Y a todo esto nos hemos metido ya en Navidad. Ya ves tú que cosas. Este año no sé si es
porque siento en el fondo de mi ser esa extraña mezcla de vergüenza y rabia que debiéramos sentir al ver que todavía no somos capaces de frenar a las bestias continúan asesinando y maltratando a nuestras compañeras que no están seguras ni en casa y cuando salen de ella no saben si van a volver, mientras nuestros gobiernos (más de uno ya) se dedican a discutir sobre el sexo de los ángeles apenas me he dado cuenta de que se acerca Navidad.
Si he notado algo es por la ruina que supone el haber gastado lo que no tenía a base de
participaciones de lotería. Resulta que estos días cualquier conocido puede ser un Carlos Sobera que se empeña en hacerte ludópata perdido y claro, no puedes decir “¡te las metes en el sombrero!” porque en primer lugar quedarías fatal y más que nada porque no vas a permitir que todos los del curro se hagan ricos y tu no, ¿verdad? Imagina que va y le cae el gordo al número de la peña del malasombra ese del departamento de personal, todos en la Ofi se forran, tú te quedas pobre y encima te toca abrir el despacho para siempre. Horrible.
Pero bueno, la verdad es que cuando llegan estas fiestas soy de esos que a pesar de aparentar ser una especie de “El Grinch” acaba sucumbiendo a todo eso de la paz, el amor
y los buenos sentimientos a pesar de que mira que nos lo ponen difícil, cada vez más. Pero bien visto cualquier argumento debiera ser bueno para dejar de sacarnos los ojos los unos a los otros. Piénsalo, ¿Qué más dará si se celebra el nacimiento del Jesús cristiano, la festividad del Sol Invicutus, el nacimiento de Buda o lo que sea? Estas fechas, no entiendo exactamente porqué tienen algo especial, siempre lo han tenido. Igual será porque a partir de ahora la luz del Sol va venciendo a la oscuridad de las noches
largas o puede que sea por algo que llevamos incrustado en el ADN pero sentimos ciertas ganas de abrazar al que tenemos cerca, a pesar de que sea el tiparraco ese que se pasa de gracioso y todo lo sabe (venga, paciencia que sólo es una cena, puedes soportarlo). Nos da ganas de felicitar a los que no hacemos ni puñetero caso durante el resto del año y hasta cuando las guerras eran guerras más “civilizadas” nos daba por parar de matarnos a pedradas, por lo menos estos días. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, ¿no crees?
Yo voy a retirarme estos días con los míos, este año me hace mucha falta sentir el calor humano de los que tengo cerca, de verdad que he llegado a fin de año con la lucecita roja de “batería descargada” y eso ha de solucionarse lo más rápidamente posible, estas fechas se puede. Necesito sacarme unos días la coraza que nos obligan a llevar puesta para sacarle lustre y engrasar las coderas que ya chirrían hasta dándole con “Tres en uno”.
Me permites un consejo? Intenta este año dejarte envolver por el soniquete de los niños de San Ildefonso, aunque no tengas lotería ni esperanza en que te toque. Intenta desconectar
un poco, olvídate un rato de los que se empeñan en amargarnos la existencia y fíjate en lo que ocurre a tu alrededor, camina por las calles iluminadas, ten un buen pensamiento para los que lo necesitan, piensa que la solidaridad es un valor que debiera estar siempre en alza, practícala, empatiza con quién está sufriendo a tu lado y sobre todo NO TE CALLES JAMÁS, no te conviertas en cómplice de quién agrede o insulta. Tú no eres así. Abre un poco tu corazón a los que creen que tienes una piedra en su lugar. Olvida las prisas, deja el móvil un rato para estar con los tuyos. ESTAR, ese verbo al que hemos vaciado de su significado para dejarlo en una mera presencia física.
Déjate fluir por el espíritu de estos días, sé que suena a topicazo pero algunas veces las
cosas suceden porque sí, sin que tengas que buscar una explicación. ¿Por qué no va a ser estás Navidades? Yo, por lo menos te lo deseo de todo corazón y si quieres, te podría dar una tarjetita de esas de felicitación que solían acompañarse a los aguinaldos que pedían a tus padres el butanero, el limpiabotas, el cartero…(si es que todo se pierde). No hace falta que a mí me des una propina, con una sonrisa tuya ya me considero más que pagado.
Si quieres te espero por estos barrios ya para año nuevo, me gustaría que cuando nos veamos de nuevo me dijeses que has vuelto con las baterías cargadas y que has sentido de nuevo la paz y la esperanza en el espíritu humano. En estos tiempos que nos han tocado nos hace falta más que nunca redescubrir la humanidad esa que hemos guardado en un cajón y que es al final lo que nos lleva a evolucionar como especie. Piénsalo ¡Felices fiestas!.








que le pones al crío y ves que se le salen los brazos de las mangas
sobre cómo frenar el extremismo y la radicalidad que recorren toda Europa y medio mundo. Nos podemos hacer una idea con sólo mirar que les está ocurriendo a nuestros vecinos con los chalecos amarillos que tienen arrinconado a
volviendo cada vez más violentos a velocidades preocupantes.
lustros, porque estaban convencidos de que en el centro estaba la victoria pero ahora míralos tu, han dejado un espacio del tamaño del Serengueti totalmente desaprovechado ¿Quién lo ocupará?. El caso es que han dejado de ser referentes para transformarse en una especie de “influencers” que van corriendo como locos a los extremos, aunque les vaya su ideología en ello. Ciudadanos ha girado en 24 horas, y de decirle “nones” a Vox ha pasado a “no descartar ningún escenario”, al PP no le importa sentarse con quienes proponen cargarse la Constitución y
volver a la Edad Media (para ello ha repescado a Javier Fernandez-Lasquetty como jefe de Gabinete de Casado), PODEMOS se irá con el que era el “enemigo público número uno” sin querer ver su propio desastre electoral y el PSOE anda buscando novio sin importar de donde salga mientras se encamina a su enésima guerra fratricida. Entre todo esto, se acercan más elecciones y todos, con ayuda de las teles, se dedicarán a alimentar el fuego de la discordia porque temen que les salga la carta mala.
verdad. Igual deberíamos dedicarnos a buscarlo, aprovechando el espíritu navideño antes de que sea tarde y lo que era raciocinio y que ahora ha pasado a crispación se transforme en barbarie y lo lamentemos todos. Créeme si me pongo el disfraz de adivinar y digo que puede que el momento no esté ya tan lejos como creeríamos visto como unos y otros arengan a las masas y ya no sienten vergüenza al proponer caminos que pasan por esquelas y funerales. Pero el trabajo de reducir la tensión es nuestro pero más todavía de nuestros partidos políticos que deberían por lo menos no comportarse como hooligans. Entre unos y los otros, con su escalada de extremismo huyendo del centro han conseguido polarizar a todo un país en dos bandos antagónicos y han conseguido que veamos por todas partes problemas que no lo serían tanto si no fuese por su clamorosa falta de nivel político que ha permitido ya la entrada de Vox con un programa que espanta.
este domingo por la noche me pasó eso. ¿Te acuerdas cuando Carol Anne, esa niña rubita tan mona de Poltergeist se acercaba a la tele y decía, con esa musiquilla que pone los pelos de punta “Ya están aquííí”. Me pasó lo mismo, me levanté a tocar la pantalla con el dedo como si con eso pudiese cambiar lo que en un principio quería pensar que era un error en la infografía pero de eso, nada. Lo que se veía es lo que es y una vez más el CIS ha fallado como escopeta de feria. No sorprende.
sólo nos quedan dos opciones; o nos ponemos a llorar por los rincones como Lola Flores en «La Zarzamora» o intentamos aprender algo de todo esto. Pero una cosa parece clara, lo que nos ha pasado no es más que el resultado que se obtiene cuando se hace una campaña sin pensar, a lo loco y sin querer ver que dentro del huevo que ha puesto una serpiente habrá, normalmente, una serpiente que acabará saliendo
alguna vez . Y en lugar de combatirla antes de que eclosione se han dedicado a ningunear e ignorar el problema dando por derrotada a la derecha que parecía fragmentada y montando una especie de campaña para Cataluña en Andalucía. ¿Resultado? Cataclismo! La izquierda pierde Andalucía, la derecha moderada pierde votos y parece que el mundo se acabe al ver que entre los unos y los otros hemos conseguido meter a la extrema derecha en un parlamento, algo que no ocurría desde 1982, cuando Blas Piñar metió a Fuerza Nueva en el Congreso.
Bolsonaro y todo eso y pensábamos “están locos, menos mal que esto aquí no pasará”. Pues bueno, ha pasado, ya están aquí y mucho me temo que para quedarse. Puede que los partidos no los tomasen en serio porque lo veían todo hecho pero nosotros también dábamos por sentado que no sacarían nada y no hemos ido a votar, sin pensar en lo que está en juego. Damos por sentado eso de “la democracia” y hasta eso podemos perder si seguimos ninguneando a la bestia, deberíamos planteárnoslo porque estamos jugando con fuego y nos podemos quemar.
partidos constitucionalistas que ya no movilizan a nadie ni queriéndolo porque han perdido fuelle, son incapaces de reaccionar con la autocrítica en estos momentos o quizá porque ya no creemos en ellos.