Y de repente parece que la teología ha invadido todas la plazas y mentideros del reino, mercadillos, verdulerías, incluida la de la Carrera de San Jerónimo en Madrid y otros andurriales de mal vivir. Los periódicos no hablan de otra cosa, ya sea para seguir apaleando a los fieles, víctimas de todo tipo de chistes fáciles, mira tú que acabados están que hasta su jefe los abandona. O para mayor gloria y alabanza de la religión como si el Tercio Viejo de Cartagena twitter en mano se tratase, vamos que la comidilla tiene morbo. Y encima van avivando las llamas para que hablemos de esto y no miremos lo otro. Pues hala, ¡todos al “Habemus Papam” que en este reino todo hijo de vecino es erudito en cualquier materia! Eso sí mientras, seguimos sin aclararnos con los desahucios hipotecarios, aunque se nos burlen en nuestra faz por presentar en el Congreso la mayor iniciativa popular de todos los tiempos, o los ERE’s por doquier que están acabando de aniquilar este erial y así millones de problemas que creo deberíamos atender urgentemente pero nada, nosotros a lo nuestro, seguiremos viendo Gran Hermano y hablando del Tu Cara Me Suena, somos así. Si es que se lo hemos puesto a huevo, parece que seamos cretinos, lo merecemos.
Pero bueno, volvamos al tema. El caso es que eso de que se largue uno de los mandatarios más poderosos de la tierra al retiro asceta pues tiene su salsa. Aunque ya se han conocido casos de mandatarios todopoderosos que se han alejado del mundanal ruido estilo San Juán de la Cruz, pongo el caso del Emperador Carlos (Carlos I de España y V de Merkerlándia) que un buen día vino y nos dijo “Hala, a tomar viento” y se retiró a Yuste o incluso el del efímero Amadeo de Saboya que viéndose el percal se volvió por donde vino al grito de “Están locos estos hispanos” o hace un par de semanas la Reina de Holanda que abdicaba esgrimiendo el mismo pretexto de Ratzinger “oiga, ¿no estoy ya mayor para esto?”. También en sentido contrario tenemos ejemplos muy cercanos y actuales de gerifaltes fracasados apalancados en su sillón podrido de tanta mugre y miseria, enrocados en Zarzuela o Moncloa, impertérritos ante el desmoronamiento de su mundo a base de escándalo cotidiano, que no se marchan ni con agua caliente.
Me partía la caja cuando oía por la radio a una de nuestras “voceras” , lo siento no recuerdo quién era, del mundillo mal llamado político hablar de la renuncia del papa como un acto de “dignidad” y que lo “dignificaba en lo humano”, por mí perfecto, tiene toda la razón del mundo, si una persona no está capacitada para cumplir la labor que se espera de ella lo mejor que puede hacer es renunciar y marcharse en silencio y con toda la tranquilidad del mundo pero los calificativos no tienen desperdicio ya que si usamos la misma vara de medir conozco algún monarca que no podría optar a la dignidad y su “dignidad en lo humano” quedaría muy en entredicho. Máxime después de la ola de dimisiones y renuncias que estamos viviendo, si no, vaya usted y pregunte donde los tulipanes. O en Alemania donde las ministras dimiten por mucho menos que una fiesta con confeti. El caso es que aquí no desaparece nadie…