No falla, llegan estas fechas en los que los días son largos y el cerebro parece que se reblandezca (igual es una explicación para muchas de las cosas raras estas que nos están
pasando, y no me refiero a la “invasión” del área 51 precisamente). El caso es que en estas fechas las ganas de doblar el espinazo bajan hasta niveles que rozan la obscenidad. ¿Verdad que eso nos sucede a todos? A mí por lo menos me ocurre, estos días ando como lento de reflejos, con “pachorra”, como saturado y sin demasiada chispa, lo admito y lamento profundamente si os he dado demasiado la vara, mea culpa.
Todos los años (bueno desde hace un par de ellos) en esta vuestra casa bajamos la persiana
un par de semanas, aunque la verdad es que sin cerrar demasiado no vaya a ser que toque volver corriendo (ya sabéis). Como decía todos los años aprovechamos un par de semanas para descansar y cargar un poco las pilas. Este año no será menos, a pesar de que queden muchas cosas por alucinar estos días en los que hasta el verano parece no serlo tanto. Antes estos días no pasaba nada y ahora ya ves, vamos de susto en susto.
Este año será un poco distinto, bajo la persiana por agotamiento mental y emocional, confieso. Las circunstancias de cada uno son como aquello de la cruz, cada uno lleva la
suya y “el que la lleva la entiende”. No voy a contar ahora mis penurias porque no viene al caso, sólo diré que me ha tocado el pack “de Luxe” y he acabado un poco exhausto, chupado como una bolsa de sangre en la nevera del Conde Drácula.
Me marcho unos días para descansar, reflexionar (mucho), buscar un poco de paz y sobre todo reparar la vieja brújula a ver si consigo estabilizar un poco el rumbo. Voy a “huir del mundanal ruido” por unos días, como San Juan de la Cruz, casi por prescripción médica. Así es que por unos días me podréis encontrar rodeado de castillos y, por supuesto, en mis mágicos Pirineos. Aunque casi seguro que nos veremos algún día por estos cibermundillos.
Espero que estos días me sirvan para descubrir, sorprenderme de nuevo, recuperar la ilusión. En resumen, viajar, ampliar mundo, reencontrarme conmigo y con los míos y
recuperar los restos del naufragio. Espero conseguirlo y que nos volvamos a ver todos el próximo 21 de Agosto. Desearía regresar con el puzzle resuelto, con un nuevo proyecto en la cartera que me devuelva la ilusión y me saque del gris en el que me he instalado muy a mi pesar. Reunirme de nuevo con vosotros con nuevas energías e ilusión por seguir dando la tabarra. Trataré de no fallar en el intento y que esto no acabe en un adiós accidentado, pero si ocurriese… “c’est la vie”.
Nos vemos el próximo 21 de Agosto!








pero no dan un palo al agua. Según qué ramas miremos pueden llegar a ser una inquietante mayoría, estamos acostumbrados a ellos. Pero cuentan que la expresión, allá por el S.XIX no tenía el mismo significado, se aplicaba a los enamorados. Parece ser que en la Andalucía del año de la maricastaña las criadas que servían en casa del señorito tenían entre muchas tareas la de pelar las aves que caerían en el cocido. Lo hacían sentadas al lado de la ventana, con rejas, y mira tú por donde que siempre aparecía el pretendiente con el que se dedicaban a charlar y charlar mientras eternizaban el pelado del pajarraco en cuestión. Cosas de la vida y los amores de antes.
mientras finge, como en un concierto de «Pimpinela» ene l que dos hermanos fingían ser un matrimonio que se llevaba a matar hasta niveles épicos. Sánchez, puede que finja
como en las plantaciones de algodón del Mississipi. Los contratos con los que se suponía podríamos salir adelante son tan ridículos que han hecho buena la frase esa que decía “Trabajar no saca a nadie de pobre”, tanto como que
videoclub si se presenta (que viejuno soy). Los humanos somos gregarios, tendemos a agruparnos, nos sentimos como más respaldados y para representarlo no hay nada mejor que un trapito con los colores de la tribu. Puede que eso nos venga de cuando la supervivencia de cada uno estaba ligada a la pertenencia al clan, vete tú a saber. El caso es que seguimos haciendo lo mismo, nos juntamos bajo un símbolo para diferenciarnos “de alguien” o ir «contra alguien» si se tercia y eso siempre resulta muy tentador para los que son expertos en apropiarse y utilizar esos símbolos como herramienta para sus propios fines sin que les importe lo más mínimo la idea inicial ni la suerte de los que se sienten ligados al grupo pero como diría aquél “esto es mercado amigos”.
desnortado Ayuntamiento de Madrid amanecía con DOS banderas españolas, la que entra en el «pack» de los edificios oficiales y otra, enorme, que se colgó solamente para contentar a los chicos de moda y que así les den el «si quiero». ¿Qué les vamos a hacer? Son los de esa extrema derecha que parece que coma banderas, aunque no vengan a cuento ni sean necesarias. Son los que se quedan con el símbolo sin que importe lo que representa porque ya ni lo saben. Son de los que se quedan mirando el dedo cuando les señalan la estrella y entonces claro, necesitan enseñarnos un banderón enorme por si habíamos olvidado que Madrid es España, por si acaso
derechos más legítimos importan menos esta ocasión. Como diciendo que no les importan demasiado los sentimientos de cada cual o el respeto al prójimo, que sólo vale el pacto de la derecha con la ultraderecha para quedarse con el cotizado silloncito. Por lo visto a esta gente tan desaprensiva todo les vale, hasta poner una superflua bandera de España justo en el mismo lugar donde antes, por ejemplo, se daba la bienvenida a los refugiados. Toda una declaración de intenciones de lo que se nos viene encima si les dejamos ir. A esta gente el bienestar de las personas les importa poco, van a lo que van, sus propios símbolos los delatan. Les importa un pimiento lo que ocurra con nuestros derechos, no se cortan en juntarse con los que quieren la vuelta al pasado. Y lo más escandaloso, no entienden porqué después les gritan cuando se dejan caer en lugares donde no son bienvenidos.
queda bastante lejos de la de los que se sienten representados por el arco iris. Arrimadas jugó con fuego y, esta vez se quemó. Todavía continúa lamentándose fingiendo sentirse ofendida hasta el nivel de pedir cabezas de ministros por haber recibido cuatro gritos al ofender con su burdo intento de manipulación a todos los que llegan siglos sufriendo palos por su identidad sexual. Al final ha hecho como los futbolistas malos que se tiran retorciéndose de dolor a pesar de que saben que el árbitro les ha pillado en plena representación teatral, a ver si todavía consiguen arañar unos segundos al reloj.
disparados hacia el vacío, aceleran, cada vez más rápido. Sólo uno de los dos será el vencedor del juego, sólo uno esperará al último momento antes de apretar el freno y evitar en el último momento despeñarse al abismo. El que se rinda antes será el gallina y habrá perdido la apuesta, aunque bien pensado puede que sea el único que haya ganado porque sigue vivo. Son las ironías del destino, hay veces que el que perdedor es el que gana la partida simplemente porque queda vivo. Igual como resulta que la historia la escriben los cobardes porque son los que acaban sobreviviendo a la batalla.
un choque de egos colosales, como las cabras que se pasan horas dándose testarazos y no pararán hasta que uno o los dos acaben muertos en el suelo. Se encuentran en una lucha por aquello de ¿quién manda aquí? Con la única idea de salirse con la suya, sin que se les haya pasado por la cabeza que estamos hablando de formar un gobierno que funcione e intente, por lo menos, acabar con el desastre social que estamos viviendo.
se les ha ocurrido que lo mejor para ellos podría ser representar una comedia. Aparentar que se llevan a matar, no llegar a nada y forzar el cacharrazo en la investidura. Total, si te crees a Sigma 2 y su encuesta de intención de voto les vendría como agua de mayo, desaparecen Ciudadanos y Vox. Pero quiero pensar que sería ridículo presentarse a unas nuevas elecciones el próximo 10 de Noviembre porque volvería a pasar lo mismo y encima con la ciudadanía sublevada. Quiero pensar que acabarán dándose cuenta de que el gobierno y Unidas Podemos se necesitan, terminarán encontrando una fórmula que no será un gobierno de coalición simplemente porque no suman. No pueden estar tan locos como para tirarse los dos por el barranco ¿O sí?