Los tiempos están cambiando, se avecina tormenta, soplan vientos de revolución nos lo enseñan desde el telediario todos los días aunque contando medias verdades en muchos casos. Pero eso sí, machaconamente y en abundancia para que los árboles no nos dejen ver el bosque.
Hay días en los que pienso que los Mayas estaban acertados, el mundo ya ha acabado y no nos hemos enterado. No sabemos el rumbo pero eso sí, viajamos a toda leche en una vagoneta sin frenos. En estos tiempos, más que nunca, hemos de mantener muy fría la cabeza si no queremos que nos lleven derechitos al infierno sin pasar por la casilla de salida y sin cobrar los 20.000 del Monopoly.
Parece que existan tres partes diferenciadas. Los inmovilistas, que no saben cómo mantenerse en la cresta de la ola en un mar podrido en el que somos todos náufragos. El de los neoliberales advenedizos disfrazados de sufridos superhéroes sin capa pero que corroen el orden para, llegado el momento, lanzar el Jaque Mate y arramblar con la carroña restante haciéndonos creer que sus intereses son los nuestros y que se desvelan por nuestro bienestar pidiéndonos sacrificios sin sentido pero que nunca despeinan a los “sumos sacerdotes”, porque eso es lo más gracioso de todo, se valen de nosotros para que los aupemos y después someternos a pseudo esclavitud en la que viviremos encadenados pero, eso sí, cómodos y sin derecho a preocuparnos por nada. Nos construyen una caverna como la de Platón, pero sin salidas. En cuanto al tercer grupo, nosotros, los curris, aquellos que ya sólo perseguimos, a estas horas de la noche, la supervivencia más estricta. Vivimos acogotados por todos y somos en realidad la llave del éxito de los unos o los otros, pensémoslo, ni los fósiles del Antiguo Régimen ni los neo esclavistas son nada sin nosotros, nos necesitan y lo saben. Es por ello por lo que nos entretienen con noticias muy vistosas, de atrezzo, pero muy llamativas, nos necesitan aborregados porque somos su materia prima y están verdaderamente preocupados no vaya a ser que prenda la chispa y se encienda la gasolina vamos a tomar nuestra propia tercera vía y tirarlos a gorrazos de sus sillones.
La chispa ha prendido ya, lo vemos todos los días en las multitudinarias protestas para reivindicar lo que nos corresponde por derecho. Ya no nos callamos porque no nos quedan fuerzas ni ganas para permanecer sentados, gritaremos cada vez más y más fuerte. Necesitamos de nuevo levantarnos del sillón y empezar a cantar viejos himnos que parecían ya olvidados y oxidados porque, claro, nos lo ofrecían todo hecho pero no hay nada como tener que luchar por la supervivencia para que despertemos y eso es lo que estamos haciendo, hemos de volver a luchar por lo mismo que lo hicieron nuestros padres porque no hemos sabido defenderlo, ahora podemos llorar como Boabdil el Chico o movernos del asiento y recuperarlo para nuestro hijos, aunque no va a ser fácil.
Eso sí, aprendamos de los errores, para ello está la Historia, el poder del cambio que tenemos ahora delante de las narices exige que mantengamos frías nuestras cabezas y recordemos a Orwell con su “Rebelión en la Granja” porque van a aparecer cerditos Napoleón igual que amigos si tienes Donettes, o como setas después de un día de lluvia. Falsos profetas que buscan su beneficio con vacíos cantos de sirena. Por tanto gritemos y busquemos mejorar nuestro destino, porque es legítimo, pero no olvidemos jamás qué queremos, qué buscamos. No olvidemos nunca que no debemos acabar como los animales de “Granja Animal” Orwell nos lo advirtió.
Rebelión en la granja. Animal Farm
L’estaca, Con subtítulos en castellano
Grândola Vila Morena
[…] a estos buenos hombres que queremos ser como ellos? Si algo hemos aprendido es que en el camino de la Troika sólo hay dolor y […]
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[…] dejó claro en su discurso post elecciones, cuando dejó blancos, como cirios de procesión, a la Troika gritándoles que son historia y que Grecia quiere seguir su propio camino. Veremos si eso llega a […]
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[…] Hoy, día en el que estos sindicatos huecos que padecemos hincharán su pecho, os invito a reflexionar sobre si lo que hacemos es correcto, si estamos contentos con el trato que se nos da y sobre todo, si estamos dispuestos a continuar deshonrando la memoria de todos los que hicieron posible que existiesen la jubilación, la Seguridad Social, las vacaciones y otras cositas “ridiculas” como el salario digno. Logros que costaron vidas y que estamos ahora malbaratando por algo que en el fondo beneficia a los opulentos y no a nosotros. No sé a que esperamos para despertar y ver que se nos ha engañado, que hemos regalado en unos años todo por lo que nuestros antepasados lucharon y que a este paso dejaremos un futuro en el que el frio exilio será un “orgullo”, como ya dice el dinosaurio neoliberal adventuraliano de E Aguirre. Estamos en manos de sádicos incapaces de solucionar ningún problema social simplemente porque no va con ellos .¿Lucharemos por la vuelta de los tiempos en los que teníamos ilusión y nuestros gobernantes no eran expertos en demoliciones? ¿Hasta cuando aguantaremos? […]
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