Una noche en la barra de un bar decrépito, gris, lleno de personajes del hampa aparece un replicante, Roy Batty, quien con un vaso de absenta y la vista perdida en la nada comenta en voz alta «He visto vida más allá de Catalunya… » Así podía empezar la nueva versión de Blade Runner porque resulta estremecedor ver como llevamos meses viviendo una situación un tanto peculiar. Nuestro mundo se ha visto reducido como si una guerra termonuclear lo hubiese despedazado. Ahora empieza allá por el río Sénia y acaba en La Junquera. Es como si, de repente, los informativos se hayan vuelto aldeanos, incapaces de llegar a la sección de internacional en un mundo que nos afecta a todos. No ocurre nada fuera de Catalunya, todo ha de pasar por allí y si no hay conexión, se la inventa uno que para eso están los redactores de la postverdad. “El procès” se ha transformado en la manta que todo lo cubre y nos mantiene calentitos, no vaya a ser que
saquemos un pié y se nos hiele la conciencia. Seguro que si escarbamos un poco encontramos que la desigualdad brutal, el cambio climático o hasta los terribles incendios de Galicia se han originado en Barcelona, hay teles para todo. Y al final, ¿sabes una cosa? Sospecho que Paco, mi amigo conspiranoico, tiene razón (como siempre). Hace semanas decía que dos no se entienden porque no quieren y si pueden rascar algo, con más razón todavía.
Igual convendría recordar que existen otras cosas en el mundo, más que nada porque si nos centramos tanto en un asunto, al final nuestra existencia se acaba reduciendo y pasamos por alto verdaderas barbaridades a las que estamos dando la espalda. Atrocidades que, os juro, dejan lo de
Catalunya en un puro sainete. Hablamos de empatía, de situaciones monstruosas que deberían estremecernos por el simple hecho de ser humanos, aunque sea sólo por disimular. Hablamos de que hemos olvidado las promesas que nos hicieron los políticos (y nosotros mismos) cuando vimos la imagen de aquel niño ahogado, bocabajo, en una playa turca y que dos años después han quedado en nada. No se han cumplido y además se han olvidado o lo que es peor, los hemos olvidado. Ahora sólo queda tiempo en España para el artículo 155.
No se si es que no está de moda ya recordar que en Siria la gente continúa matándose y que el otro día la coalición (marca blanca de USA) “liberó” Raqqa del DAESH en una operación en
la que todos se comportaron como verdaderas bestias que no habían oído hablar de Derechos Humanos, ni siquiera de la Convención de Ginebra o algo que se le parezca. Los unos y los otros semasacraron. La destrucción ha sido total y los cadáveres de civiles han alfombrado el suelo sin que nosotros nos enterásemos. ¿Ha acabado todo? Ni en broma. Después de ver la que se está liando en el Kurdistán Irakí por lo del referéndum mucho me temo que la guerra va a continuar aunque esta vez no lo veremos por la tele. No estará el DAESH
pero el interés por quedarse con el petróleo sigue intacto y eso mueve mucho en un mundo que todavía va a gasolina. Continuarán llegando personas huyendo de ese desastre, o de cualquier otro más silenciado todavía, como el genocidio de los Rohingyas de Myanmar (click aquí) que huyen a Bangladesh. Miles de seres humanos seguirán perdiendo la vida en nuestras fronteras o en cualquier otra pero nosotros no lo veremos, tendremos la conciencia tranquila que ofrece la ignorancia y todo porque los barcos de Piolín continuarán en el puerto de Barcelona. Eso y no miles de vidas humanas perdidas es lo que parece que nos importe ahora.








más bestiajo. ¿Que querías publicitarte para Consul? Gladiadores. ¿Que querías evitar que te linchasen por llevarte el dinero de los impuestos (si, antes del PP ya había mangantes)? Leones ¿Que hacía falta que todos mirasen para otro lado? Cuádrigas con Ben Hur y todo eso
conocer y de paso hinchar un poco el pecho, que eso siempre viene bien
que es en realidad
El objetivo es el crecimiento económico
estado del bienestar y hemos ido a parar a una situación en la que la desigualdad ha llegado a límites insostenibles, unos tienen todo y los otros estan apartados. Si no nos plantamos habremos tirado por el barranco siglos de lucha y estaremos en el medievo. Igual todavía no es demasiado tarde
verdadera ganga para otros y el factor de tener o no más dinero en el bolsillo no es siempre determinante. En la respuesta entra todo un juego de detalles propios de una economía capitalista (y ahora es cuando Adam Smith y compañía esbozarían una sonrisa de oreja a oreja). Todo vale EXACTAMENTE lo que cada uno esté dispuesto a pagar por algo dadas las circunstancias del momento y el juego de la oferta y la demanda (imagina que pagarías por la ÚLTIMA limonada fresquita en mitad del desierto de Gobi). Si nos paramos a pensarlo seriamente es el sistema el que ajusta el precio de las cosas y hace que vivamos cosas como que un futbolista cobre barbaridades mientras que a un patinador no vayan siquiera a esperarlo al aeropuerto o que un bombero no llegue ni a final de mes a pesar de salvar vidas.
en satanizarlos hablando de lo indecente de su salario o de las formas mafiosas de su funcionamiento. Si queréis que os diga la verdad, respecto de lo segundo no puedo decir nada, ni a favor ni en contra porque no he podido ser capaz de encontrar alguien objetivo que me explique el funcionamiento de un gremio que desconozco totalmente. Pero permitidme un detalle, nos vamos a cargar un sistema por orden de unos sujetos expertos en reconversiones desastrosas que nos dicen desde sus cómodos despachos que eso no puede seguir así. Y otro inciso, no se a que vienen tantas ganas de cambiarlo. Ya me ha dado por pensar que lo que se pretende es romper el equilibrio de los precios (el capitalismo y todo ese rollo que os había contado antes) para conseguir unos nuevos precios mucho más precarios que les den más beneficios a los ricos. No se, es una idea loca sobre la que podíamos debatir a orillas de una buena taza de café (una bañera llena en mi caso).
andamos confundidos y puede que hayamos caido en una trampa. Nos vemos en una paradoja bastante curiosa, Nosotros, los currantes que trabajamos por un sueldo que no nos permite siquiera salir de la calle en algunos casos, nos quejamos de que otros cobren mucho. Si te paras a pensar la cosa es casi ridícula, en lugar de aspirar a ser como ellos, a poner en valor nuestro trabajo y exigir más, intentamos arrastrarlos a nuestra miseria para que se acaben beneficiando los de la verdadera clase privilegiada. ¿No resulta hilarante?.No se, lo normal en la especie humana sería pretender aspirar a más, superarse… a eso lo hemos llamado evolución y llevábamos miles de años en ello. Pero bueno, eso es otra idea tonta de las mías.
pagando la estiba es porque consideraban que el trabajo lo valía. ¿Cómo es que, de repente, ya no vale nada? Creo que puede que haya llegado el momento de ser todos un poco estibadores y nos plantásemos hasta conseguir un nuevo ajuste en la balanza de los precios pero esta vez al alza porque si te paras a pensar tu trabajo vale mucho más dinero de lo que nos pagan por ello, la prueba es que nosotros nos empobrecemos mientras otros se enriquecen más y más cada vez. Pero claro, puede que nos hayan adiestrado para que nos contentemos con las migajas, los trocitos de pan que caen al suelo de sus mesas de comilonas.


