Si pones una rana en una olla de agua hirviendo el pobre bicho saltará como Serguei
Bubka fuera del caldero para evitar quemarse. Pero en cambio, dicen que si pones la misma rana en un cacharro con agua fresquita y vas calentándola poco a poco el pobre bicho pasará de estar pasándoselo en grande en unas piscinas termales a acabar cocida, así, por las buenas y sin darse cuenta. Resulta curioso, ¿verdad? Pues yo no voy a probarlo que los pobres animalitos no tienen la culpa.
Escarbando un poco por ahí leo que lo de la cocción a fuego lento es posible, existe una Ley Física que lo explica. Los que saben de física aseguran que si la velocidad de calentamiento de la temperatura del agua es menor de 0,02 grados por minuto la rana se quedará quieta, disfrutando del Jacuzzi y al final acabará cocida como una patata.
No sé si te has parado a pensar en lo que nos está ocurriendo de un tiempo para aquí. La
verdad es que tiene razón Mercè cuando decía, con toda la exactitud que suelen tener sus mensajes, que nos están cocinando. Nos están cociendo a fuego lento y cuando nos demos cuenta será demasiado tarde. Ya da igual el color del gobierno que tengas en cada momento, sea el que sea, parece que se van a limitar a ir subiendo esos 0,02 grados con la idea de que acabemos siendo parte del menú de unos pocos que en realidad son los que se encargan de ir poniendo más leña en el fogón.
¿Te acuerdas cuando nos hicieron creer que esto era la tierra de Jauja y nos dijeron que había que gastar como si no hubiese un mañana, porque no pasaba nada? Pues igual entonces es cuando nos pusieron a nadar en agua fresquita. ¿Cuándo empezaron a
machacar a los “nini”? Subimos un grado, empezamos a crear la desigualdad pero claro, como nos dieron que no éramos de esos ni lo vimos. Después pasamos a recortar salarios, los pobres eran más pobres pero no hicimos caso. Viste las orejas al lobo cuando el sueldo empezaba a ser escaso, los precios se desbocaron y acabaste hipotecando la casa que heredaste, empezaste a ver cómo caías en la espiral que pensabas que no iría contigo, pero bueno, te dijeron que era la crisis y que pasaría… 0,02 grados más. Después viste como te recortaban el sueldo, sacaban la podadora XXL con los derechos que tanto había costado conseguir, como te decía que te callaras o acabarías en la cárcel, como
unos nadaban en la abundancia mientras tú rapiñabas en el supermercado buscando las ofertas o empezabas a ver peligrar tu pensión para cuando te jubilases, y la marea continuó subiendo. Empezaste a ver qué esto parecía un timo y te pusiste nervioso. El agua empieza a hervir, pensaste. Pero te dijeron que no te pasaría nada porque tú no eras como esos, eras de “los suyos”. Creíste en que siempre nos quedaría la justicia hasta que los jueces del mismísimo Tribunal Supremo te faltaron al respeto permitiéndose jugar con los nervios de todos actuando como trileros con una sentencia que parecía una pequeña victoria contra los que siguen subiendo la ruedecita del infiernillo esperando a ver si ya empieza a hervir el agua.
Muchos se han ido quemando, otros intentan aguantar y acaban aferrándose a quién les prometa bajar la temperatura del agua, aunque sepan que es mentira, y acaban abrazados a los extremos, que mira por donde, les intuimos con el tenedor en la mano para hincarnos el diente nada más estemos guisados.
Es el momento de saltar todos a la vez del caldero e intentar salir vivos de esta, por separado no vamos a hacerlo, lo saben y por eso se empeñan en disgregarnos. Los cocineros son demasiado poderosos y encima parece que les tengamos algún tipo de querencia, porque estamos dispuestos a servir de entrante para una minoría interesada en sacarnos hasta la última gota de nuestro jugo ¿No va siendo hora de romper el juego?
La partida está ya tan adelantada como para que los gobiernos de extrema derecha vayan tomando fuerza, el domingo fue en Brasil y se nos heló la sangre.Vete a saber cuál será el próximo. El caso es que esto nos suena, ya lo hemos vivido antes. A mí me recuerda demasiado al 1929, cuando todo se fue a la porra y la gente desesperada se tiraba por la ventana, en sentido real o votando a totalitarios, que al final viene siendo lo mismo.











heroicidades). Me acerqué porque cuando uno ve a alguien más bien calmado tirarse de los pelos se extraña. Al sentarme en su mesa me enseñó lo que leía (todavía no entiendo como Juanjo, el del bar, no comprende que esa cabecera escuece a los ojos de la mayoría de los parroquianos) En la portada salía la victoria de la primera vuelta en Brasil de un señor que declaraba abiertamente
Reino unido que nos ha acabado costando un Brexit traicionero. Los ultras se nos están colando por todas partes sin que parezca importar a nadie. También aquí en casa donde hemos visto el pabellón de Vistalegre repleto hasta la bandera de simpatizantes de VOX aplaudiendo a rabiar unas directices que tampoco es que sean muy originales, algunas de ellas ya las vendían los de NSDAP el mileno pasado. Y nosotros, pues eso, mirando hacia otra parte sin que se nos pase por la cabeza a que se debe está repentina querencia a lo déspota
y sin caer en que esto de la democracia no es algo perpetuo. Si no espabilamos vamos a acabar perdiéndola, eso si es que no lo hemos hecho ya a base de experimentos Educativos que nos han atacado a la sesera hasta el punto de que consintamos “leyes podadera” que nos mantienen atornillados a la silla y enmudecidos, no vaya a a ser que “los mandamases” se enfaden y nos quiten hasta la miseria en la que nos tienen hundidos. Si nuestros abuelos levantasen la cabeza nos correrían a gorrazos.
lo que se nos antoje pero nunca consentir que la democracia vaya debilitándose y vaciándose de contenido a manos de políticos mediocres que sólo buscan su sillón y que no entienden que para que una máquina funcione hay que pararse a engrasarla, a alimentarla y mantenerla en buen estado.
reir las gracias del último discurso del extremista de turno sin pensar fríamente en lo que está ocurriendo. Sin pensar que el extremismo avanza por su culpa, porque no se preocupan por nosotros y nos hacen sentir desamparados, insatisfechos e ignorados por nuestros gobiernos que consienten inmoralidades como las que ocasiona la desigualdad. No son capaces de ver que en muchos sectores se ha llegado al punto de abrazarse al primer aprendiz de “Führer” que prometa algo.
delante si no nos ponemos en marcha para defenderla de verdad. La gota del extremismo irá poco a poco calando sin prisas en una sociedad que pierde los valores porque se limita a la simple supervivencia individual.
bien y todas esas cosas. Pero bueno, según
consuelo de tontos” sirve en estos casos diremos que desde 2015 EEUU, Reino Unido, Francia, Canadá, Italia, China, Alemania, Suiza, Montenegro…(la lista es interminable) les han vendido armamento de todo tipo (prohibido o no) como para aniquilar el mundo entero un montón de veces. Todo el “mundo civilizado” se tapa lo ojos ante la barbarie porque claro, “el negocio es el negocio” y ahí parece no valer las relaciones con el yihadismo, el reiterado bombardeo de colegios y hospitales o el que los Derechos Humanos sean un chiste de mal gusto en la zona. Ni siquiera que Naciones Unidas investigue las atrocidades detiene las ventas, Sólo Suecia, Paises Bajos y Valonia han vetado las exportaciones de armas a Arabia Saudí.
son los débiles y de entre ellos los niños que ven como lo que debiera ser una vida segura, de juegos y risas se transforma en un verdadero infierno donde el juego consiste en mantenerse con vida, con un poco de suerte. Es monstruoso leer que Unicef nos dice que allí donde van a ser utilizadas las armas que vendemos más de 2500 niños han muerto desde marzo de 2015 y unos 3.600 han sido heridos de gravedad o mutilados. ¡Y a nosotros nuestro gobierno sin contarnos nada antes de vender los cacharros!
compran las bombas, Yemen se encamina a una de las mayores crisis humanitarias de la Historia, una hambruna planificada de magnitudes inimaginables. Según Save The Children nada más y nada menos que unos 5,2 millones de niños se encuentran al borde de la inanición. Y la verdad, a mí se me cae la cara de vergüenza al ver que este horror se va a
perpetrar y aumentar con el armamento este “tan listo” que les hemos vendido gracias a la falta de escrúpulos en “hacer caja” fácil y no preocuparse en las consecuencias ni esforzarse por intentar reconvertir los empleos en las “fabricas de muerte” que tenemos en España en industrias I+D de las que podamos estar orgullosos y de paso generar empleo y bienestar. El escándalo ha pasado, las armas se han vendido, los contratos se mantienen pero nosotros seguimos siendo responsables de vender dolor y muerte contra los inocentes.
del “ya basta de latrocinios” y que ahora va camino de batir todos los récords de velocidad en dimisiones y supuestos escándalos. Mi respuesta era que no, pero si que me sorprende porque con lo bien que estábamos antes con los de la Gurtel, los de la Valencia ejemplarizante, los que no salían de su sillón ni con agua caliente y los que se llevaron hasta las lámparas vienen estos y hasta le dan sentido al verbo dimitir. Ya ves tú que cosas, los fariseos todavía existen porque hace falta tener cuajo para presidir un partido carcomido, exigir dimisiones por un master y estar involucrado en lo mismo o hasta pedir la cabeza a alguien por reunirse con el hampa y aceptar que también lo hizo. Feo fue el episodio pero quizá fuese mejor buscar a alguien limpio de polvo y paja para poder exigir algo.
honrada sino, además, parecerlo”. Y, la verdad eso de ir juntándose con personas más que dudosas, conocer de delitos horribles y callarse, lo de caer en la avaricia de la titulitis sin sentido o montar una empresa para “rapiñar” un poquillo de impuestos no es que ayude precisamente a generar confianza. Vale, ilegal puede que no sea del todo pero decente no lo parece tampoco. Más todavía si tienes enfrente a unos que andan despechados y con más sed de venganza que los Corleone, dispuestos a vociferar a los cuatro vientos lo que tienes y no que no tienes para sacarle punta y hacer toda la pupa que puedan, no olvides que el “y tú más” es la única forma que tienen para hacernos olvidar todos sus “fregaos” con la justicia.
el futuro, salvo sorpresa, se les plantea negro como una noche sin luna.