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«Cuando la injusticia se convierte en ley, la rebelión se convierte en deber.» Thomas Jefferson.

     Me pasaron un “ manual de desobediencia fiscal» en el que se explicaba como apuntarse a eso de la insumisión fiscal y no arruinarse en el intento. Al manual se adjuntaba una pregunta hecha con una sonrisa de oreja a oreja; ¿Pero eso se puede?. La insumisión está de moda y esta vez no es, como decía mi abuela, “los peludos que no quieren ir a la Mili” y tampoco hacer la “prestación social sustitutoria” que consistía, muchas veces, en tareas tan sociales como trajinar cafetitos, fotocopiar, tirar la basura o sacar a pasear al perro. (Buff que viejo soy ya)

     Pero, a lo que importa, ¿eso de ser insumiso nos libra de pagar? Pues no, lo siento. Un insumiso fiscal no es una especie de saqueador de piratas en la Isla de la Tortuga, no es tampoco un Robin Hood auto consumista y ni siquiera es, ni de lejos, un evasor de impuestos. El insumiso ingresaría religiosamente los doblones correspondientes en entidades o proyectos sociales y no en el cofre pirata del fisco (pero ojo, no vaya a ingresarlo en la saca de Noos), especificándolo en la declaración de la renta y adjuntando el comprobante. No vale a quedarse los dineros para la saca que para eso ya tenemos a muchos políticos.

     Naturalmente, no todos podemos ser insumisos fiscales porque no cuela el no ingresar a las arcas del estado por estar tieso como una mojama, como casi todos nosotros, y no te queda otro remedio o porque no te de la gana. El insumiso fiscal es un desobediente civil (aunque no llegue a los niveles de Gandhi), deja de pagar por convicción moral y se arriesga a que le caiga “la del pulpo” en forma de multas y devolver la cantidad “defraudada”. Aunque la verdad es que el juez ya ha eximido una vez de pagar los intereses a un insumiso al gasto militar por considerar que “no había intención de fraude, al destinar este dinero a otros proyectos”

     Lo que está claro es que deberíamos gritar YA ESTA BIEN DE TANTO SAQUEO y detener la sangría del desvío de dinero público hacia ruinas privadas como entidades financieras o concesionarias de autopistas en quiebra técnica. Esos rescates han esquilmado la economía, ya insufiscal_ntocada por la corruptela y la irracionalidad de la política de obras faraónicas que despegan desde Castelló a ninguna parte. Ante este dislate la insumisión, como respuesta cuando la presión que se ejerce sobre nosotros es extrema,puede ser una salida. Nuestros gobiernos creen que pueden arruinarnos la vida, chuparnos la sangre como Drácula haciéndonos pagar por todo y fiscalizarnos la existencia al estilo de la Gestapo. Han olvidado que les votamos nosotros para resolver problemas, no para crearlos y encima enriquecerse con ellos. Es lógico que cada vez más gente se oponga a normas que les afectan y que les parecen arbitrarias como la Ley Anti tabaco (yo no fumo, pero me da lástima ese grupo de gente entristecida, helada hasta los tuétanos y sacando humo desterrados en una marquesina), a pagar peajes medievales, multas salvajes, impuestos confiscatorios dignos del pirata Barbarroja o a ser atracados por emplear medios de transporte, irónicamente, públicos. Todo esto mientras nos denigran, condenan a muerte a nuestros dependientes, nos recortan al médico, nos arrasan las pensiones, nos suben impuestos y tasas, nos quieren cobrar por el sol o el viento, estudiar vuelve a ser cosa de ricos y la vida es ya demasiado cara

MANUAL DE DESOBEDIENCIA FISCAL

http://madrid.tomalaplaza.net/tag/insumision-fiscal/

Sabeis una cosa? Definitivamente hoy me cuesta mucho escribir este zapatillas, ando quemadillo por todo lo que nos acontece, y no me refiero solo al trasiego de sobres «por supuesto que inocentes»  del PP y compañía, envidia de Correos y Telégrafos, tampoco a la oleada de indultos “prêt- à-porter” a homicidas y evasores fiscales, ni siquiera por ver como se me caen los palos del sombrajo al descubrir que la Casa Real recupera sueldos de Monarca&Principito mientras recorta en los sueldos de sus funcionarios. Estoy harto de comprobar que no puedo enfermar porque se me trata casi como un delincuente y se me flagela a base de impuestos que nunca llenan las arcas ni la sed de los miserables que nos gobiernan al estilo dioses Maya a quienes hemos de ofrecer sacrificios de sangre a sabiendas de que son insaciables. Estoy harto de levantarme cada mañana esperando el palo que me va a llover de dónde menos me lo espere, de esperar a ver quién que me ha robado hoy o estar hasta el gorro de temer tanto todos los viernes al Consejo de Ministros como los protagonistas de Pesadilla en Elm Street a la siesta de las cuatro. Estamos hasta las narices de desvivirnos en el trabajo, los que aún tenemos, rozando la esclavitud y sin ningún tipo de gratificación personal y de que nos traten como a trastos inservibles, como a floreros cuando no hay flores que poner. NO ME DÁ LA GANA SEGUIR ASÍ! Definitivamente esa no es la senda a andar porque creo que no se han percatado de que para nosotros las cantidades económicas no son lo único que nos mueve, somos humanos, no como ellos, y tenemos otros valores además del “vil metal”, total, de ese nos han dejado tan escuálidos que no sabemos que és.

Nos cuentan cualquier cosa para distraernos. Que si unos sisaron en Andorra, que si otros se quieren independizar, que si otro tiene amantes. Todo cortinas de humo… Señores, ¿Para cuando dejaremos estar el “Salsa Rosa” y nos dedicaremos a currar, que es para lo que les pagamos? No nos apetece ya seguir escuchando las mismas patrañas que nos afectan en el ánimo de cada uno de nosotros. Nos afecta tanto que yo creo que ni tenemos fe ni nos queda voluntad para pensar que ni ustedes ni siquiera nosotros podemos, o lo que es peor, queremos salir de esta en la que dicen nos hemos metido, aunque pienso, de verdad, que nos han metido a la fuerza, bajo engaño, y algunos se forran con ello. Y desde aquí les advierto que otras sendas son posibles pero para tomarlas hemos de prescindir de ellos, se lo están ganando a pulso. Tan seguro como que ayer vimos cómo utilizan los frutos de SUS despilfarros para juguetear con SUS cochecitos en Castellón mientras nosotros permanecemos pasmados, ojipláticos y acogotados. Estamos tan hasta las narices que ya no tenemos nada que perder. Nosotros, la masa borrega, según los que nos gritan “Que se jodan!” (A. Fabra dixit), cuando ya no tenemos que perder hacemos que los que los que acaben perdiendo sean ellos, que sí lo tienen y bastante.

No va a tardar el día en el que nos levantemos con el pié izquierdo y acaben mal parados, no les hablo de violencia, eso jamás, no somos como ellos. Me viene a la cabeza aquella frase de “imagina que hay una guerra y no vamos nadie”, lo siento, no recuerdo de quién era. Pues eso. ¿Que pasaría si ya nos pasamos directamente a la Desobediencia Civil? Total, nada tenemos que perder, y lo que es más grave, nada tenemos que ganar siguiendo con esta calaña de gente que solo nos demuestra cada día que su único afán es la conjugación de los pronombres estilo Sabina “yo me mí contigo”.

Bólidos en el Aeroport de Castelló…