Hay cosas que parece que nunca cambian, hechos que nos avergüenzan pero que repetimos una y otra vez sin que podamos evitarlo. Vivimos en un mundo en el que los colores de cara y el “tierra trágame” duran un ratito, parece que vayamos a arreglarlas pero se nos pasa y ya, si eso, si te he visto no me acuerdo.
Igual es cosa de la sobre-información, el aluvión de imágenes y el bombardeo de noticias de usar y tirar al que nos tienen sometidos o quizá será que a esta
especie antes conocida como humana se nos ha vuelto el corazón duro como el pedernal. El caso es que sea por lo que sea estamos otra vez viviendo las imágenes aquellas que nos hicieron caer la cara de pura vergüenza. Miles de personas llegando exhaustas a las fronteras de Grecia (como podría ser de cualquier país de la “civilizada” UE) donde son recibidas con botes de humo, con el consentimiento del resto de los países de la Unión que hasta se acercan a Grecia para animar la jugada. Otra vez.
Pero algo ha cambiado. Parece que esta vez no nos afecte demasiado, es el efecto instagram que dice que vemos una imagen un momentito y ya está, se
esfuma de nuestras cabezas para siempre porque hemos de fijarnos en la próxima que brota en la pantalla que, por cierto, nos suele importar básicamente lo mismo que la anterior, nada. ¿Habrá muerto la empatía en esta especie? Me resisto a creerlo porque es gran parte de lo que nos distingue de las bestias y puede que sea el motor de nuestra evolución. Si ha desaparecido vamos apañados. Pero el caso es que visto lo visto ya no se que pensar.
¿Te acuerdas que hará unos cuatro años ya nos pusimos todos nerviosos al ver como esta Europa vieja y decrépita recibía a palos a los que se acercaban
huyendo de la guerra, el frío, el hambre, la miseria y la muerte? Entonces fuimos capaces de protestar contra unos países que cerraron sus fronteras olvidando totalmente que los seres humanos tendemos a intentar salvar nuestras vidas y las de los nuestros. Las protestas no se hicieron esperar parecía lógico ¿verdad?. Pues no lo fue tanto porque nuestra flamante UE acabó callándonos la boca contratando al perdonavidas del barrio para que se encargarse de parar a todas esas personas y no tener que oír nuestros gritos de “Refugees Welcome”, dejaron de salir por la tele y claro, lo que no sale en la tele no existe. Ahora el matón se ha enfadado con Trump y quiere hacernos pagar su rabieta a costa de las personas a las que permite acercarse a Grecia con engaños y falsas promesas. Es lo que tiene hacer tratos con ese tipo de gente te acaban saliendo ranas.
Al final esto es como las películas de Hitchcok, los muertos siempre acaban saliendo y es ahora cuando descubrimos que en estos años nada ha cambiado. Nada excepto que esta vez, como estamos tan ocupados en otras cosas, no vemos
las imágenes de la vergüenza, las de hambre y el frío que sufren miles de seres humanos por el delito de intentar procurarse una vida medianamente decente. Esta vez no les prestamos tanta atención igual porque nos hemos puesto en los ojos las caretas para protegernos del virus, porque andamos demasiado ocupados mirándonos al ombligo o porque nos vacunaron contra esas miserias la vez anterior y nuestros corazones andan como más pétreos , preparados para ver que nada cambia en esta Europa que se proclama guardiana de la civilización pero que hace mucho que perdió la dignidad con sus actos. ¿Lo permitiremos? Espero que no, que todavía queden personas justas en esta Sodoma y Gomorra , con un mínimo de dignidad como para volver a levantar la voz en favor de los que sufren y mueren cada día por la indolencia de los que viven tan bien que olvidaron el barrizal de trincheras, muerte y destrucción del que salieron sus antepasados.








estos viene la Parca y se nos lleva. Nada es inamovible lo que hoy es blanco mañana puede ser negro. La rueda de la fortuna es caprichosa, un día estás allá arriba, pletórico, recibiendo aplausos y el día después (y más todavía a la velocidad a la que van las cosas) caes en desgracia. Lo que eran Likes pasan a ser unfollows. Vamos que te quedas como un aprendiz de
acuerdas de ellas, verdad? Pues te refresco la memoria. Érase una vez hará la friolera de dos o cuatro años, unos extremistas un tanto desquiciados que se hacían llamar ISIS sembraron el terror en todo el mundo, y más todavía en la parte de Siria donde estos sujetos montaron su califato. Pues bueno, hubo un grupo de guerreras que les hizo frente, con toda la épica que eso conlleva. Conocimos el caso, las aplaudimos, las admiramos hasta idolatrarlas. Seguro que ya vas recordando quienes eran esas señoras, ¿Verdad?
huían de la guerra. Fue entonces cuando en Europa conocimos lo que era la llegada de millones de personas que lo habían perdido todo y que buscaban un lugar donde empezar de nuevo. Empezamos por hacinarlos en los
antes. Todo con el silencio del Consejo de Seguridad de la ONU que ha decidido pasar silbando por la zona y 
Decía yo que oí en la radio algo así como que la cosa acontece allá los veintipocos. Aunque si quieres que te diga la verdad, no me lo creo, hay quien no se hace adulto en toda su vida. Visto lo que hacen y lo que nos dicen en público, hay gente de la que no sacaríamos nada en claro aunque su vida durase cien años. Si es que según mi abuela, hay melones que se pudren antes de madurar.
correteando por casa me haga más sensible pero es que no me puedo sacar de la cabeza a los niños que subsisten como pueden en los campamentos de refugiados o que ya cargan con armas mucho más pesadas que ellos en cualquier conflicto armado en algún rincón del orbe, abandonado de la mano de dios o de estos gobiernos nuestros tan “sociales” y “solidarios” que permiten la muerte en el mar o la podredumbre en los barrizales
fronterizos. No puedo sacarme de la cabeza que mi enano ya serviría para el trapicheo en cualquier cártel de México, que andaría jugándose la vida en Gaza o hasta que lo podían cargar de
¿Sabías que el matrimonio con niñas (hasta un 27% de ellas, sólo en la India), la venta, la prostitución o incluso el asesinato en la “noche de bodas” es una práctica demasiado habitual en países como Myanmar, la India o Vietnam, sólo por citar algunos? Son efectos secundarios de la miseria invisible que arrasa medio planeta. Parece que esas vidas perdidas no importen, que no sean más que unos “daños colaterales” de una pirámide en la que los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres. Algo que nosotros mismos estamos alimentando sin que lleguemos a pensar que en algún momento de la cadena podemos ser nosotros “los pobres”.
de refugiados como el de Kutupalong en Cox Bazar, en Bangladesh estaba empezando a remitir en el siglo XXI, pero que vuelve a darse simplemente porque la escasez nos vuelve a todos mucho más vulnerables, el hambre es un duro enemigo. Muchas niñas se han quedado solas, otras son “vendidas” por sus padres que a penas pueden alimentarse a ellos mismos. Todo esto las empujan a matrimonios muy tempranos intentando buscar algún tipo de protección, y de paso aportar a la familia la ración de comida que les corresponde. El resultado son unas madres en edad de jugar con muñecas.
día, incansablemente, a pesar de no salir en los informativos o que su trabajo muchas veces ni siquiera llena unas líneas de un periódico o un modesto blog. Necesitan que hagamos visible su lucha por dar educación y formación a los menores para que puedan intentar salir del lodazal en el que malviven ¿No crees que merecen algo de atención?. Recuerda que lo tuyo ha sido cuestión de suerte, la de nacer aquí y no unos cuantos meridianos más allá. Es la diferencia de vivir en un país desarrollado a no tener ciudadanía, ni un país que te acoja y mucho menos un futuro. 


