No consigo acordarme de quién me dijo una vez que el tiempo es un cruel verdugo al que nadie escapa, un día te encuentras joven, con toda la vida por delante. Pasan unos años y
entregas parte de esa vida a los hijos aunque sabes que seguramente no van a agradecértelo nunca. No importa, lo haces y punto, por amor o por responsabilidad, llámalo como quieras. Pero llega un momento en el que las fuerzas fallan, los años pesan (y mucho) y sólo quieres sentarte en un lugar soleado, bajo un árbol, a ver como aquellos a los que has entregado tu vida continúan con la suya, a ser posible en mejores condiciones de las que te tocaron a tí, para eso te has roto el espinazo por ellos. Eso era así, hasta que llegó una generación, la
nuestra, que se entregó a las comodidades, que puede que pensase que lo conseguido era inamovible, que se durmió en los laureles o que no supo valorar la sangre vertida por sus padres y abuelos para conseguir darnos lo que teníamos y que ahora hemos regalado a cambio de cadenas. No hemos sabido defender lo que tanto costó y que nos regalaron. Ahora, nos va a tocar luchar de nuevo por intentar salvar algo de los restos del naufragio. Menos mal que todavía existen algunos de nuestros abuelos con fuerza suficiente para volver a la brecha y ayudarnos en esto porque si no, mucho me temo que iríamos apañados.
Supongo que habrás visto estos días a los abueletes manifestándose porque son víctimas de la rapiña y el insulto por parte del gobierno. Supongo que te habrá parecido algo
pintoresco o hasta entrañable. Si es así igual no has entendido lo que está pasando y hasta donde llega la indecencia. Pero espero que, por lo menos, podamos ser capaces de sentir vergüenza, porque eso es lo que deberíamos sentir al ver a nuestros mayores con una dignidad superlativa a la que muchos ni aspiramos. Ahí se plantan achacosos, diabéticos, hipertensos pero con lo que hay que tener, cargados de pancartas, rompiendo el control policial, llegando (como hace años) ante el Congreso y aterrorizando al PP al ver como los que tradicionalmente les votaban se han plantado bajo
sus ventanas a gritarles a la cara que mienten como bellacos porque cualquiera que sepa sumar con los dedos se hará dado cuenta de que las pensiones han perdido más del 1,5% de su poder adquisitivo. Y eso sin contar el sablazo del copago, la amenaza de la ruina de las pensiones y la certeza de que estos zotes ni son capaces de generar los ingresos necesarios para sanear las cuentas de la Seguridad Social ni pretenden hacerlo porque su interés está en otras cosas como gastar en rescatar autopistas de amigotes y decir después aquello de “es fácil decir “suban las pensiones” pero si no hay dinero no se puede tomar el pelo” que nos soltó el incalificable Sr M. Rajoy. Dinero lo hay (lo puede haber) pero entre sus prioridades no estamos nosotros porque hasta tienen el Pacto de Toledo entregado a la siesta y a la ministra del ramo insultando con sus declaraciones. Así seguro que se va a cumplir la profecía esa que nos quieren meter en la cabeza de que el sistema se cae y con ello eliminarnos toda la esperanza de futuro. “Si el sistema se cae se va ustedes a quedar sin nada” nos dicen los mismos que están aserrando las patas de la mesa, los que nos dicen que tenemos que pagarnos un plan de pensiones cuando no podemos ahorrar un céntimo.
Contra eso gritan nuestros mayores en los ratos libres que les dejamos entre cuidar de nuestros hijos, hacer milagros para continuar sosteniéndonos a pesar de que están arruinando los últimos años de sus vidas. Vuelven a la lucha para recuperar los que nosotros hemos tirado. ¿No entiendes que estas gentes no lo hacen por ellos? ¿No entiendes que también están luchando, una vez más, por TU jubilación y tus derechos? ¿A qué esperas?. ¿Te vas a quedar con tu indignación calentito en casa mientras tus mayores continúan luchando por ti, como cuando eras pequeño? Puede que haya llegado la hora de valorar si dejamos de darle al «like» y nos unimos a ellos.








han devuelto al S.XVII (tirando por alto), de verdad que no me he enterado. De haberlo hecho le hubiese pedido autógrafos y algún selfie a Doc y por supuesto a Michael J Fox, al que admiro por su lucha generosa contra el Parkinson. Los que tenemos en casa a ese sr con nombre tan raro apreciamos el trabajo de su fundación
en su afán de no hacer nada y
pasado entonces ahora resulta difícil de entender que a un chico de Jaén le caiga una condena por un fotomontaje en el que ponía su cara en lugar de la de Cristo. Una cara que, me van a perdonar ustedes, si te paras a pensarlo fríamente no conoce nadie porque hace 2018 años no pudimos hacerle un retrato al Nazareno. Por tanto, salvando las distancias (abismales), resultaría tan válida la cara esta como la que le puso el genial Velázquez o el inigualable Miguel Angel. Sólo podríamos decir que se aproximaría un poquito
un país aconfesional (a pesar de los concordatos). Por tanto eso de que se la justicia penal se permita condenas tan pintorescas me chirría un poco, más todavía si tenemos en cuenta que fiscalía de Jaén pidió una multa de nada menos que 2.160 euros, sustituibles por 180 días de prisión en caso de impago. Ante semejante barbaridad no es de extrañar que el chaval optase por marcarse un Galileo Galilei ante el Santo Oficio y se retractara de todo lo retractable para intentar reducir la condena a los famosos 480 euros
asqueroso que se lleva por delante la vida de un ser querido, me quedaría muy corto. Supongo que el primer sentimiento que nos viene a la cabeza es el de venganza, aunque eso no vaya a devolver la vida perdida. Somos animales y tendemos a cobrarnos nuestras cuentas, es puro instinto y ahí poco va a funcionar aquello de la compasión y todo lo que nos convierte en una sociedad. Se resume en un impulso primario, si me matas, mato. Es en ese momento cuando ha de funcionar el sistema, lo llamamos Estado de Derecho, con su engranaje judicial, que se está deteriorando por momentos, que es lo que evita que esto se transforme en el FarWest y vayamos todos con el Colt por la calle entregados a la venganza y al ojo por ojo.
carácter reeducativo (perdonadme que me ría) y eso va en contra de una
motivación, la pobreza o la desesperación pueden estar detrás de casos que abrirían portada en El Caso, si todavía existiese. Pero aquí andamos por otras caminos más de la pose “cara al graderío” para ocultar que hemos retrocedido tanto que la justicia ya confunde delito y pecado. Contra eso poco podemos hacer, quizá esperar mayores retrocesos y encontrarnos con la restauración del Garrote vil o incluso la hoguera. Al fin y a la postre, no se si creer en la buena intención de nuestros políticos y menos viendo el poco tacto, respeto o delicadeza con la que tratan el tema. A ellos no les mueve con mayor o menor acierto el dolor de las víctimas, necesitan votos y lo harán todo por eso, incluso aprovecharse del legítimo dolor de las víctimas de los crímenes tan execrables. Deberíamos estar atentos.
tomando una extraña sopa y comentando cosas triviales con un guión forzado, como de culebrón venezolano. Que si el cole, que si la letra de la hipoteca o que si este año no vamos a poder ir de vacaciones porque la nevera ha palmado y nos gastaremos la hucha en comprar otra (mira, como el Gobierno con la de las pensiones). Todo muy normal, muy cotidiano, muy “de nuestros días” tomando sopa en TRES platos en lugar de pillar un plato desparejado para beber la sopa que has preparado a velocidades propias del hiperespacio para, acto seguido salir disparado al curro de nuevo. No se a que mente se le debió ocurrir eso de la “escena cotidiana” pero no cayó en que si la monarquía se mantiene es justamente por el halo de “misterio” de distancia inalcanzable que lo rodea. Si le quitas eso ¿Qué le queda? Además, creo que a estas horas ya sabemos distinguir la ficción de la realidad, ya llevamos demasiadas películas en el cine e informativos en la tele para saber que lo que en ellos sale es mentira. Ni Superman vuela ni hemos salido del pozo. ¿Verdad?
en pleno SXXI fue algo alucinante. Volviendo a la sopa, si lo que se pretendía con el vídeo era aparentar “normalidad”, entonces todos deberíamos regalar un cordero de oro a nuestros hijos en lugar de la medallita de la Virgen Milagrosa de plástico que me regalaban las monjas en el cole, allá por el año del pleistoceno. ¿No se antoja un tanto extraño salir a colgar un pedazo de medallón a una niña de doce años? Parece una burla, pero la verdad es que ahí está parte del simbolismo que pretenden mantener. Lo de la sopa era una frivolidad, pero eso de investir un distintivo de una orden de caballería de 1429 a una niña les retrata, tiene mucho de símbolo, de mantener las tradiciones ancestrales, de querer decirnos “y esto es así, por narices, ¿o no os acordáis de lo de Rey por la gracia de Dios?” ¿No te parece?
intentáis predicar con el ejemplo? Pues me parece que nuestro monarca no conoce que una de las obligaciones más importantes que tiene es justamente la de “
el Rey está desnudo. Saldrá y entonces igual despertamos del encantamiento y conseguimos entender que hay cosas mucho más importantes que la monarquía, que no podemos consentir que nos pasen con una sopa de tres platos mientras a nosotros andamos, a duras penas, a la sopa boba. Igual es el momento de quitarnos las caretas (vaya, ahora que es carnaval voy y digo esto) y a partir de ahí empezar a construir algo de lo que nos sintamos orgullosos, algo que haga caer el castillo de desigualdad y miseria en el que nos tienen atrapados. Si la voz de este blog sirve para algo, permitid que grite “EL REY ESTÁ DESNUDO”