Archivos para diciembre, 2020

«Annus horrípilis»

Publicado: 29 diciembre, 2020 en actualité...

Buff! Parece que va llegando ya el día 31 de diciembre. Acabará este annus horribilis,  y podremos gritar “Jumanji” para que acabe todo y volvamos a la casilla de salida. Porque oye, el añito ha sido de cuidado. Quién te hubiese dicho la que nos venía encima cuando comía las uvas con los amiguetes hace un año, ¿Verdad? Personalmente nunca había tenido tantas ganas de tirar el calendario a la basura o mejor todavía, botarle fuego porque seguro que a ti también te pasa eso de querer llegar al día 31 para quedarte con la satisfacción esa de ver el cartelito ese de “tarea completada” y sentarte en el sillón a descansar. Este año ha sido peor que los trabajos de Hércules. ¡Cielo santo que espantajo!  Nos va a resultar raro eso de nos quedemos en casa a ver las campanadas por la tele, con una Puerta del Sol vacía. Casi tan raro como lo que hemos vivido. Pero bueno, es lo que hay. Resignación, suerte de que podamos verlas por la tele, muchísimos no van a poder hacerlo. 

Empezamos el año con las risas de “mira que exagerados son estos chinos” aunque después cuando vimos al bicho salir por la puerta gayola y intuimos la que se nos venía encima se nos borró la sonrisa tonta de la cara y empezamos a lamentar eso de habérselo tomado a chufla. Siempre nos pasa igual, nos pillan a contramano en todo, en lo del virus, en los presupuestos, en eso de pensar que el pobre es el otro y no tú, en creer que los otros serán los necesitados y no tú… en dar por sentado que los reyes son magos, hasta que descubres que la magia la emplean en hacer desaparecer los erarios que ahora nos hacen tanta falta como un botijo fresquito en el desierto. En fin, lo de siempre.

Sólo espero que al final consigamos aprender algo ya que doy por perdido aquello de los tiempos de los aplausos y el «todo irá bien», entonces pensábamos que la pandemia nos volvería más humanos y más solidarios. Empecé a ver tambalearse aquello cuando nos acusábamos a voz de grito desde los balcones y ahora lo veo al hacer patente que somos incapaces de hacer caso a las cuatro cosas que nos piden. Como decía Paco, “menos mal que es COViD en el SXXI, si fuese peste bonica en el SXV no quedaba ya ni el apuntador”. Seguramente tiene razón, nos habríamos azuzado las ratas los unos a los otros.  

Pero bueno, las cosas vienen como vienen y hay que aprender a jugar en todos los campos. Pensábamos que este año, por eso de ser cifra redonda, sería bonito con juegos Olímpicos y todo. Nos ha salido rana y nos ha tocado vivir algo para lo que no estábamos preparados, nosotros que nos veíamos inmersos para siempre en eso del “mr Wonderfulismo” y la Happycracia que nos obliga a ser felices (¿Dónde está escrito eso que no sea en algún libro de Jodorowsky o una libreta de «MrWonderful?). En nuestros planes no entraba una pandemia sería, “como Dios manda” y así nos ha lucido el pelo. Andamos desquiciados y dando palos de ciego. Vale, este año hemos perdido el norte pero al final algo bueno habrá habido. Hemos descubierto dos cosas, la humildad de saber que no somos dioses y que un bichejo del que no sabemos siquiera si está vivo nos puede destrozar,  y algo muy importante, que la ciencia, esa gran olvidada en la vida de lucecitas que nos gastábamos antes de febrero es la última esperanza a la que nos podemos aferrar. No nos ha defraudado. 

Empezaremos 2021 con la mirada ilusionada, puesta en un futuro sin bichejo y será posible porque unas personas de bata blanca, a los que antes no hacíamos caso, han conseguido una vacuna que parece efectiva. Pero no olvides que aunque tengamos un arma para la batalla, hasta el último tiro todo es guerra y no conviene confiarse o esto no va a acabar nunca. 

Soy optimista, se que si ahora que se puede poner contra las cuerdas a esta maldita pandemia somos capaces de aguantar unos meses cuidándonos un poco, podremos salir adelante… Hagámoslo, por los que nos han dejado, por los que han puesto su empeño y sus vidas en salvar un poco de nuestra salud y por nosotros mismos. El año acaba, pero solo en el calendario, la lucha sigue y no podremos celebrar nada mientras todavía quede virus en el mundo y con ello me refiero a que también debe llegar la ciencia a los pobres, a los que todavía no pueden llegar a sospechar que igual hay una luz al final del túnel. A los que han visto como los países ricos han arramblado con las vacunas pagándolas a precio de platino iridiado y les han olvidado una vez más. Cuando esto suceda celebraremos no un año nuevo sino una vida nueva. Entonces descorcharemos las mejores botellas y podremos gritar, abrazarnos, besarnos (falta nos hace) y desearnos una feliz existencia nueva.  

FELIZ anormal NAVIDAD

Publicado: 22 diciembre, 2020 en actualité...

Si después de todo lo que estamos viviendo todavía alguien cree que va a poder tener unas Navidades ” normales” la verdad es que igual debería acercarse a la consulta del psicólogo o del psiquiatra porque algo no funciona bien en su regadera. Más que nada porque supongo que ya andaremos un poco escarmentados. Este año nada ha sido normal, no ha habido Domingo de ramos, ni jueves santo, ni semana santa, ni fallas, ni cohetes, ni viajes en verano. Perece que nos hayan robado el año y no pasó nada…. entonces, si no hay Navidad, ¿Qué pasa? 

Este año hemos mal llevado eso de vivir sin abrazos, sin besos, sin las sonrisas que se ocultaron detrás de una mascarilla, sin comidas familiares y sin poder ver a nuestros mayores sin que exista un cristal de por medio. Nos ha dejado secuelas como surcos en la tierra seca, por supuesto, y más todavía si hemos tenido que decir adiós a un ser querido sin podernos despedir. Eso duele como una estaca en el corazón. Si, este año parece que no va a ser un año de navidades entrañables entonces, si no hay navidad ¿Qué pasa? 

Los críos, los que nos han alucinado por su capacidad de aguante y nos han enseñado que son los héroes de verdad y que se pueden adaptar a salto de mata a eso de quedarse sin cole, sin fiestas, sin apenas verano, han seguido adelante, entonces si nosotros nos quedamos este año sin cena de Navidad, sin esas comilonas de falsedad con los compañeros de trabajo a las que acudías si no podías evitarlo, sin borrachera fin de año ¿Qué pasa?  

Este año se ha llevado lo mejor de nosotros, se ha llevado amigos, familiares, recuerdos y la esperanza que teníamos al principio, cuando salíamos a aplaudir a las ocho,  en que saldríamos más fuertes, más humanos.  El huracán se lo ha llevado todo a cambio de casi nada porque está visto que  no escarmentamos, seguimos alimentando las necrológicas con conciertos, fiestas, comidas que no hacen más que transformarse en aumentos en los números de contagio. Seguimos pensando en eso de “salvar las navidades”, las de siempre, como siempre. Podemos salvarlas, sólo dime a cuantos de tus seres queridos estás dispuesto a sacrificar por una cena. ¿De verdad después de todo lo vivido este año horrible; ¿Nos vamos a preocupar por unos polvorones, o por las campanadas de fin de año? 

Pues mi respuesta es si. Supongo que después de todo lo vivido ya habremos aprendido a separar el grano de la paja y entender cual es la esencia de las cosas para quedarse con ella. A pesar de todo es el momento de celebrar las navidades, en casa, con los tuyos o incluso contigo mismo. Al fin y al cabo dicen que las primeras navidades debieron ser como esta, en casita (bueno, en el pesebre) con los familiares más allegados (mula y buey incluidos) Es el momento de recuperar el espíritu de la Navidad el de la verdadera Navidad, el que enterramos bajo los regalos, las comilonas o los excesos. El verdadero espíritu ha de resurgir ahora más fuerte que nunca, el espíritu de la esperanza. Navidad es eso, la esperanza de la salvación, el del final de los días oscuros y la llegada de la luz que poco a poco va venciendo a las tinieblas de la noche.  

Celebra eso, ten ilusión y esperanza o acabaremos sucumbiendo a “La Nada” de la Historia Interminable. Para eso no hay que salir de casa, piénsalo. . Celebrar que estamos vivos puede ser un homenaje para los que no van a poder hacerlo y puede darnos coraje para seguir en la lucha. Este año lo haremos con los que más quieres, con los que más conoces, con esas personas que has redescubierto estos meses duros de confinamiento, con los tuyos, con los que viven contigo Ya vendrán más navidades; y más fiestas y, más comidas familiares. Ya celebraremos todos juntos el final de esta pesadilla… Lo único importante ahora es que cuando llegue ese día estemos todos… Felices Navidades. 

El pazo

Publicado: 15 diciembre, 2020 en actualité...

“El pazo de Meirás contará la historia de los Franco y de Emilia Pardo Bazán” Carmen Calvo

 

Ochenta y dos años han pasado desde que llegaron los Franco con sus chancletas, escopetas y ganas de veraneo, de fotografías y de hacer los dientes largos a propios y extraños. A propios porque no se podía entender porque esos señores seguían allí después de muerto el dictador al que le habían donado la casa a base de «gentiles aportaciones a punta de pistola. Y a extraños porque no concebimos como   la que fue casa de Emilia Pardo Bazán, donde nació Sabela y correreaba Perucho y donde daba rienda suelta a un carácter que le llevó a enzarzarse en una pelea con Ravachol, el loro del farmacéutico, seguía en manos de una familia que llegó con las manos manchadas de sangre, amenaza y dolor, con el estigma de una guerra civil y una dictadura.

El pazo que construyó doña Emilia no era de los Franco, al igual que el país no lo fue del Caudillo, aunque se comportase como si lo fuese. En el segundo caso sirvió el inexorable paso del tiempo para revertir la situación, en el primero una interminable batalla judicial para desalojar a los que se aferraban a la nostalgia. El pazo ahora es de todos, sus torres, sus jardines han pasado a ser de Estado. Pero no lo perdamos de vista no nos vaya a pasar como a los animales de “Rebelión en la granja” que vieron como la casa del granjero acabó ocupada por Napoleón y los suyos, quienes se comportaban como el mismísimo granjero. Reivindico mi derecho a pasearme con mi uniforme de turista (camiseta estampada incluida)  por sus habitaciones, por ese baño tan Kisch… . Andar con los ojos abiertos como platos imaginando a la Condesa de Pardo-Bazán escribiendo en cualquier rincón a Don Benito Pérez  Galdós unas cartas que ya quisiera tener en sus zarpas cualquier programa del corazón. O componiendo obras irrepetibles como «Los pazos de Ulloa»   y ¿Por qué no? A Doña Carmen Polo paseando en batamanta.

Deberíamos conseguir que sea público, no vaya a caer alguien en la tentación de apropiárselo. ¿Exagerado? Pues no se yo que decirte en un país en el que parece que las cosas se peguen en las manos como con superglue y más después de ver como el líder de la oposición olvida hasta el artículo 14 de la Constitución (ya sabes, aquello de que “Todos los españoles serán iguales ante la Ley y bla. Bla, bla…”) , al igualito que en el libro de Orwell,  para intentar justificar que un monarca emérito  que ha olvidado que su institución se sostiene por el ejemplo y una dosis de «misterio» a partes iguales se haya dedicado a esquivar sus obligaciones fiscales regalando tarjetitas a sus allegados (por supuesto que a los Reyes no…acabáramos!). Todo para sonsacar unos cuartos como si tuviera que hacer malabarismos para alimentar a la proloe. Dinero que vendría de perlas visto como las estamos pasando. Y encima lo hace tan mal que le pillan hasta el punto de que el fisco no se acaba de creer la historia, igual piensan que  pueden cerrarnos la boca con una cifra que nos suena a miseria, al chocolate de Ravachol, el loro de don Perfecto. Seguramente siguen sin enterarse que en pleno S.XXI lo único que puede mantener una monarquía es una extraña mezcla de ejemplaridad y misterio en sus dosis exactas. 

La carta.

Publicado: 1 diciembre, 2020 en actualité...

Cuando leí que una serie de venerables jubiletas del ejército habían escrito una carta a los reyes pensé que era muy bonito ver como se mantiene la 1514561275_818674_1514561367_noticia_normal.jpgilusión ahora que llegan las navidades y que estas personas, tan patriotas ellas, habían escrito a los Reyes Magos pidiendo el fin de nuestras tribulaciones porque menudo añito llevamos. Pensé “ya está, estos señores estarán dispuestos a sacrificar sus regalos de estas navidades para que salgamos todos de esta, como son de esas gentes que hablan de sacrificios, honores y todo eso…  Deberíamos ponerles por lo menos un busto en la plaza mayor”. Después cuando me puse los ojos de leer descubrí que de eso nada, que estos señores saben demasiado quienes son los Reyes Magos y que no parece que tengan buenas intenciones. Lo digo con el debido respeto a las personas mayores (Tranquilo, Sr González, a nosotros nos han educado lo suficiente como para respetar a nuestros mayores, lo que no se es si a usted le han enseñado a respetar al prójimo y abrir paso al futuro).

Resulta que los buenos señores de vetusto uniforme (bueno, 73 de ellos, todos  mandos del Ejército de Tierra) han enviado una   una carta al Rey, de esas que se escriben  para que nos enteremos todo quisque de que están 1ecbe4e33a74147c1de506060f4fa379.jpgdispuestos volver a cuando a el generalísimo Franco, campaba por sus anchas. El caso es que un teniente general, dos generales de división, cuatro idems de brigada y más de 60 coroneles (perdónenme ustedes si no se distinguir a unos de los otros) se han tirado al monte, menos mal que esta vez sin pistolas ni Congreso ni bigote ni nada (todavía) y nos envían una carta con las letanías trogloditas de Vox, que curioso. Ya sabes, que si En-oYTuWMAEAH8e.jpgson más patriotas que la tortilla de patatas, que si  una conspiración “social-comunista, apoyada por independentistas y terroristas pretende destruir la estabilidad y que ellos pueden ser la solución. Da miedo, oye, sólo se han olvidado del contubernio judeo-masónico que quiere apoderarse de la nación y será porque no han caído en ello. Igual como que se les ha olvidado decirnos qué Rey les resulta más apetecible, este tan dado a las video amenazas salidas de tono o quizá el que fue durante 40 años su apreciado jefe supremo y que resulta que parece que nos ha salido un tanto díscolo. ¡A saber porque estos señores resultan ser tan nostálgicos!

Pero hay algo en lo que no han caído, resulta que con el respeto ese que dicen manifestar hasta el infinito y más allá se olvidan de que estamos en un estado democrático (chirridos, rayos y relámpagos) y con esas cartas escritas desde ESTE-REY-Y-PADRE.jpguna cierta prepotencia trasnochada están ninguneando a millones de españoles que han votado a este gobierno, nos guste o no. Pero así son las cosas, existe algo parecido al respeto a lo salido de las urnas. Se puede estar de acuerdo o no, se puede manifestar la oposición a ello y no seré yo el que se oponga porque me tatuaría aquello que dicen que dijo Voltaire aunque en realidad es de la escritora británica Evelyn Beatrice Hall «Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo». Pero de ahí a sacar el viejo uniforme para escribir una carta, intentar asustar a alguien, abusar del respeto a los mayores, desestabilizar a la sociedad con vete tú a saber que propósito y, dicho sea de paso, hacer propaganda a un partido político, va un mundo.