Confieso que esta vez llego al final de la carrera casi sin pilas y con un cierto sabor
agridulce que no consigo entender, será cosa de los calores o vete tú a saber. Todos los años llegan estas épocas en las que el que más y el que menos baja un tanto la guardia y siente la imperiosa necesidad de tomar un descanso o por lo menos bajar la velocidad. Somos humanos (y yo más) necesitamos que nos dé el aire para después volver y poder seguir adelante con nuestras vidas de invierno en las que muchos disimulamos y guardamos en un armarito lo que de verdad nos gustaría ser, lo que llevamos dentro y no nos atrevemos a mostrar.
Necesitamos estas ventanas de tiempo y si hasta a Supermán le hacía falta parar un rato,
imaginaros uno que es blandito y que, confieso (ya que hay confianza) que no atravieso mis mejores momentos, cosas de la vida. Pero tranquilo, no voy a martirizar a nadie con penurias habituales porque no quiero transformarme en otro “vampiro del tiempo” de esos que saben que lo auténticamente valioso, lo que no se recupera jamás es justo eso, el tiempo y se dedican a robarlo sin piedad.
Eso es lo que intentaré atesorar estos días, tiempo. El otro día , cuando corría por ahí, como pollo sin cabeza intentando llegar a tres o cuatro cosas a la vez me dieron un
consejo de esos que valen su peso en oro. Te cuento, intentaba llegar a enviar un fax, responder un mail y hablar por teléfono mientras tenía una visita cuando me dijo el visitante ”¡Stop! ¿No te has dado cuenta de que estás perdiendo lo realmente valioso?” Me paré en seco, y lo escuché con los ojos abiertos como platos cuando me decía que trabajamos a cambio de dinero, estamos quemando la vida para que unas personas nos den un dinero. Invertimos tiempo en conseguirlo, un tiempo que no se recupera ya y justo después de darnos ese parné los mismos vampiros se encargan de
crearnos unas necesidades que nos hacen volvernos locos para así recuperar el dinero que nos habían dado, la rueda sigue girando. Parece una soberana tontería, no hice demasiado caso hasta que al llegar a casa molido a palos y acostarme el cerebro de uno que es traicionero y está empeñado en no dejarme dormir (y menos con estos calores) puso en marcha esa voz interior a la que tanto tememos, esa que sale de vez en cuando para decirnos lo melones que somos, y que me repetía esa teoría de los vampiros. Tanto que se me han metido en la cabeza nuevas ideas, nuevos proyectos que rumiaré estos días.
De momento permitidme que me marche a recuperar el tiempo con una buena puesta de Sol, una sonrisa, un café contigo (ojalá). Porque vale la pena, el invierno vendrá
y se irá aplicando la rueda sádica de la que te he hablado antes. O quizás no, no sabemos ni siquiera donde vamos a estar dentro de diez minutos es por ello por lo que debemos intentar hacer oídos sordos a los Vampiros, es imposible ya lo se, pero podemos intentar no vendernos tan baratitos y empezar a disfrutar los verdaderos placeres que te llenan el alma, esa parte de nosotros que parece tengamos extirpada. Verás que son placeres simples y que incluso suelen ser gratis. Esos son los que te llenarán de energía porque se transforman en recuerdos felices de esos que hacen volar a Peter Pan y que a nosotros nos sirven para aferrarnos a ellos y sobrevivir a los días cortos y fríos del invierno.
Me marcho a buscar un amanecer precioso, un viaje en bicicleta, una buena caminata por los montes, una impagable charla a la fresca en los lugares más insospechados o un
rato con los míos entre los que incluyo a los que me queráis acompañar. Espero que nos volvamos a ver allá para el 22 de agosto, con energías renovadas y nuevas ilusiones que nos hagan soñar. Al fin y a la postre existimos porque tenemos ilusión, porque es necesario sentirse como un niño que va descubriendo todo a cada paso. Existes para hacer algo bueno no para alimentar una rueda en la que siempre ganan los mismos. Gracias por SER, gracias por regalarme cada semana lo mejor que tenemos, vuestro tiempo.
DISFRUTAD DE VUESTRO TIEMPO, felices vacaciones.
Me encanta!!! Enhorabona per aquest article, tan el que dius com la manera en la que ho has escrit, una pasada!!!
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Gràcies Xavi. Este any me feia falta descansar. De vegades aplega el punt en el que has de parar per decidir el camí a seguir…
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Ya sabes lo que pienso de esa variable llamada tiempo, esa que nos envuelve y a veces es algo decisivo en nuestro deambular por la vida.
Disfruta de esos momentos inolvidables, sean los que sean, incluso cuando crees que no estás haciendo nada.
Un abrazo.
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Gracias Javier. Tienes toda la razón, como siempre, hay veces en las que es decisivo conseguir un espacio de tiempo para deficarse al faire niente, no hace falta para recomponer ese puzzle al que el transcurso de los días, las prisas y los palos han ido desgajando piezas. Cuando consigues recomponerlo descubres que eres tu mismo. Feliz verano!
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