Parece que nos estamos ya acostumbrando a ver a políticos o banqueros en banquillos,
programas de tv, comisiones… por todas partes respondiendo por sus cositas de fraudes, corrupciones varias, timos, robos de dineros que eran de todos y se los llevaron crudos para casita sin importarles demasiado el hecho de que eran para nuestros mayores, parados o necesitados. El abanico de fechorías es tan grande que ya no se con que nos van a sorprender a la próxima, robarán la Luna y no va a extrañar a nadie.
El caso es que ahora que parece que están haciéndonos el favor de bajar al mundo de los mortales y explicarnos un poco sus desmanes aunque no parece que se arrepientan
demasiado, más bien algunos todavía nos amenazan con ese pelo “repeinao” y el dedo que utilizan los prepotentes para decir “te estás pasando”. Se creen superiores, chulescos como si no hubiesen hecho nada anormal o como si ni siquiera entendiesen qué narices les preguntamos o a santo de qué los molestamos de su siesta o hasta de sus clases de pochado (mira que somos desaprensivos). Todos hemos pensado alguna vez que son una panda de enfermos que han perdido todo contacto con la realidad pero, ¿Y si lo estuviesen de verdad?
Siempre nos han dicho aquello de que “el poder corrompe” y a las pruebas me remito. Llevamos un carrerón increíble, últimamente los “poderosillos” todo lo que tocan lo
convierten en mugre. Parece que no tienen solución, que són víctimas de una enfermedad que los hace avariciosos, impusivos, se comportan como verdaderas cafeteras, no tienen límite, “¿que me he levantado con ganas de obritas? Pues me vas construyendo un auditorio” o un A.V.E. o una autopista… nada, nimiedades.
¿Qué me dirias si te cuento que existe una teoría científica que lo avala? Leí el otro día por ahí algo sobre el Síndrome de Hybris y su conclusión de que el poder convierte en
psicópata al que lo tiene, una especie de Norman Bates pero sin mecedora al que no le importa tener jueces «con problemas» o ministros deslenguados. Dicen que tener poder afecta a las neuronas espejo que son las que hacen sentir empatía y hacen que desconectes de toda preocupación con el prójimo y sólo te importe hacer las cosas «a lo bestia» (algo así como el jefe que te hace currar hasta las tantas mientras huye como comadreja nada más te ha tirado a la cabeza tropecientos encargos) . En resumen, como ya suponíamos, según el bueno de Hybris cualquier persona que adquiere poder se convierte poco a poco en peor persona por el simple hecho de tenerlo, si no que se lo pregunten a Darth Vader.
Al final va a resultar que no les podemos culpar por tener una ambición desmedida A los pobres se les va pudriendo el cerebro a base de tomar decisiones difíciles sin mirar las
consecuencias. Optan por el camino fácil, si el afectado no te importa un pimiento… pues ya se sabe, ¡afectado a la barbacoa!. Poco a poco la inercia te va llevando al lado oscuro hasta que te conviertes en un Nerón cualquiera. Pero por supuesto que esto es evitable tan solo hay que hacer las cosas pensando en el prójimo, al que le afectan tus decisiones. Pero claro, eso supone un esfuerzo que se suma a lo que ya había y claro eso de doblar espinazo es como que no interesa y se abandonan al abuso sin pensar que ejercer el liderazgo empático tiene beneficios como la mayor eficacia o duración electoral aunque el mejor de todos es que mientras sientas empatía continuarás siendo humano. Además siempre se debe tener en cuenta que Dante, en la Divina Comedia, reserva uno de los peores lugares en el infierno para los que no son capaces de experimentar compasión por el dolor de los otros. Ahí lo dejamos.








la puerta de la Audiencia Nacional? Casi que mejor lo dejamos. Por cierto, ¿Sabías lo que es pochar? Pues la verdad es que uno que cuando era crío consiguió hacer una tortilla SIN romper el huevo y que todavía hoy se defiende como puede entre fogones tiene que ir a buscarlo en el recetario que venía con la batería de cocina . Resulta que la cosa no parece nada del otro jueves (o si), todo consiste en dejar que se cueza a fuego lento un alimento, hasta que se ablande. Según la RAE es “1,tr. Freír a fuego lento un alimento. Pochó una cebolla. U.Tc.prnl “, me quedo con la receta de la RAE que parece más fácil. Pues bueno, pochar es exactamente lo que estaba haciendo “El Bigotes” cuando fue molestado
en plena clase de cocina para declarar ante la comisión de las Cortes Valencianas . Allí dejó bien clarito que él estaba “a la sombra” pero que eran otros muchos los que tenían que estar, o algo parecido porque la frase exacta parecía redactada por el mismo guionista que Rajoy (¿casualidades?). Ya ves tu que poca consideración, ahora el nuevo Adrià no va a poder superar el examen de cocina porque fue a contarnos que hacían con nuestros dineros además de regalar payasos a Ana Mato y Sepúlveda “porque eran amigos”, como si esa fuese la mayor de las pruebas de amistad que Correa pudiese dar. La verdad es que si no es porque es deleznable, el show daría para unas buenas risas.
lo de siempre, ya creo que el mundo nos mira y se ríe. Todo sea por pasar de refilón el que el pobrecito Ignacio González sale de la cárcel, justo antes de que se le descubra que “por arte de magia” le han brotado unos cinco milloncejos de nada allá por las américas, también es mala suerte, ¿verdad? O intentar esconder debajo de la alfombra eso de que en la Audiencia el caso Gürtel avanza inexorablemente y Luis Bárcenas ya no sabe que contarnos.
Delincuencia Económica y Fiscal (Udef), Manuel Morocho, y nos contó con valentía y sin despeinarse a todos los que quisimos oírlo que lo de la Gurtel era “corrupción en estado puro”, un mecanismo ideado para que empresas adjudicatarias de obra pública pagaran los actos publicitarios y electorales de todos los PP habibles y por haber (locales y nacionales). Además nos dijo sin tapujos que existen indicios de que todos los mandamases del PP, de Mariano Rajoy a Álvarez-Cascos se han forrado con los sobresueldos «de estrangis» en dinero negro (y se hizo el silencio, ya veremos que dicen jueces) Pero ahí acabó todo porque esta gente no se da por aludida y se continua creyendo con autoridad moral para obligarnos a cumplir legalidades que ellos ni conocen.
igual el Bigotes está tirando de la manta, poco a poco,a fuego lento, pochando la Gürtel. Casi que podíamos preguntarle que está cocinando, por si las sorpresas, no vaya a ser que en un país gobernado por un presidente que indiciariamente cobraba sobresueldos y con cuatro ¿o cinco? ministros reprobados se nos acabe achicharrando la cebolla o que le peguemos fuego a todo directamente. Ya veremos como acaba la receta pero seguro que el menú de bar chusco que nos están cocinando lo que es “estrellas Michelín “ no conseguirá demasiadas, con que no nos haga daño al estómago ya sobra.

