Supongo que estaremos todos de acuerdo si digo que el objetivo del terrorismo es justamente eso, crear terror, inseguridad e inestabilidad entre los que se supone que son sus víctimas. ¿Verdad que esto es una perogrullada del tamaño de un piano? Pues es algo que debemos
tener claro, no vaya a ser que algún gobierno, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid intente sacar algo de provecho convirtiéndose en subarrendatarios del terrorismo o algo parecido. Pero no seamos malpensados, puede que no hayan caído en que están dando la victoria al terrorismo cuando reaccionan amenazando los derechos humanos, lo que creo que le ha valido a Theresa May un gran bacatazo en las elecciones estas que había convocado para mayor gloria personal y que le ha salido rana. Igual lo del valor del pueblo británico ha resultado ser más que un tópico fraguado a bombazos en la II G.M..
Parece que no queramos admitir la cara que tiene el enemigo a batir, si no conseguimos ponerle rostro. Si no conocemos bien a lo que nos enfrentamos jamás vamos a conseguir vencer. Quizá sea el momento de ponernos serios porque la tormenta que nos viene encima
ya arrecia. Me viene a la cabeza aquello de Sun Tzu en el “Arte de la Guerra” que decía «Por tanto, os digo: conócete a ti mismo y conoce a tu enemigo y en cien batallas nunca serás derrotado», empecemos por ahí. Si la segunda parte de la frase es complicada, imagínate la primera, “conócete a ti mismo”… ¡casi nada!. En la vieja Europa ya nos queda lejos el infierno en vida, la anulación del ser humano y la barbarie (aunque de la económica padecemos un rato largo), la hemos exportado lejos de nuestras fronteras y ya no comprendemos como los terroristas de Londres matarían a su madre por Alá, ¡y lo hacen en esos atentados que parece que no nos afecten, los que se producen lejos, ya han enviado a matar a sus hijos. ¿Seremos capaces de asumir ese
horror cuando explote un niño bomba en nuestra casa?¿Podremos entender entonces la dimensión del infierno?. Entonces entenderemos que es imposible derrotar a quien parte de la derrota, que sabe que su victoria es imposible y está ya dispuesto a matar a su madre, a su hijo o a él mismo, simplemente porque todo le da igual. A esta gente no se la puede vencer entrando en su juego porque no hay jugador más osado que el que ya no tiene nada que ganar ni nada que perder, el que sólo espera a que acabe la partida.
Deberíamos tener claro que el terrorismo si no consigue crear miedo no es nada. Lo que consigan matando no vale para nada si nosotros reaccionamos sin miedo. Si nos mantenemos
firmes en nuestras libertades y los derechos que nos posibilitan nuestro modo de vida el terrorismo no podrá vencer. Pero deberíamos hacérselo ver a nuestros gobiernos porque nos alejan de la victoria cada vez que reaccionan de la forma que ha reaccionado Theresa May: amenazando los derechos humanos, amenazando nuestra esencia. No podemos consentir que nos diga que la protección de la libertad es un obstáculo para la seguridad y encima le aplaudamos. No podemos aceptar que se nos restrinjan nuestras libertades. Ahí está la victoria del terrorismo en que nuestros gobiernos nos acaben convirtiendo en la sociedad en la que nos quieren convertir, algo que no pueden hacer los terroristas por sí mismos por muchos atentados que nos hagan sufrir.
Los Gobiernos que recurren a la poda de Derechos puede que estén, involuntariamente (o no) enviando un mensaje que alienta al terrorismo. Les están diciendo que cada vez que nos
matan nos volvemos un poco más paranoicos, hasta que acabemos siendo una sociedad que ha entregado sus derechos, su democracia y está lista para transformarse en el infierno que ellos nos pretenden. Según algunos de nuestros gobiernos la renuncia a la libertad y a los derechos es la única forma de garantizar la seguridad. Mienten, la renuncia a nuestros derechos nos acerca un poco más al abismo y nos vuelve maleables para los gobiernos abusones. ¿No será que en realidad estamos luchando contra dos tipos de terrorismo?
Al final todo se puede reducir a una pregunta, ¿Queremos seguir viviendo en libertad, con la amenaza del terrorismo, o en una sociedad monstruosa en la que el Estado tenga el monopolio de nuestras existencias porque es dueño del terror, del miedo y de la violencia?. Nos toca decidir.








ancestral capital de Gales, a un par de horas en tren de Londres y todo eso… pues no! Parece ser que es un villorrio que no está ni en los mapas, me he vuelto loco mirando el google maps, aunque muy cerca de Madrid debe estar. Ya ves, yo sin enterarme. Creo que voy ahora mismo a comprarme un billete de tren a Atocha y de allí ya me acerco andando. Yo no me pierdo ese castillo tan chulo,
Audiencia Nacional que quería declarar por plasma porque total ya nos tiene acostumbrados el Rey Plasmado, Según el buen hombre así sería mas barato, más que nada porque los 18 km que lo separan de la Audiencia Nacional le resultan un viaje sólo apto para Marco Polo o Jesús Calleja, él no va más allá de Cardiff, donde se lo pudo ver. Él que se siente una persona joven y vital,
funcionado su ardid acostumbrado para tomarnos el poco pelo que nos queda,
que se tercie con esto de la pelotita, para pegarnos a la tele y así, si puede ser, evitar que pensemos en nada, ni siquiera en que una vez más nos ha vuelto a sacudir el terrorismo islamista, en Manchester, Londres París.. Pero también en Kabul, Bagdad y todos esos lugares que parece que importen menos en occidente. Terrorismo que será aprovechado para que saquen a pasear la podadora y recorten más si cabe nuestras libertades y encima les aplaudamos. Pero, como decía, Rajoy fué a Cardiff a presentar un currículum! Estoy seguro, segurísimo que en realidad se acercó a Cardiff para ver si con un poco de suerte lo fichaban en el
tomar viento y cada cual se apaña como puede. Las pandas de bárbaros, saqueadores y bandarras de todo tipo (puede que hasta tertulianos incluso) siembran el terror. La vida se vuelve cada vez más difícil. No sabes en que momento te va a caer un mamporrazo en lo alto de la cresta. En eso llega un señor con una cuadrilla de tipejos armados y te promete protección para ti y los tuyos, a cambio de “unas cositas de nada” aceptas
funciona bien, unos ultramarinos (de esos
esos de los que cuesta levantarse. Unos malnacidos que dicen venir en nombre de su dios nos han sacudido muy fuerte. Yo, que soy muy cabezota, ya sabeis que continuo sin creermelo. No hay dios que sea digno y pretenda repartir muerte y dolor. Más bien creo que estos igual obedecen a otra divinidad que no mentan tanto.
han conseguido su objetivo de atemorizarnos con una muestra de lo que hace huir a todas estas personas que
para comportarse como el mafioso o el señor feudal de antes, meternos en una guerra sin siquiera dejarnos gritar aquello de 
seguridad vale unos derechos que nos han costado siglos de sangre y sacrificio y que forman parte de nuestra definición como personas. Deberíamos tomar consciencia de que si aceptamos recortes graves, de forma transitoria, abrimos la puerta a que esta se transforme en años de opresión y poco a poco volvamos a algo parecido a la Edad Media en la que respirar ya era un privilegio. 
