semana, el que ha costado un mundo esconder detrás de una estelada tamaño XXL es el hecho de que en el Congreso compareció el que para el PP debe ser peor que “El Hombre del Saco”, el inspector jefe de la Unidad de hqdefault.jpgDelincuencia Económica y Fiscal (Udef), Manuel Morocho, y nos contó con valentía y sin despeinarse a todos los que quisimos oírlo que lo de la Gurtel era “corrupción en estado puro”, un mecanismo ideado para que empresas adjudicatarias de obra pública pagaran los actos publicitarios y electorales de todos los PP habibles y por haber (locales y nacionales). Además nos dijo sin tapujos que existen indicios de que todos los mandamases del PP, de Mariano Rajoy a Álvarez-Cascos se han forrado con los sobresueldos «de estrangis» en dinero negro (y se hizo el silencio, ya veremos que dicen jueces) Pero ahí acabó todo porque esta gente no se da por aludida y se continua creyendo con autoridad moral para obligarnos a cumplir legalidades que ellos ni conocen.


Pero volviendo a lo que realmente importa. ¿Alguien sabe pochar? Espero que si porque vamos a tener que explicárselo al Bigotes, si no el pobre va a suspender el examen en la cárcel. A no ser que freír unas verduritas no sea lo que esté haciendo esta gente porque 13281635-Chef-de-la-historieta-con-cartel-en-blanco-Foto-de-archivo.jpgigual el Bigotes está tirando de la manta, poco a poco,a fuego lento, pochando la Gürtel. Casi que podíamos preguntarle que está cocinando, por si las sorpresas, no vaya a ser que en un país gobernado por un presidente que indiciariamente cobraba sobresueldos y con cuatro ¿o cinco? ministros reprobados se nos acabe achicharrando la cebolla o que le peguemos fuego a todo directamente. Ya veremos como acaba la receta pero seguro que el menú de bar chusco que nos están cocinando lo que es “estrellas Michelín “ no conseguirá demasiadas, con que no nos haga daño al estómago ya sobra.

Desde que el mundo da vueltas los de la especie humana nos hemos pegado a brazo partido para ir liberándonos de cadenas para conseguir ir cambiando poco a poco unas por otras sin dalidarnos cuenta de que muchísimas de ellas son autoimpuestas porque siempre acabamos poniéndonos los grilletes nosotros mismos. Suena raro, ¿verdad? Pero no me dirás que la Historia de la humanidad no se puede resumir en que un grupo se rompe la espalda para conseguir liberarse de unas obligaciones y cuando lo consigue va y se ata a otra cosa igual o peor que la anterior. Así ha ido moviéndose la Historia y así seguirá, a trancas y barrancas, somos incorregibles. Al final Orwell en “Rebelión en la granja” no se equivoca en nada (¿No lo has leído? Permíteme que te lo recomiende)

Un ejemplo es lo que hemos vivido estas últimas décadas. Las jornadas laborales han ido reduciéndose, sobre el papel, porque en la realidad nos da la risa histérica cuando leemos esto y tenemos que currar de sol a sol con una sonrisa de gratitud pegada en la cara, no vaya a ser 20060722022000-tiempos-modernosque el jefe se enfade porque “la cosa está mú malamente”. Pensamos que hemos ganado pero no caemos en que para que los de abajo consigamos algo los de arriba también han de sacar tajada. ¿O es que olvidamos aquello de que “la banca siempre gana”?. El caso es que dicen que trabajamos menos horas y tenemos más “tiempo libre”, entonces nos surge el “tener que hacer algo” para llenar ese tiempo, no sabemos estar paraditos, contemplando el amanecer o disfrutando de algo que nos llene el alma. No es que se trate de tirarnos a la vida contemplativa pero es que nosotros nos encargamos solitos de agobiarnos por estar siempre “haciendo algo” sin darnos cuenta de que nos cargarnos otra cadena al cuello y que curiosamente nos cuesta dinero ¿y quienes son los que lo ganan con eso? ¡Voliá!, los de siempre, los que nos han resumido nuestra vida en un mero acto de consumismo.

Nos han inculcado aquello de que el ocio sin hacer nada es pereza y que en el tiempo libre hay que cansarse, hay que hacer cosas y contarlas, apuntarse a un gimnasio, practicar redes.jpgdeportes raros y carísimos, comprar cosas, ir de vacaciones a lugares de los que volveremos cansados y sin un clavo, documentarlo todo en mil redes sociales para hacer los dientes largos y provocar la envidia del que lo vea. Aunque en realidad estemos deseando volver a la rutina para sentirnos tranquilos un rato,  así seguirá la rueda. Al final la desnaturalización del tiempo libre nos ha llevado a transformar NUESTRO tiempo libre en un tormento que no es descanso ni nada que se le parezca.

En la Grecia clásica se llamaba ocio al tiempo dedicado a la reflexión, a pensar en uno mismo y sus creencias. Hoy es más bien lo contrario, el ocio es un gasto que se paga, y se paga caro. Se trata de mantenernos ocupados para que no pensemos en nada, no vaya a ser que nos napoleondemos cuenta de nuestra esclavitud y dejemos de generarles beneficios, además, si te paras a pensar Umberto Eco tenía razón al decir que como nos han puesto las herramientas nos hemos transformado en espías los unos de los otros (la verdad es que la Stasi hubiese alucinado con Twitter, Facebook o Instagram). No podemos quedarnos en paz un rato, hemos de hacer o aparentar hacer más que el otro,  es la deshumanización total en la que estamos viviendo.

Hace años estábamos preocupados por si nos substituirían por robots pero puede que lo que haya ocurrido es algo más terrorífico y mucho más económico, nos han transformado a nosotros mismos en robots que ya sólo tienen dos derechos, consumir y morir. ¿Te has parado a pensarlo alguna vez?