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Estamos a menos de un mes de unas elecciones a las que llegamos en un ambiente rarito, puede que sea por la crispación e inmundicia que se respira en los telediarios o puede que por la esperanza del cambio, cada Gradas San Felipevez más diluida visto como se comportan las encuestas y los presuntos cambistas. La indignación y el escándalo se debaten en los centros de la sociopolítica de este país (y de cualquier otro, no nos engañemos), la peluquería, el súper y los bares, donde de verdad se forman las opiniones de las mayorías que al final  sólo son una versión moderna de los Mentideros de la Villa y Corte (menos mal que no estaba Doña Esperanza por allí o se carga el “Siglo de Oro”) ¿verdad?. No, no he tomado algo raro. Allí donde se juntan varias personas hablando (y gritando, depende del nivel etílico del orate) se forman ideas y si vivimos en una democracia y lo creemos seriamente sabremos que  toda opinión es válida porque, al final, los que votamos somos nosotros, la “chusma” que sufre sus desmanes. Eso es algo que los divinos candidatos no suelen tenerlo claro porque no se mezclan con los mortales. El caso es que muchas de esas opiniones de bar acaban con “estos lo arreglarán todo”¿Eso es verdad?¿Algún partido tiene soluciones para todo?

Lo que parece claro es que los partidos políticos, tal y como están organizados, se creen obligados a tener soluciones para todo. Si queréis experimentadlo. Os propongo un paseo que yo he hecho alguna vez, pasaros por las sedes de los candidatos y que os expliquen que pretenden hacer ellos con nuestras charlatanalmas. Otra cosa no puedo garantizar pero por lo menos ganaremos en salud ya que  pasear es bueno, veremos los rostros de los que están allí  y  además recogeremos obsequios y papelotes varios (siempre y cuando no busquemos por las páginas web). Si me haceis caso veréis que los partidos intentarán tener respuesta a todas vuestras preguntas y desde el Oráculo de Delfos hasta hoy creo que nadie puede ofrecer la solución a todos los males como si del elixir mágico que vendían los buhoneros en el Farwest se tratara. Eso los obliga a tener que redactar unos programas que dejan cualquier novela de ciencia-fición a la altura de los cuadros hiperrealistas de Antonio López.

Visto como está el panorama y como se las gastan aquellos que se proponen para manejar nuestros destinos (y jupiternuestras carteras añadía yo) lo primero que deberíamos pedirles es que sepan donde estamos y a donde nos quieren llevar. Parece fácil pero en muchos casos no se sabe ni donde estamos simplemente porque es la primera vez, que yo recuerde, en la que nos acercamos a unas elecciones y los partídos, en vez de mostrarnos caras sonrientes, luchan por no desintegrarse a trocitos con las expulsiones, las dimisiones, idas, venidas expulsiones y situaciones rarisimas. Tanto que, por ejemplo, supongo que el PP desea ahora mismo que Rus, el candidato del PP que ha sido expulsado del propio PP, pierda las elecciones en Xàtiva, feudo del PP (surrealista, propio de aquello de «la parte contratante de la primera parte..» de los Marx en «Una noche en la ópera», ¿verdad?). En ese ambiente la verdad es que es como para pensarse lo de votar a alguno o exiliarse a Júpiter.

Pero, ¿De verdad existe un partido capaz de hacer todo ? Pero cuando digo todo, me refiero a todo, la limpieza de la mugre y la macedonia de corruptelas, la recolocación de los parados… mucho trabajo me parece a mí.

La realidad es que nos hacen falta muchas fuerzas para frenar a aquellos que todavía nos ofrecen recetas que no imagen-8-portada-de-la-cabana-del-tio-tomfuncionan y nos dicen que para salir de esta debemos pagar peajes inaceptables  como girar la vista a los excluidos (o prohibirles dormir), aceptar condiciones laborales propias de los campos de algodón del Mississipi en tiempos del Tío Tom, olvidar a los parados de más de 50 años que aceptarán, si acontece el milagro, cualquier trabajo a cambio de palmaditas en la espalda y atrocidades por el estilo. Todo esto a sabiendas de que sólo servirá para sacar unos cuartos que harán desaparecer con mayor eficacia que Houdini mientras nosotros nos quedamos con los ojos abiertos pero en el fango y sabiendo que nos mienten con las cifras del paro porque cada vez son menos las personas inscritas en un servicio público que no funciona y del que han perdido toda ayuda, ¿Álguien se ha preguntado de donde salen las cifras del paro?.

Igual estas elecciones deberíamos tener en cuenta a la hora de ir a votar si existe alguien que, en lugar de ser gobernante ade esos que creen saber todo y no escuchan a nadie, a lo que estamos acostumbrados, sea capaz de sumar, implicar y aglutinar las fuerzas de muchos, capaz de ilusionarnos a todos. Ahí estaría el verdadero cambio, de lo contrario seguiremos con la política gris de escándalo telediariero que vivimos y que no vamos a evitar si nos quedamos en casita. Hace falta ir y votar, más que nunca necesitamos romper de una vez por todas y para siempre la rueda de cochambre en la que estamos inmersos.

En momentos como los que estamos viviendo, en los que tenemos la sensación esa tan rara y preocupante de no poder aguantar más que nos mientan diciendo que ya hemos salido este timo de crisis económica  y  nadie se preocupa de algo más importante, la crisis social y de esperanza que padecemos.
Nos hace falta un poco de aire puro. Los escándalos se van sucediendo, cada vez a niveles superiores, la ineptitud de los ministros ha quedado patente, los fraudes alcanzan a la “élite política” de todo color e
ideología, la corrupción ya está acechando al inquilino de Moncloa y los ciudadanos “mortales” vivimos inmersos en una mezcla de miseria creciente, incredulidad y desánimo. En momentos como este necesitamos un buen presidente, no me malinterpretéis, no me refiero a un personaje con mano de hierro ni a la venida de un superhéroe que nos saque de esta, ni creo en ello ni es mi estilo.

Nos bastaría con una persona digna y decente que ayude a plantar cara a este desastre con honestidad y la voz de su amosinceridad. Lo último que necesitamos es un señor que se oculta sin preguntas, que ni siquiera es capaz de oír las quejas cada vez más airadas de sus propios barones dentro del partido, que no entiende de formas, que se pone de perfil ante todas las calamidades y se limita, ante el Tsunami que le ha caído encima, a pedir perdón de forma muy cristiana pero renglón seguido se encarga de silenciar los informativos de la tele pública nombrando un director fiel a “la voz de su amo”.

Igual es que sus asesores le traicionan, igual lo único que le importa es su ego personal pero un consejo honesto sería que dijese basta ya y disolviera las cámaras convocando elecciones en un acto de dignidad que le honraría y serviría para salvar algo de la desaparecida imagen de su partido. Salvaría también la wpid-wp-1415127439225.jpegdignidad de la política de este país y un poquitín de nuestra confianza en las instituciones, que hace mucha falta. Si no lo hace, temo que el camino nos lleve a una situación dolorosa. Estamos hartos de ver como nos han arruinado y han robado nuestras ilusiones. Hartos de ver como han destruido lo que teníamos y ni aún así tienen suficiente. Hartos de sufrir estrecheces para nada y de que nos nieguen lo que es nuestro. Esa situación indescriptible de desánimo y frustración ha de acabar más pronto que tarde tarde con una sonada protesta social. Han sembradowpid-wp-1415127225103.jpeg el cultivo y ya se están viendo los primeros brotes, lo de la subida de Podemos que tanto les incómoda es un ejemplo como puede serlo el que cada vez nos callamos menos. Se está cociendo algo que cada vez se parece más a los “motines de subsistencias” estilo aquellos de cuándo Carlos III, es la reacción normal a este desgobierno, lo saben, y están asustados. Saben que se han pasado tres pueblos con el saqueo y el despotismo y que acabarán saliendo por patas, lo hemos hecho otras veces a lo largo de la historia (que se lo pregunten a Esquilache y el motín que le montaron o al bueno de Amadeo de Saboya que se marchó corriendo gritando aquello de  «Ah, por Bacco, no entiendo nada, esto es una jaula de locos«) y, ojalá no, puede volver a ocurrir porque nadie es más fuerte que el que no tiene nada que perder, como muchos millones de personas víctimas de la pobreza y la desesperanza por culpa de una política nefasta.

Por tanto, hágase un favor a usted mismo señor presidente, y de paso nos lo hace a todos, tómeselo como un servicio a su país (va con el cargo), márchese a casa y llévese a los suyos porque harían avergonzar hasta al mismísimo Duque de Lerma.  Esto ya no se sostiene, convoque elecciones, no es ninguna vergüenza, y salve con ello a su partido, a la sociedad y a todos nosotros. Márchese, solucione los problemas de su casa y vuelva después si quiere. Permítanos intentar afrontar el futuro con nuevas ilusiones, a ser posible, con un buen presidente