«Nos educan para ser productores y consumidores, no para pensar»
J.L Sampedro, in memoriam
Por caprichos del destino se nos mueren Sara Montiel y Tatcher el mismo día. Con lo escasos de iconos que andamos, del bien o del mal según se mire, más o menos solventes. No fueron santo de mi devoción pero admito que fueron dos gigantes. La primera será recordada por haber sido una gran cantante y actriz, que llegó hasta Hollywood desde La Mancha, en una época en la que era necesario que alguien nos hiciese olvidar un rato las penurias ¿ a qué me suena esto?. Quedémonos con la imagen de la Sara que esperaba fumando o la de “El último cuplé”
En cuanto a la segunda: ¿Que podemos decir de la Dama de Hierro? Os aseguro, a aquellos que no la conocieron, que la Merkel no pasaba de monja carmelita descalza a su lado. Cuando esta señora abría su boca, y eso era muy a menudo, el mundo temblaba. Fue un icono del liberalismo conservador en estado puro, una suerte de Aguirre elevada a la enésima potencia, dura como Rocky y Bruce Willis juntos. No se inmutaba aunque viviese AÑOS de huelga en la minería, impertérrita en su peculiar mantra de “Debemos respaldar a los trabajadores, no a los gandules”. No debemos sorprendernos pues si la minería escocesa celebra su muerte. Fué la vanguardia en el recorte de los Derechos Sociales, así, motosierra en mano. Ella era de hierro, como demostró en el asunto de las Malvinas. Por cierto, JAMÁS creyó en Europa y os aseguro que ahora que nos recordarán sus argumentos diremos que era una visionaria.
No fue santo de mi devoción, pero reconozco su capacidad para salir adelante sin miramientos en una época, la de los años 80, en los que había mucho por lo que luchar entre Ronald Reagan, la dureza de la URSS y una Europa complicada, viviendo una perpetua amenaza nuclear estilo Corea del Norte, pero en serio.
Personalmente la equiparo un poco en la línea de otro gran Tory, W. Churchill. Líderes que funcionan en un tiempo y escenario determinado con unas características muy específicas pero que no se deberían extrapolar nunca a otras circunstancias porque sus restrictivas recetas no funcionarían y el dolor sería inaguantable. De ese color tenemos un desafortunado traje ¿Verdad señor Rajoy?.
Admito que Tatcher nos daba miedo! A los niños nos amenazaban con la llegada de “La Tatcher” y no del coco, mucho más efectivo ¿Dónde va a parar?. Su recuerdo aún me provoca cierto escalofrío cuando salía en el primer canal o en el “UHF”. Podíamos amarla u odiarla pero hacia algo que no logran los actuales, no dejaba indiferente. Era un referente, para los que la adoraban y para los que debían combatirla, algo que nos falta hoy en día que nos las tenemos que ver con una Casa Real que vive de espaldas a nosotros, impasible ante nuestros problemas, transformada en una especie de Isla de la Tortuga donde se maniobra para impedir la declaración de infantas, permitir la fuga de yernos a países sin extradición, perpetrar fraudes fiscales y otras obras paquidérmicas por el estilo. ¡Menudo ejemplo!.
Ese tipo de orates tenían un “algo” que no tiene esta mediocre clase política desnortada, sin nivel intelectual y sin lo más importante, vocación. Compuesta en su mayoría por gente sin oficio ni beneficio, políticos profesionales irrespetuosos muy snobs que han de perpetuar en su puesto porque no tiene con que vivir después. Eso los hace muy vulnerables a la corrupción y el pelotazo y así nos canta el gallo, soportamos a extirpadores de sueños que nos insultan en cada rueda de prensa en la que comparece un plasma y nos denigran cada vez que nos mutilan los derechos básicos que legítimamente nos corresponden, no sólo por ley, sino también porque los pagamos carísimos y no nos los proporcionan.
Parece que hemos olvidado que nosotros los hemos elegido y ahora nuestra respuesta como personas con dignidad y la mejor forma de demostrar que no somos imbéciles va a ser que sean ellos los que engrosen la maquilladísima lista del paro y empezar nosotros de nuevo, a ver si esta vez encontramos el camino para, por lo menos, intentar que se nos trate, ya no como ciudadanos siquiera, sino como seres humanos. Ahí hemos llegado ya
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[…] la voz de su amo y cumplir al pié de la letra el dictado de nuestra versión hispana de “Iron Maiden” de tapadillo, Soraya. La aparente victoria ha sido un tanto dolorosa, el gobierno ha sacrificado […]
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