
Foto: Jonathan Ernst / Reuters




Foto: Jonathan Ernst / Reuters
Mi abuela decía que nadie va por ahí alegremente regalando duros a cuatro pesetas y que desconfíes de lo que es gratis. Siempre fue muy sabia y prudente, como todas las personas mayores, es lo que tiene la edad y la experiencia. Con las canas se es un pozo de sabiduría pero intentan robarte la pensión pero eso es otra historia. Es para pensarlo, si alguien te regala su trabajo en el que ha invertido tiempo y dinero no dudes que algo espera de ti a cambio. Eso es un axioma que deberíamos tener pegado en un post it en la pantalla de nuestro ordenador, tablet, móvil o cualquiera que sea el artefacto que utilicemos para darnos un garbeo por el ciberespacio.
Seguro que te has dado cuenta de que todo quisque te va pidiendo tus datos por internet y nosotros los damos con una sonrisa cibernética de oreja a oreja pero seguro que si andases por la calle y un desconocido saliese estilo «popup» de una papelera y te pidiese tu número de teléfono saldrías corriendo en dirección contraria. Parece que no hayamos aprendido de que la vida en la red también es nuestra vida. El caso es que sin venir a cuento nos piden el número de móvil o nuestro correo electrónico o nuestra dirección postal, porque sí, en cualquier cosa que hagamos, en cualquier página que consultemos, para la tarjeta cliente del Zara, para una rifa… vete tú a saber! Y así, con toda la información que damos gratuita e inocentemente se va creando una maquinaria que sabe de nosotros más
que nosotros mismos, porque no olvida jamás que un día buscaste unas zapatillas de running (lo que toda la vida ha sido correr como un descosido), aceptaste esa cookie, y ahora no va a parar de llenarte de información hasta que te compres tres pares (a mi me pasó, quería cambiar mis viejas «zapas de correr» y me convencieron de que me hacían falta tres pares, unas para pista, otras para caminos y unas terceras para «trail de montaña» y eso que yo no corro por la montaña porque andando se disfruta más de los paisajes, al final de toda esta historia llegó un mensajero con TRES bonitas cajas. Y así con todo.
Ahí puede que esté el negocio, no somos conscientes de que nuestros datos valen dinero y los regalamos. ¿Resultado? Que miles de millones de Terabytes de información se almacenan y se venden para todo tipo de usos, ya sean legales o ilegales ¿Qué más dará si tus datos acaban en manos de una empresa de ofertas de cualquier cosa o en las oscuras garras de unos clonadores de tarjetas? Desde propagandas a campañas electorales a medida, hasta el espionaje o las fake news más alucinantes.
No se trata de meter el miedo en el cuerpo o de transformarse en superagentes de la T.I.A. pero es que parece que somos muy descuidados a la hora de contar la vida a desconocidos. Espero que hayamos aprendido lo que decía nuestra madre (aquello de «no hables con extraños») después del escándalo en el que una empresa participada por uno de los donantes de la campaña Trump y socio de un portal supremacista blanco cuyo director acabó conduciendo la famosa campaña del nuevo presidente, Cambridge Analytica, accedió a la información de 50 millones de usuarios de Facebook, en principio en USA sin permiso para diseñar un programa informático que dijese a cada uno lo que quería oir en campañas como la de Trump o del Brexit. Después de enterarme de esto me quedé con los ojos desorbitados, pero ya se me cayeron los palos del sombrajo cuando leí que Mark Zuckerberg, tendría que ir a la Cámara de los Comunes y decir que Facebook no tenía nada que ver con el asunto y santas pascuas. Para los grandes monstruos del Internet debe ser normal lo ocurrido. Piénsalo, es su negocio, nuestros Gobiernos no se ponen al día o miran hacia otra parte a la hora de legislar y nosotros les hemos regalado la materia prima ¿O es que te has leído las tropecientas páginas que salían cuando te apuntaste a Instagram, Facebook o lo que sea? Seguro que como le diste a “aceptar” (como todos) sin darte cuenta que ese contrato estaba copiadito del que le dio el diablo a Fausto.
Al final parece que Internet no sea más que una especie de red de pesca gigantesca en la que se nos intenta capturar como si fuésemos arenques. Párate a pensar que, por desgracia, NOSOTROS somos nuestros datos en la era del Big Data. Debemos aprender a vivir en esta realidad, tatuarse en la frente la frase aquella de que “cuando un algo es gratis el producto eres tú” y obrar en consecuencia.
Desde que tomé consciencia de que existía eso de medir el tiempo siempre he pensado que el reloj puede que sea uno de los inventos más sádicos que haya creado el hombre, si no lo creéis así ya me explicareis lo simpático que era el homínido que inventó el despertador (yo lo sentaría junto con los grandes monstruos, al lado del que inventó la bomba H). Tenemos relojes para todo, vivimos agobiados atados a ellos. Tic Tac, Tic Tac… el mundo entero se rige con ese soniquete. Lo que me faltaba por saber es que existe uno que se creó hará 70 años y su solo nombre ya causa pavor, es el «Reloj del Apocalipsis» y lo publica el Bulletin of the Atomic Scientists , un grupo de científicos que se reúnen dos veces al año para “ponerlo a hora” entre los que parece ser que hay hasta 15 premios Nobel.
Resulta que el reloj tiene una alarma puesta a las doce de la noche. Si llegase a sonar, todo haría un inmenso BOOOM y acabaríamos inmersos en una catástrofe global. El reloj marca lo cerca o lejos que estamos de hacernos picadillo a nosotros mismos. Y parece ser que no es que nos sobre mucho tiempo y de ello se han encargado últimamente personajes como Trump y sus declaraciones en las que cada vez que habla sube el pan. Pero también nos descuentan tiempo los efectos del cambio climático, las pruebas
nucleares de Corea del Norte, el creciente menoscabo de la sensación de seguridad o el aumento de la tensión que está llevando a los ultras al gobierno de muchas naciones europeas, como Austria en las legislativas el otro día. De verdad que cada vez me convenzo más de que Europa está perdida y no puede reinventarse con los viejos espantajos que se mantienen en sus instituciones y sus ideas rancias en las que no cabe el hecho de que los países no son las rocas inamovibles de antaño. Bueno, a lo que íbamos. El caso es que desde 1953, cuando vivimos unas pruebas termonucleares USA y URSS, nunca habíamos estado tan cerca. Vamos listos.
Pero una vez más me temo que aquí en España (o como decía Prince… el artista antes conocido como…) nos da por seguir nuestro propio huso horario y puede que estemos a punto de oír el primer campanazo en la Puerta del Sol, solo que esta vez no comemos uvas precisamente. En nuestro propio reloj del Apocalipsis ha pesado muchísimo un gobierno indolente entregado a “verlas venir”, a recortarnos derechos, a permitir que se achicharren nuestros montes no se si por desidia,falta de vigilancia o vete tú a saber, dejando la extinción al orgullo de los mismos vecinos que ya arrancaron con las manos el chapapote de 2002 y ahora vemos traginar con cubos y
palanganas (¿te acuerdas del de “los hilitos de plastilina”? Si, ese mismo). Un gobierno que impide que se hable tanto de independencia, bajo peticiones salvajes de pena de cárcel, como de DEPENDENCIA, algo más grave todavía porque con ese silencio se está permitiendo que mueran nuestras personas dependientes sin que se les haga caso y sin que se les preste la ayuda a la que tienen derecho de hace años que no reciben porque se les mantiene escondidos dentro de un baúl sin que podamos oír siquiera sus voces. Son un ejemplo más, como otros que permanecerán debajo de las alfombras de unos políticos centrados en si mismo, que han perdido el contacto con la realidad de aquellos a los que dicen representar y que están acelerando cada vez más el ritmo de este reloj que no para de hacer Tic Tac Tic Tac encaminado hacia el apocalipsis. Mucho me temo que la única forma de hacer que se detenga es quitarle las pilas y eso tendremos que hacerlo nosotros, quitarles los apoyos a los políticos que mueven las manecillas para así poder dejar de escuchar el atronador Tic Tac Tic Tac…
Existen cosas típicas y tópicas en la tradición española que merecen todo un capítulo aparte en la historia. Una de ellas es el mundo de los abanicos. Me vienen a la cabeza esas señoras muy señoronas pavoneándose, coquetas, con sus soplillos en el palco de un teatro madrileño en mitad de una representación de “La reina mora”. Hubo un tiempo en el que un abanico era más que un paipay para hacer aire. Cuentan que el abanico fue todo un símbolo con un sofisticado lenguaje con el que una dama era capaz de decir todo sin abrir la boca según movía, enigmática, su abanico de encaje (click si quieres conocer más). Aquel lenguaje se perdió en la nube de los tiempos y casi nadie se acordó de los aventadores hasta que llegaron unos señores de Ibiza, los Locomía,
con sus hombreras imposibles agitando unos flabelos que seguro que provocarían grandes tifones en Australia, por lo del “efecto mariposa” y todo eso. Su escenografía hoy en día haría que nos arrancásemos los ojos los unos a los otros, para evitar esa visión horripilante, pero todos bailamos aquellos veranos al vientecillo de los pericos aquellos. Que tiempos!.
Pensaba que todo había quedado en el olvido de estos cómodos tiempos del aire acondicionado hasta que llegó el Consejero de Sanidad de Madrid y consiguió helarnos la sangre en plena ola de calor esta en la que hasta las piedras empiezan a derretirse. Resulta que para este hombre de mente preclara (que no sólo no ha sido cesado sino que encima se le aplaudió la ocurrencia por parte de sus compinches de partido) la solución a que se nos derritan nuestros hijos en clase no es más que aquello de “Dobla, Dobla, Dobla y tienes un abanico”. Podríamos proponerle que vaya a visitar a Pepe Botero para intentar venderle su modelo de aire acondicionado. El problema es que esto
no es más que un reflejo más de la política que estamos sufriendo, la de aquellos que están a lo que están, a los que no les importamos un botijo y tienen tan pocas luces como para soltarnos necedades de este calibre. Aquellos que no son más que esbirros del nuevo maestro del lenguaje, nuestro presidente, que nos enloquece cada vez que abre la boca e intentamos averiguar lo que nos ha dicho. No se si será que mi intelecto no me llega o que el calor me ha fundido el cerebro pero, oye, que no entiendo yo la lengua críptica que se gasta este hombre. ¿Y lo peor de todo? Que las circunstancias harán que le toque pronunciarse sobre como hacer frente al calor, veremos si no nos sugiere que nos soplemos los unos a los otros.
Pero el caso del calor no es una tontería porque si el planeta se acaba se acabó todo, ya no tendremos que preocuparnos por ninguno de los problemas que nos atenazan, no nos tendremos que preocupar por NADA, en mayúsculas, ni por los galimatías de Rajoy y ni siquiera por la última sandez de Trump porque si se nos muere el planeta nos morimos todos, nos va la vida en ello.
Sea por lo que sea lo que es indiscutible es que hace más calor, cada vez más, tanto que ya es como para pensar si estamos ante un fenómeno meteorológico sin más o un efecto palpable de que nos hemos cargado el planeta, y esto no se soluciona con abanicos. Supongo que a alguno de los sabi-hondos de turno se le habrá ocurrido poner aire acondicionado en todos los espacios cerrados y combatir así el agobio. Está claro que esto no es la solución pero algo habremos de idear porque este calor no parece natural. Los expertos nos cuentan que el verano lleva décadas (desde los 80) alargándose más o menos un día al año (click si quieres saber) y la primavera se va acortando por obra de aquello del calentamiento global y el primo de Rajoy.
Ha llegado el momento en el que comprendemos que el calentamiento no es cosa de ciencia ficción o películas de catástrofes. Ahora ya nos está afectando en nuestras vidas, comprobamos como los polos ya no son más que sorbetes. Ya estamos padeciendo los efectos de estar cociéndonos a fuego lento con el “chup chup” de Avecrem. Desplazados climáticos, incendios pavorosos, bochorno, falta de sueño una mala gaita de narices… de solucionar eso se trata, de salvar
nuestra existencia en sentido literal. Se debería acometer una política a gran nivel y además urgentemente porque el deterioro medioambiental se nos va de las manos y no tenemos nada con lo que luchar. Teníamos el Acuerdo del Clima de París (menos es nada), justo ese que Trump se ha cargado al sacar de él al segundo país más contaminante del planeta. Necesitamos acuerdos mundiales que detengan la catástrofe y nosotros, el país que usa el Sol para broncearse y no para generar energía, vamos listos, sólo tenemos a Mariano y a su primo.
Hay días en los que pienso realmente que por estos andurriales las cosas no funcionan igual que en el resto del mundo. Parece que vivamos en una realidad paralela que sigue sus propias reglas. Más que sus propias, copiadas al sombrerero loco de Alicia o mejor todavía, a Fu-Man-Chú, por lo sádico del asunto.
Mientras el mundo empieza a darse cuenta de que puede que falte menos del canto de un duro para que acabemos metidos en un guerra termonuclear que nos deje viviendo a lo Mad Max por obra y gracia de un pistolero loco y de un loco (directamente, sin pistolero) que seguro que acaba tirando alguno de sus petardos “de prueba” y acabamos todos como el Coyote con el TNT marca ACME. Lamentable pero cierto, los locos pueden liarnos una buena, es la especialidad de los descerebrados megalómanos que ya empiezan a abundar. El asunto debe ser serio porque hasta el Papa este tan modernejo anda buscando a
gente para intentar convercer a Trump de que se deje estar de petardos, que no estamos en fallas. Y eso no lo hizo el Vaticano ni cuando a la crisis de los misiles de Cuba, aquellos días en los que Kennedy no andaba muy fino con su vecino, el mundo casi se va a tomar viento. Por suerte no ocurrió nada porque entonces no estaríamos leyendo esto pero por lo menos no tendríamos la cosa esta no apta para cardíacos de ver como LePen podría ser la próxima presidenta de Francia y entonces si que andemos apañados por Europa. Después de todo esto ya veremos si no vamos a tener que lamentarnos de que nuestro Gobierno no tenga un protocolo de actuación ante el apocalipsis zombie. A mi ya no me sorprendería nada y visto que esta gente es gafe y les crecen los enanos corruptos, ya veremos.
Pero esto no parece afectar en nada a este país que anda inmerso en el mangoneo diario y en el que ya estamos vacunados de escándalos. Al levantarme cada mañana y mirarme al espejo ya no me fijo en que de tanto madrugar ya parezco un extra de The Walking Dead, en lugar de eso pienso ¿A quién trincarán hoy?. Nos gusta, lo preferimos hasta el punto de que alguien habla de una Moción de Censura para decir basta al saqueo a las cosas del comer y todo nuestro arco parlamentario se dedica a boicotear, sin siquiera pararse a escuchar la propuesta. Y mientras, en el PP, andan contentos como unas castañuelas a ver que TAMBIÉN se van a salvar esta vez porque en la acera de enfrente parece que se preocupen más en sacarse los ojos y montar el circo que en afanarse por sacar algo de provecho. Parece que vivan todos felicísimos con el Registrador y sus “cositas”.
Que si no ha presentado programa, que si no tiene candidato, que si le faltan diputados… Todos los voceros han corrido a ponerse “a la faena”, da igual la cabecera que sea ¿os habeis dado cuenta que ya hasta coinciden en sus portadas?. Todos los medios se han tirado en tromba a dinamitar la iniciativa antes incluso de que sea presentada oficialmente en el Congreso. Vale que no va a llegar a ninguna parte pero es que se han dedicado a romper el jarrón chino antes de que siquiera estuviese cocido. Han batido todos los records de manipulación y servilismo.
Parece que la Moción en realidad no vaya contra un Gobierno obligado a mirar a los tribunales en lugar de gobernar en los tiempos peligrosos estos que vivimos en Europa. Más bién creo que es un traje a medida para acabar de enterrar el cadáver del PSOE porque si de verdad quisiesen tirar a Mariano ya tuvieron su oportunidad cuando lo de Pedro Sanchez, y la dejaron pasar. Lo que parece claro es que nadie está dispuesto a esperar a ver que dice el otro antes de sacar la cachiporra y liarse a atizar a ciegas a ver que cae, como en una piñata.
Cuentan que en la antigua Roma muchas cosas se solucionaban a base de entretener a las masas con espadazos y violencia supina, algo así como con el fútbol hoy en día pero algo más bestiajo. ¿Que querías publicitarte para Consul? Gladiadores. ¿Que querías evitar que te linchasen por llevarte el dinero de los impuestos (si, antes del PP ya había mangantes)? Leones ¿Que hacía falta que todos mirasen para otro lado? Cuádrigas con Ben Hur y todo eso ¿Que no había para que el vulgo comiese? Una buena naumachia. Al final estaba todo estudiado, cuanto mayor fuese la bestialidad más popularidad se conseguía.
Al final parece ser que la mentalidad humana puede llegar a ser muy salvaje y con un poco de sangre y violencia se arregla todo. Lamentable pero creo que existe algún resorte por el cual te sientes mejor si ves como espachurran al prójimo, siempre y cuando no te toque a tí. Algo así debe haber, se lo preguntaré a mi psicóloga de cabecera y si eso os cuento otro día.
Visto como se las gastan los descerebrados que se han hecho con el mundo parece que no hemos avanzado mucho todavía. Seguimos con eso de cometer barbaridades para darse a conocer y de paso hinchar un poco el pecho, que eso siempre viene bien. Resulta que Trump (para variar) se permitió, sin que en apariencia viniese muy a cuento, tirar una bomba descomunal y quedarse tan pancho. Lejos de que la comunidad internacional, sus electores o siquiera la “hojita parroquial” le tire de las orejas, resulta que ha subido en popularidad. Putin tiene entretenida a media Rusia en batallitas reales y cibernéticas con hackers de película, Corea del Norte juega con misiles del “todo a 100” que acabarán explotándoles en la cara y Turquía, un país que pretende ser miembro de la UE y al que le vendimos con mucha vergüenza el asunto de los refugiados, es ahora un cortijo gigante de Erdogan. Verás como entre unos y otros al final la van a liar, se le irá la mano a uno de ellos (desconfio del CowBoy) y nos van a dejar igualitos que en Mad Max ¿No parece que hay demasiados gallos en el corral?¿No estarán abusando del circo montado?
Tanto espectáculo ya da que pensar (yo es que soy muy malpensado). Igual va y con todo esto no están haciendo más que hacer que miremos hacia otra parte para que no seamos capacer de ver como han cambiado ya la película serie B de la crisis que nos vendieron por lo que es en realidad, un cambio de sistema. Ellos ya han salido de SU crisis pero ha sido a costa de nuestros derechos, a base de que hayamos aceptado sin saberlo, que el sistema se ha roto y que la economía no va a respetar nuestros derechos más básicos. Antes todo funcionaba junto, con la economía se pagaba la cuenta de los derechos sociales, ahora no va a pasar eso, el matrimonio se ha roto. Ellos ganan, nosotros perdemos y además pagamos la fiesta y para digerir eso hace falta mucho, muchísimo circo. La política se ha ido con la macroeconomía.
El objetivo es el crecimiento económico porque sí, aunque para eso ya no haya ningún interés en rescatar a nadie, a los millones de personas como nosotros que se han quedado tirados en un fango del que no van a ser capaces de salir. Existe voluntad para arrancarnos un ojo de la cara y salvar las autopistas pero no para tirar una mano a los parados de 40 años que no van a encontrar trabajo (por citar algo, ejemplos hay miles). Se hace lo que sea para conseguir subir el PIB pero para que tengamos asistencia médica ni en broma, a no ser que venga algún benefactor que ponga dinero.
Deberíamos entender, ahora que parece que ya ha caido el telón, que este truco de magia al estilo Copperfield nos ha llevado a un sistema distinto del que estábamos. Ha muerto el estado del bienestar y hemos ido a parar a una situación en la que la desigualdad ha llegado a límites insostenibles, unos tienen todo y los otros estan apartados. Si no nos plantamos habremos tirado por el barranco siglos de lucha y estaremos en el medievo. Igual todavía no es demasiado tarde aunque visto que hasta un tweet puede mandarte a la cárcel, sospecho que nos llevan mucha ventaja .
Pero claro, nosotros mientras tanto permanezcamos sentaditos comiento “pollo a la centurión” en las gradas del anfiteatro viendo el espectáculo de los bombazos,que no se van a solucionar mientras sirvan para su propósito. Deleitémonos del show sintiéndonos afortunados por no estar debajo de las bombas. Disfrutemos del Panem et Circenses hasta que nos lo hayan quitado todo, ¡hasta el pan y el circo!.
Os acordáis cuando éramos pequeños y jugábamos al “teléfono loco”? Aquello consistía en que uno decía algo y ese algo pasaba»boca a oido» (¡buff cuanto microbio!) por una fila de gente. Al final lo que llegaba no se parecía ni por asomo a la versión inicial. Imaginaros si a esto añadimos una legión de asesores y traductores, porque ninguno de los interlocutores entiende al otro y por lo menos en uno de los casos tampoco es que le importe demasiado ya que hasta se lo cepilló de su web.
No me sorprende ver como existen dos versiones dispares de una conversación protocolaria de 15 minutos entre dos políticos (un Cowboy y otro que se cree estadista). Me refiero, por supuesto, a la de Trump y Rajoy. Para una parte no fue más que pura paja pero para la otra (por lo que se desprende de la nota que el Palacio de la Moncloa envió a los medios) fue la pera limonera, la resurrección internacional de España y el remedio de todos los males. Puede que hasta pongan una versión del “Teléfono Rojo” entre Moncloa y la Casa Blanca (aunque en este caso sugiero un teléfono de esos con dos vasitos de plástico y un hilo, para facilitar su uso). Y todo en un cuarto de hora!
Rajoy dice que trabajaremos todos en las bases americanas en España y que las inversiones en USA han aumentado sobre todo en banca, electricidad y construcción. Si él lo dice…Será ahí donde se habrá notado porque en el resto de los mortales no sabemos ni de lo que habla.
Bueno, lo más destacable es que Mariano dice que, en un ataque de locura y frenesí impropio en su personalidad, se ha ofrecido como esbirro interlocutor ante medio mundo sin caer en que las asociaciones con USA nunca son fáciles. Mucho esfuerzo me parece a mí para una persona que no es precisamente un torbellino de energía con capacidad para remover Roma con Santiago y que nos tiene acostumbrados a que no de un palo al agua. Espero que en Washington se hayan percatado de que si destaca por algo es por su inmovilismo pétreo y su tendencia al estancamiento. Este fin de semana nos lo recordó a la salida del congreso a la búlgara ese que le organizaron para mayor gloria y autobombo, con aquello de “Si algo funciona bien, ¿para qué tocarlo?” No vaya a ser que innovemos algo y acertemos. La verdad es que en el caso de que entre carcajada y carcajada de los americanos se lo hubiesen tomado en serio ya tendrían al recadero apaleable encargado
de que explicar a todos que no pueden entrar en Estados Unidos porque a su presidente no le da la real gana. Pero lo grave es que nos metería de nuevo, sin comerlo ni beberlo, en una situación comprometida. Seríamos partícipes de vete a saber que tipo de atentado contra los Derechos Humanos que se le pueda ocurrir al señor del pelo raro. Recuerda demasiado a aquello de un señor con bigote en Las Azores. Espero que no le tomen la palabra porque si por pura frivolidad nos convertimos en pregoneros de semejante elemento nos llevaremos algún disgusto. Menos mal que tenemos un Gobierno incapaz de comunicar nada. Llevamos un mes de Trump y ni Dastis ni nuestro portavoz del Gobierno han soltado prenda sobre la postura oficial al respecto de la política de inmigración USA. No sabemos si pensamos como Italia, como Alemania, como UK, si tenemos una postura propia o si simplemente no se piensa en nada (lo más probable).
Por otra parte, lo que se desprende de la versión USA de la conversación (unas líneas, por decir algo) es que nos van a sacar los cuartos, por supuesto. Trump se acordó de que existimos para “pasar el sombrero”. Advirtió a Rajoy de que tendrá que “arrimar el hombro” y poner más fondos en la OTAN para la defensa europea, lo que teniendo en cuenta la acostumbrada postura genuflexa de nuestro presidente que confunde sentido común con servilismo rastreo me hace pensar en que podemos ir haciendo un agujero más al cinturón porque van a recortarnos más en los presupuestos de este año. Ya no se en que más se nos puede recortar sin que muramos por la calle de inanición. ¿Pero es que nadie va a decirle a este hombre que todo tiene un límite y que no nos queda más pelo para tomar? ¿Es que jamás vamos a verle haciendo su trabajo?
Mientras nos inquietamos y nos indignamos viendo lo que pasa con Trump, con Putin y con cualquier cosa de las múltiples que nos llevan carcomidos los últimos meses en el mundo, que no son pocas ni graves porque, la verdad, yo todavía no entiendo como este planeta no se ha hartado ya de nosotros y nos ha enviado a tomar viento sideral. Lo hará más bien pronto que tarde pero esto es ya otra historia.
Decía que mientras andamos con la cabeza metida en todos estos líos y en todos los que se encargan de meternos en nuestras cabezas la mayoría de las televisiones con su programación de “atontamiento general” no nos damos cuenta de lo muchísimo que llevamos tragado y de todo lo que estamos perdiendo a manos de un voraz y bien ideado sistema que se nos zampa por los pies para alimentar a los opulentos. No nos damos cuenta de que ya hace tiempo que nos han tirado, con un fuerte patadón en las posaderas, al pozo de la podredumbre social. Un pozo que parece que sea como ese enorme agujero de Rusia, en Kola, que no parece tener final y hasta dicen que se oye al propio Pepe Botero gritar que somos unos ingenuos. O mejor todavía, como el de San Olaf que nos retrató de manera magistral @Fanigrande.
Seguro que nos acordamos de lo que nos reíamos hace unos años de los mileuristas, aquellos que curraban de sol a sol para recibir mil euros raspaditos. Algo por lo que muchos de nosotros suspiramos hoy en día porque a lo que aspiramos es a poder llenar la despensa de casa con eso a lo que llaman un trabajo, por días o por horas en el que no podemos ni rechistar, no vaya a ser que montemos una huelga y nos vayan a sustituir por HAL 9000, Terminator, una máquina expendedora o algo parecido. Porque no se si sabrán ustedes que la ponencia del TC, en el asunto de Telemadrid, consideró que el esquirolaje tecnológico no vulnera el derecho a la huelga. Hemos dejado de vivir en un país alegre en el que hacíamos chistes y bromas de todo para pasar a vivir atemorizados no vaya a ser que se te cuele por el Twitter un chiste sobre alguien del régimen anterior (ya muy anterior) y la fiscalía te caiga encima aplicando una ley surrealista en la que casi cualquier cosa puede ser calificada como “enaltecimiento del terrorismo” mientras por la tele nos cuentan lo malas que son las dictaduras porque no dejan hablar a nadie.
Nos dicen que no podemos ayudar a nuestros semejantes que mueren todos los días en el mar y nos hacen sentir una culpa que nos desgarra el alma. Mientras, ellos se reparten esos fondos que serian la solución. Nos hablan del muro de Trump pero no del de Ceuta, Melilla, del Tarajal y de los muertos del Mediterraneo transformado en un gran cementerio donde todos los días acaba muriendo también un poco de nuestra dignidad como seres humanos.
Nos cuentan que la extrema derecha se nos viene encima, que nos espachurrará como una apisonadora a un tomate y que eso es lo peor que nos puede ocurrir (igual es verdad) pero se nos ha dado como única opción, como remedio, ni más ni menos que la opción del neoliberalismo extremo que hasta nos sube la luz justo cuando hace frío, permitiendo que nos congelemos por no poder pagar y prometiéndonos un bono social a la llegada del buen tiempo. Nos proponen salvarnos del fuego con un incendio, no está nada mal la oferta, ¿verdad? Pues me parece que hasta nos la hemos creído.
Nos vigilan por todas partes, nos amenazan, desconfían y en nombre de una presunta “seguridad” que no pueden garantizarnos en ningún momento (a no ser que sean ellos mismos la amenaza) nos arrancan nuestros derechos más básicos y la dignidad. Pero nosotros seguimos mirando hacia USA, preocupados por lo que nos puede suceder sin darnos cuenta de lo muchísimo e irrecuperable que ya nos ha ocurrido.
Hoy el mundo es un poco más peligroso. Bueno, mejor dicho, desde el viernes el mundo este que todavía no acabo de entender como continúa girando, es más peligroso.
Hemos asistido atónitos a una investidura radicalmente distinta a la que vimos hace ocho años. La ilusión por algo nuevo que se veía en las caras del mundo entero se ha transformado en un discurso machista en sus formas, xenófobo, ultranacionalista y con un cierto trasfondo racista. Hemos visto como las masas, como tantas veces en la historia, vitoreaban y hacían suyo un discurso rancio, vacío de contenidos pero en el que se promete la Luna, no dijo (nadie lo hace) a cambio de que ni como va a conseguirlo. Da igual, las masas andan desesperadas en un rio revuelto y el pescador ha sacado su caña.
La factura llegará. La historia ya nos ha demostrado que el discurso beligerante, duro, de campaña de cara al graderío siempre nos sale caro. Lo hemos visto en tantas ocasiones que no entiendo como todavía cuela, Alemania, Italia… Espero que no lleguemos a tanto, el planeta no lo resistiría.
La receta siempre es la misma, se atenta contra las clases más numerosas, se les debilita y se les deja al borde de la desesperación. Es entonces cuando aparece un “príncipe azul” que acaba saliéndonos rana que señala al distinto como culpable de todos los males ¿Será otra vez lo mismo? Mucho me temo que si. Lo sabe y por eso se ha rodeado de símbolos arcaicos inapelables para protejerse. Ha jurado sobre la bíblia, se ha encomendado a Dios, eso vende (y mucho), además, si no sale bien, contra esto no existe libro de reclamaciones y él, como los antiguos monarcas absolutos, ha manifestado que cumplirá la voluntad del Altísimo de turno.
Ha prometido la guerra contra los integristas con un discurso con aire teocrático de esos que tiran para atrás, de esos que acaban en guerra santa. De un plumazo se ha cargado el ObamaCare, las versiones en español de la web de la Casa Blanca y décadas de colaboración internacional para dar forma a su “América para los americanos” que a mí (que soy muy bruto) ya me empieza a oler a Alemania para los alemanes. Veremos que hace con las instituciones internacionales y con ellas, con el contrapeso inestable que sostiene al mundo. Va muy rápido, tanto que yo abogaría por no permitirle ni el plazo de 100 días de cortesía, si damos tanto plazo a este hombre sentado entre el “teléfono rojo” y el Twitter puede que para entonces este mundo esté perdido.
No es que me haya vuelto partidario del StatusQuo establecido pero asusta que alguien de forma imprudente se cargue décadas de construcción con una voladura incontrolada que nos lleva a un nuevo NewDeal el que una vez más una nación se empeñe en dominar el mundo. No puede hacerlo, lo sabe, en su interior lo sabe, pero no le importa. Le ha dado a las masas lo que querían. Ha colado, es el 45 presidente USA, veremos que sale de esto pero tener a un iluminado al mando de uno de los países más poderosos del mundo no ayuda y si además consideramos que es un ingrediente más en la ensalada con Putin, la amenaza LePen, Corea del Norte, Venezuela, Cuba y todos los que se nos ocurran, definitivamente, el mundo es ahora un lugar más peligroso en el que todo atisbo de respeto a los Derechos Humanos tal y como los conocemos, es pura casualidad. De nosotros depende consentirlo. Llega el momento de decidir si preferimos mantener nuestro falso nivel de vida o luchar por no perder los derechos civils. Solo diré una cosa, las primeras valientes que plantaron cara a todo esto fueron ELLAS, una vez más, con la Women’s Warch Global, una multitudinaria marcha detrás de un lema que nos ha de hacer pensar a todos, “Respect existance or respect resistance”.
Si, hoy puede que me ponga en plan agorero. Hoy es uno de esos días en los que apetece salir a la plaza con un cajón bajo el brazo (de esos de naranjas pagadas a precios de miseria al que las cultiva, pero ya hablaremos otro día
de eso). Decía que dan ganas de subirse al cajoncito y empezar a gritar, con la cara desencajada, aquello de “¡Arrepentíosssss, arrepentíosss que el fin del mundo está cerca!”. ¿Qué porqué digo esto? Porque bien pensado este podía ser el último post que escribo, y no me refiero a eso de que la Parca puede visitar a uno en el momento menos pensado.
No es que tema acabar entre rejas por escribir fuera de lo establecido porque al final, tal y como se está poniendo la legislación, todos vamos a acabar teniendo algún que otro susto. Lo que temo es que dentro de un par de días, no se si habéis caído, nos despeñamos por el barranco. En USA van a cambiar a un presidente más o menos correcto que nos hizo llorar a todos en su despedida por “ESO” y oye, sus peligros tiene. El mundo se dirige a toda velocidad a la cochambre y el salvajismo, las formas importan y las de este hombre no auguran nada civilizado y nosotros, no vayamos a pensar que saldremos indemnes de las ocurrencias del señor del pelo raro, el “trumpazo” está garantizado en forma de Tweett diario.
Yo era de los que pensaban que no sería para tanto, que habrían dos Trumps, el de la campaña, estilo Jr en Dallas y el otro, más moderado, para el gobierno. Después de estos días de ruedas de prensa en los que sacó a pasear su inquietante dedo devastador, ese que usó para fulminar a los participantes del RealityShow ese que montó. Después ver los vítores al Brexit y sus cuchicheos contra Merkel y la UE (igual razón no le falta) o de asistir atónito al juego raro ese de «Putin si, Putin no» ya soy más de gritar “¡Parad el mundo que me bajo!”. Ya entiendo el pesimismo que destilaba Obama en su despedida, puede que tenga razón. La democracia corre peligro en manos de alguien que no deja preguntar a ciertos medios y se parapeta en el twitter al igual que Rajoy lo hacía en el plasma.
Con Trump vamos a ver algo que pensabamos que no sucedería,la caida del imperio a pedacitos como si les hubiesen volado la “Estrella de la muerte”. El país que se supone más poderoso del mundo ha caído en manos de un tiparraco reaccionario hasta la médula que ha abierto las puertas a la plutocracia. Se ha rodeado de una cohorte de personajes a los que mejor dar de comer aparte; “Perro Loco” en defensa, un petrolero de la Exxon, tiburones varios en finanzas, negacionistas en medio ambiente, creacionistas y así hasta el infinito. Pero eso sí ricos hasta el aborrecimiento, en la mesa del gobierno de USA van a haber sentados señores que, en suma, superan el PIB de algunos paises.
Ya empiezo a pensar que vamos a vivir unos tiempos un tanto ajetreados. Igual deberíamos pensar en aquello del meteorito destructor, por menos sería más rápido e indoloro y no tendríamos que soportar las gracietas de un ser trasnochado, misógino y racista pero al que han votado millones de estadounidenses, deberíamos no olvidarlo . Sólo un consejo, por si acaso, disfrutad de los días hasta la entrada del nuevo presidente. Igual va y confunde el maletín nuclear por una máquina de Jackpot de las Vegas, usa ese dedito regordete y acabamos como El Coyote con un detonador marca ACME. Veremos, con esta gente todo es posible, vigilen su dedo, por favor.