La verdad es que en el fondo soy un nostálgico de esos que todavía notan en falta la tradición aquella de Todos los Santos en la que ponían el Tenorio por la tele, visitábamos las tumbas de nuestros seres queridos (con la oculta esperanza de no vernos allí el año venidero) y comíamos pastelillos de boniato
(que ricos estaban los que hacía la abuela). Eran otros tiempos, ahora, con eso de la globalización nos hemos traído la costumbre aquella de los pequeñajos disfrazados de espantajos con lo de “Truco o trato” y las calabazas que resulta que servían para algo más que hacer buñuelos. Pero bueno es lo que tiene y despreciar la costumbre diciendo que “son cosas extranjeras” no nos vale porque, como me dijeron el otro día, olvídate de cosas como Semana Santa porque Jesucristo no era de Burgos. Al final este año me he apuntado a la fiesta pero teníais que haber visto las caras de los enanos que aparecieron por mi casa cuando les abrió la puerta El Comendador don Gonzalo de Ulloa ofreciendo trocitos de pastelillos de boniato. Se espantaron y ni siquiera comieron ni uno.
Pero la verdad es que por estos andurriales lo del Halloween ha perdido toda la emoción. Este año más todavía. Nos ha sabido como desustanciado, después del espectáculo terrorífico que
vivimos este sábado por la tarde en el Congreso. La investidura de Mariano (un señor tan desidioso que se pide unos días para pensarse el Gobierno, después de haber tenido casi un año para hacerlo) con el “el que calla otorga” de un PSOE hundido en sus miserias y que no parece ser más que un rehén del Gobierno, nos ha proporcionado un Halloween perpetuo para los próximos cuatro años, como mínimo.
En este país ya andamos curados de espantos, sin necesidad de calaveritas y fantasmitas. No necesitamos que vengan niños a darnos sustos, ni siquiera nos hacen falta los payasos asesinos que
ponen los pelos de punta a la gente en el mundo y que aquí casi ni nos asustan. Estamos acostumbrados a enfrentarnos, solitos y sin que nadie nos ayude a la violencia de género en la que casa semana cae alguien víctima del salvajismo y la sinrazón sin que, de verdad, se intente acabar con la lacra más dolorosa de las que vivimos como sociedad. Estamos habituados a que nos vendan como a trastos firmando tratados como el CETA o TTIP en el que se nos acabará poniendo a los pies de los caballos como si nada. Nos hemos habituado a que nos aparezca cada tres por cuatro un ministro de Hacienda, que deja helado al mismísimo Drácula, diciendo que hemos de pagar más y más todavía cuando ya se ha llevado el dinero que teníamos para comprar comida y vemos que se los han gastado en chanchullos varios. Eso es un susto y no lo de los niños llamando a las puertas de casa. Bien pensado seguro que a muchos si anoche les hubiesen aparecido un grupo de payasos siniestros preguntando “Susto o Muerte” se habrían pedido muerte. No lo dudo.
Pero, la verdad, el verdadero Halloween puede llegar en magnitudes planetarias el próximo día 8 cuando llamen a la puerta abramos y nos griten “¿Trump o Hillary?” Entonces yo gritaré “¡pastelitos de boniato!”.
Os dejo (por si os da un «algo») con el Don Juan Tenorio de Estudio 1 (RTVE) y en gran Paco Rabal.








del Sahara. No se, igual son quimeras mías, pero el hecho de decidir acatar los mandatos de vete a saber quién y permitir, a pesar de que a sus bases no le hace ninguna gracia, un nuevo mandato de Rajoy no parece que ayude demasiado a dar una imagen de alternativa, ni de izquierdas, ni de partido, ni de nada que no sea una traición a su esencia. Por Ferráz estos días más bien parecen un grupo de gente que de tanto sacarse los ojos se han quedado ciegos. Ya nos explicarán como puede ser que por primera vez en España un partido de derechas alcanza la presidencia gracias al que, supuestamente, era de izquierdas cargándose el eje tradicional izquierda-derecha y encima gratis. Mejor que se esfuercen en que lo entendamos porque de lo contrario me parece que igual, por pura ecología, nos podemos ahorrar imprimir tantas papeletas para las próximas elecciones (si es que las hay en los próximos cuarenta años, que yo ya dudo de todo). Igual no han caido en que con esta maniobra corren el riesgo de que Mariano los plante en su jardín para siempre. Además, en el mejor de los casos, no hacen más que aplazar el desastre, como los malos estudiantes que enferman el día del examen.
encruicijada y han decidido apoyar a Mariano (o abstenerse, que al final será lo mismo) aunque con ello no hayan hecho más que firmar aquello que ya nos temíamos del PPSOE y la Gran Coalición, enterrándose en vida ellos mismos y a sus militantes, que al final, son los que responderán ante sus amigos, conocidos y familiares. Han destruido su propio barco en alta mar con ellos dentro. No parece muy coherente, ¿verdad?.
pelando cebollas para intentar convencernos de que dejar paso a Mariano es la única opción posible. Puede que en este momento tengan razón, pero también es verdad que son ellos mismos los que han creado este escenario, con sus rencillas internas aireadas a los cuatro vientos y sus luchas de barro en las que han acabado agotados.
de patio de colegio. Han traicionado a los que les votaron, que ahora están con los ojos como platos viendo como, al final, sus votos han servido a Mariano, quien ahora se cobrará sin duda, la recompensa por su victoria. Han apoyado una política liberal de poda de derechos y a un partido plagado de causas judiciales.
Y si eso nos lleva la moral carcomida, más todavía lo es si se nos ocurre pensar en aquellos a los que nos dio por llamar NI Ni’s, los que ni estudian ni trabajan, los que se metieron a encofradores cobrando “un pastizal” al mes sin tener ni idea en la época del boom dimensión bomba H que vivíamos y que ahora, después de que se les cayese su versión del «cuento de la lechera» se parecen más a los que antes de ser modernos llamaban “mantas”, gente que se ha visto sin estudios ni trabajo pero que algo tendrá que hacer en esta vida, porque lo tienen crudo.
por encima de la media de la UE. Y como en Bruselas, que tenían una partida para intentar rescatar a esta gente y se espantaron al ver las cifras que manejamos por estos andurriales nos adjudicaron más dinero que al resto. Sin embargo, los señores de la UE al mirar la libretita donde apuntan la salida del dinero, ¡Sorpresa!
únicamente del gobierno. Pero lo que si depende de él es la organización y la administración de los recursos y esta gente se está luciendo visto como se las gastan con los NiNi´s, pero también con los necesitados, con los dependientes y sobre todo, con los niños que, aunque no nos lo recuerden,






corruptos y asistiendo ojipláticos al lamentable espectáculo de la autodestrucción del PSOE a manos de ellos mismos (bueno, unos “ellos” que ya no sabemos ni para quién trabajan) que se nos pasan por alto cosas mucho más importantes, tanto como que
serio. Desde
como para “tirarse al monte”. ¿Alguien en la sala sabe mucho de eso de que el Tribunal de Justicia Europeo ha sacudido un poco a la reforma laboral del PP? Resulta que, muy por encima, nos dicen que
(exagerado, ¿verdad?). El otro día cayó en mis manos, todavía no se como,
tortilla de Valium? Personalmente creo que sería un error pensar que nos gusta colocarnos porque sí. Más bien creo que nos hemos transformado en una sociedad que no puede descansar, que desconoce la paz porque vive agobiada por el paro, las deudas, el esperpento político y los millones de sueños rotos deas forma injusta y prematura. Puedes comprobarlo al subir al metro, antes todo el mundo hablaba, ahora parece el bus para acudir a un funeral, todo son lamentos y caras largas, nada bueno.
consuelo que no tienen en ninguna parte. Antes algunos encontraban un lamentable sosiego en el barman-confesor pero ahora ni siquiera eso, hemos dejado las relaciones sociales “face to face” y nos empeñamos en simular una falsa felicidad con fotos sonrientes en el Instagram que en realidad como dice un amigo, que es muy bruto, no son más que la versión 2.0 de la foto de la lápida.
valores de ningún tipo a los que agarrarse. Parece que en este naufragio cada uno busca evadirse como sea, unos se matan haciendo deportes cuanto más extremos mejor para sentirse superiores y contarlo a los demás (suicidas les llamo yo). Otros se marchan al exilio en busca de “mejores prados en los que retozar”, la religión, meditación, puenting o lo que se nos pase por la cabeza porque como decía Serrat “cada loco con su tema”. La química es una puerta más, desaconsejable pero presente.