Cuentan en el Deuteronomio que Lot llegó a Sodoma y Gomorra, ciudades de mucho pecado y falta de hospitalidad, no mucho más que algunos cuchitriles que salpican la geografía española. Con la idea de intentar sembrar un poco el concierto y la paz. Nada, que no había manera, un buen día Yavhé le dijo a Lot que estaba un poco hasta el gorro y que si encontraba a 50 justos en la ciudad no la destruiría. Lot le regató lo que pudo y al final lo dejó en 10, sólo 10 justos en toda la ciudad harían que se salvasen todos. Perdón por el spolier, pero una lluvia de azufre y fuego cayó sobre Sodoma y Gomorra aniquilando para siempre tales antros de pecado. El resto, lo de las estatuas de sal y todo eso lo dejamos para otro día porque no viene mucho al caso.
Seguro que esta historia ya la conocías aunque sea por la película de 1962 con Stewart Granger – un clásico imprescindible -. Tal vez, hayas llegado a pensar que esa divinidad era un poco bestia, ¿no? Pues si te digo que es el mismo que el de “ojo por ojo diente por diente”, el diluvio, el ahogamiento de las tropas de faraón y algunas barbaridades más que sazonan el antiguo testamento o la Torá de los que están más afanados que nadie en perpetrar el primer genocidio, con todas las letras, retransmitido en directo para la tele de tu casa. Viendo cómo se las gasta Yavhé puede que nos resulte un poco más facil entender por qué siguen sin despeinarse en Israel a pesar de que se superan cada vez más en la salvajada, si su Dios es así de bruto, los fundamentalistas lo son más, aunque sea por reír le la gracia al «de allá arriba». Igual es por eso.
Pero bueno, no venía a cuento de esto lo de la parrafada bíblica. Resulta que unos cuantos países se han vuelto la competencia del dios del azufre y todo eso anunciando que retiran los fondos a la Agencia de las Naciones Unidas para la Población Refugiada, UNRWA, por el hecho de que algunos (algunos de entre las más de treinta mil personas que trabajan para la agencia) de sus trabajadores podrían ser miembros de Hamas. Ahora son unos pocos países pero seguro que cuando pase el interés informativo y no salgan por la tele serán muchos más, mira que está pasando en Ucrania. Si, es repulsivo que existan trabajadores de la UNRWA que se dediquen a justo lo contrario de lo que deberían hacer pero, perdonad si me transformo en Lot, ¿Cuantos pueden ser? ¿Un 5, un 10 por ciento – y ya serian muchos- ? ¿Y el resto?¿Y toda la población que está siendo masacrada y queda desamparada?
La verdad es que si te paras a pensar, hasta Yavhé hacía una oferta más razonable para indultar a Sodoma y Gomorra que la de los países que a la mínima excusa hacen «bomba de humo» y desaparen abandonando a su suerte a tantos seres humanos. Espero que pese sobre la conciencia – si es que la tienen- de cada uno de los gobiernos que usan la excusa burda de que algunos de los trabajadores de Naciones Unidas son terroristas para retirar los fondos y abandonar a tantos miles de personas las imágenes de los bombardeos y el exterminio de los civiles, llamame tonto pero igual el que no hace nada por impedir el genocidio acaba siendo cómplice más que nada porque la Convención para la prevención del Genocidio de 1948 dice en su artículo 2c algo como que genocidio es también el» Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial» y no creo que estemos en desacuerdo cuando digo que dejarlos sin fondos es imposibilitar la existencia de la vida.
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que se encargan de meternos en nuestras cabezas la mayoría de las televisiones con su programación de “atontamiento general” no nos damos cuenta de lo muchísimo que llevamos tragado y de todo lo que estamos perdiendo a manos de un voraz y bien ideado sistema que se nos zampa por los pies para alimentar a los opulentos. No nos damos cuenta de que ya hace tiempo que nos han tirado, con un fuerte patadón en las posaderas, al pozo de la podredumbre social. Un pozo que parece que sea como ese enorme agujero de Rusia, en Kola, que no parece tener final y hasta dicen que se oye al propio Pepe Botero gritar que somos unos ingenuos. O mejor todavía,
muchos de nosotros suspiramos hoy en día porque a lo que aspiramos es a poder llenar la despensa de casa con eso a lo que llaman un trabajo, por días o por horas en el que no podemos ni rechistar, no vaya a ser que montemos una huelga y nos vayan a sustituir por HAL 9000, Terminator, una máquina expendedora o algo parecido. Porque no se si sabrán ustedes que la ponencia del TC, en el asunto de Telemadrid, consideró que
es verdad) pero se nos ha dado como única opción, como remedio, ni más ni menos que la opción del neoliberalismo extremo que hasta nos sube la luz justo cuando hace frío, permitiendo que nos congelemos por no poder pagar y prometiéndonos un bono social a la llegada del buen tiempo. Nos proponen salvarnos del fuego con un incendio, no está nada mal la oferta, ¿verdad? Pues me parece que hasta nos la hemos creído.




